Capítulo #56

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CASSANDRA.

Traté de deshacerme de la cuerda que amarraba ambas muñecas a la silla en la que me habían puesto desde hacia una hora, pero, como las otras 10 veces, no conseguí nada más que lastimarme más las manos.

No entendía que estaba pasando; los nuevos chicos de Nelson llegaron a mi habitación y sólo me cargaron como un saco de papas fuera de ella. Les exigí una explicación, sin embargo, nadie me prestó atención. Al llegar a la oscura habitación pedí ver a Nelson, pero de nuevo ninguno me hizo caso o mostró señales de querer darme alguna explicación.

—¿Hay alguien ahí? —mi voz hizo eco entre las cuatro paredes. —¿Hola?

En ese momento una luz incandescente iluminó la habitación dejándome ver una ventana en frente de mi. Del otro lado del cristal había un cuerpo humano mirándome fijamente; debido a la mala iluminación del otro lado no podía ver su rostro con claridad.

No lo iba a negar, esta situación me estaba poniendo los pelos de punta.

—¿Nelson? —cuestioné, tratando de que el miedo no pintara mi voz. —¿Eres tu?

La figura de quedó inmóvil, si no fuera por la manera en el su pecho bajaba y subía diría que era una estatua de mal gusto.

—Nelson, si eres tú te tipo que me sueltes y expliques que carajos está ocurriendo. —pedí un poco más segura. —Por favor.

—Me temo que será imposible. —respondió una aguda voz.

Podía reconocerla a kilómetros. Su voz era casi inconfundible para mi.

—¿Nicole? —una luz de encendió del otro lado del cristal. La castaña estaba vestida de negro y sin maquillar, lo que le daba un aspecto desaliñado y ciertamente terrorífico. —¿Qué está pasando? ¿Por qué me tienes aquí como intento de rehén?

—Por la única razón que he estado haciendo todo esto. —su voz sonó con cierto eco en la habitación. —Venganza.

—Espera... —entrecerré los ojos, como si eso fuera darme cierta iluminación mental para entender lo que estaba ocurriendo. —¿Venganza?

—Sí, Cassandra. —rodó los ojos. —Venganza por la muerte de mi padre.

La miré confundida, no estaba comprendiendo lo que estaba pasando; Nelson y Nicole no eran quien decían ser porque...

Mis ojos se abrieron como platos. —Ustedes nunca cambiaron de cuerpo.

Soltó una risa que llenó las cuatro paredes en dónde me encontraba.

—Claro que no, tonta. Eres más inocente de lo que creía. —sonrío con arrogancia. —Y pensar que la gran heredera y niña de la profecía tendría tanta sabiduría. Supongo que se equivocaron.

Todo tomó sentido en ese momento.

Nelson nunca había cambiado de cuerpo, Nicole nunca había tenido intenciones de ser amable conmigo, Demian me había engañado con el plan inicial.

Un dolor insoportable se hizo lugar en mi pecho y sentí como mi sangre empezaba a hervir de ira.

Demian me había traicionado.

—Aún no entiendo que tengo que ver yo en tu Venganza. —comenté con voz fría. —Yo no maté a tu padre.

—No, claro que no. —su sonrisa se tornó fría, cruel y calculadora. —Fueron las dos personas que se hacen llamar nuestros abuelos.

Revenge © |B#3|Where stories live. Discover now