veintisiete.

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Me sentía agotado tanto física como mentalmente. Por desgracia, apenas había pegado ojo por la noche, solo había logrado dormir unas tres horas y ahora mismo no podía ni con mi vida.

Lo único que necesitaba en estos momentos era una cama y dormir, pero no, tenía que estar en la agencia, más específicamente en la sala de prácticas. Y para rematar, tenía que ver hoy a Youngjae y hablar de lo que quisiese él hablar, y dentro de mí algo me decía que no iba a ser bueno.

Cada día me preguntaba, ¿por qué toda la mala suerte me la estaba llevando yo? No quería hablar con él, no quería escuchar lo que sea que me tuviese que decir, y mucho menos si Jaebum y yo estábamos en el mismo tema.
Aunque... ¡¿Y si Youngjae quería casarse con Jaebum?! Él ya quería irse a vivir con él, todo lo quería hacer muy rápido, seguro que también se quería casar lo antes posible.
Ah, pero espera... ¡El matrimonio del mismo sexo en Corea no está permitido! Dios, de la que me salvaba. Aunque, de todas formas, ellos podrían hacer su relación como si fuese la de una pareja de casados... Ya estaba perdido de nuevo.

Bueno, fuese lo que fuese, iba a afrontarlo lo mejor posible. Y si al final Youngjae tenía algún plan romántico con Jaebum y él necesitaba mi ayuda, se la daría. Porque por la felicidad de Jaebum haría lo que fuese, aunque eso me perjudicase a mí.

Sabía que siendo así solo conseguía hacerme más y más daño, pero no quería ni debía ser egoísta. Las personas tienen que elegir lo que les venga mejor y lo que les haga más felices, y si Jaebum elegía a Youngjae, entonces iba a aceptarlo.

Sinceramente, yo no me imaginaba a Jaebum y a mí siendo pareja. No podía imaginar algo que no fuese amistoso, se me hacía raro imaginarme a mi líder y a mí siendo una pareja de novios felices y sin dramas.
Siempre que mi mente pensaba en algo un poco más parecido a una relación formal, la realidad me golpeaba fuerte y me hacía sentir peor. Salir de la ensoñación en la que quieres vivir es duro, ver a la persona que amas con otra es duro, saber que no eres correspondido es duro, saber que me merezco todo esto es duro. Pero aquí seguía, apoyando en silencio a mi hyung favorito con su relación. Y eso iba a hacer siempre, apoyarle en cada decisión y camino que tome en la vida.

-Vamos a descansar un rato. -anunció el líder.

Me alegré de escuchar eso, porque era todo lo que necesitaba ahora mismo. Dormir y dormir, aunque solo fuese por un ratito pequeño.

💫💫

La hora de irnos a casa había llegado. Por fin podía darme una ducha, cenar algo rápido y dormir como un bebé. Me sentía feliz porque el simple plan que tenía en mi cabeza, me hacía estar contento con la vida. Pero como la vida por lo que se veía no estaba contenta conmigo, un mensaje me llegó.

Yoo Youngjae:
En una hora estoy en tu casa.

Oh, genial. Se me había olvidado por un momento que tenía una conversación pendiente con la persona que menos me apetecía ver hoy. Igual de rápido que llegó mi felicidad, se fue. Bueno, al menos la ducha y la cena rápida me iban a dar tiempo.

Al llegar a mi casa, saludar a Coco y darle algo de comer, hice el par de cosas que tenía en mente. Me puse ropa cómoda y me senté en el sofá a esperar a que llegase mi tocayo. Me sentía tan nervioso que me sudaban las manos. No sabía lo que tenía pensado el chico para decirme, pero eso me dejaba mucho más intranquilo.

Después de unos largos minutos, el timbre de mi casa sonó, dándome a entender que Youngjae ya estaba ahí. Intenté relajarme un poco y abrir la puerta de la manera más tranquila posible, como si no tuviese miedo de escuchar lo que él quería soltar por su boca con tantas ganas.

Crush [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora