¿Una historia de amor? ✔️

Capítulo 21: Entrando en confianza

Han pasado casi dos semanas desde el inicio de clases y ahora más que antes, estoy dispuesta y totalmente convencida de decirle a Summer mi verdad sobre Devon. Admito que ser una chica tímida es odioso en ocasiones, no puedes hablar en voz alta sin sentir cierta ansiedad por las reacciones. Aún así, soy consciente que esto podría ser un paso enorme para entrar en confianza con Summer.

Sé que aún no pasamos la barrera de los secretos, pero por alguna razón, siento que puedo confiar en ella. Y ya que parece que ni ella ni Alex romperán dicha barrera, supongo que me toca dar el primer paso y mostrarles a ambas que podemos confiar entre nosotras.

Sacudo mis manos una vez más. —Bien —digo, soltando aire. Veo de reojo a Alex, quien parece notar mis nervios—. Estoy lista, hoy se lo digo. De hoy no pasa.

Creo que he repetido eso desde que vino Alex.

Mi mejor amiga pega su hombro contra la pared del pasillo. —Y, ¿ya sabes cómo se lo dirás? —pregunta, en sus ojos puedo ver la curiosidad desbordante.

Una vez escucho esa pregunta mi cerebro empieza a procesar la información. Muerdo mi labio inferior, intentando ocultar una sonrisa ingenua.

—Mmm, muy buena pregunta —termino soltando una pequeña risa nerviosa—. Es muy probable que no haya pensado en eso.

Para ser honesta, me siento como el personaje de Po en Kung Fu Panda, pues no creí que llegaría tan lejos. Y claro, Alex lo nota.

—Entonces, ¿cómo se lo piensas decir, idiota? —pregunta, extrañada de mi falta de organización.

Frunzo los labios, haciendo unas muecas extrañas que ni yo entiendo. En definitiva, la convicción va de lado de la acción, pero creo que lo descubrí ya muy tarde.

—¿Sabes qué? Lo mejor será que simplemente improvise —empiezo a idear un plan expreso—. Solo iré y le diré todo, ya sabes, me gusta este tipo y bla, bla, bla. Todo el rollo que me trae loca. Y ya está, listo.

Alex alza una ceja, acompañada de una risa. —Que rápido resolviste el asunto.

Hago un intento de guiño de ojo, lo que la hace reír un poco más y me saca una sonrisa del rostro.

No obstante, cambio a un semblante más serio con lo siguiente—: Claro está, que tendrás que acompañarme, Alex. Sabes lo pésima que soy para estas cosas.

Y claro que lo sabe. Solo es de recordar que fue ella quien me preguntó en el momento que le confesé que me gustaba Devon, nunca salió de mi boca porque fuese mi intención. Pero tampoco me arrepiento.

Alex se encoge de hombros con una sonrisa de lado. —Si, está bien. Igual, supuse que eso era más que obvio.

Adoro el apoyo que hemos mostrado entre las dos desde que agarramos confianza el año pasado. Apenas ha sido un año, pero sé que tengo a Alex para cuidar mi espalda cuando lo necesite y ella sabe que yo lo haré en su momento.

—Si, la verdad es que si —digo riendo.

Le cambio el tema sobre una historia nueva que he encontrado en wattpad, porque sí, al final, caí en la tentación y me vicié un poco con la aplicación. En fin, de vez en cuando, nos gusta encontrar una historia del gusto de ambas y hacer lectura conjunta, de forma que vayamos comentando entre ambas y ha pasado un tiempo desde la última vez que lo hicimos.

Estoy medio concentrada escuchando a Alex hablar de otra historia cuando Devon pasa por nuestro lado, saludándonos con ese saludo informal de militar, todo con un toque pícaro, distintivo de su persona.

—Señoritas —dice en un tono cómplice. Actuando normal, le regreso el saludo con un asentimiento de cabeza. Sonrío cómo la idiota enamorada que soy.