17: 𝑙𝑎 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑝𝑎 𝑅𝑜𝑗𝑎

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Dije que te acompañaría, ¿no? Somos uno ahora. Voy a donde tú vayas.

Se me escapa una sonrisa por lo que Demian me dice. Nos miramos de reojo y me guiña un ojo.

—Si, estoy lista—solo entonces respondo.

—Bien...—dice Laila viniendo hacia nosotros. Me toma de los hombros—Porque necesitarás arreglarte. No pienses que irás así nomás.

—El Consejo es viejo, pero se toma muy en serio las presentaciones—habla Carter antes de tomar un sorbo de su café—Y si se trata de tí...es más importante que cualquier otra cosa.

—¿Y a dónde iremos? ¿Dónde tienen su guarida?

—¿Guarida?—aparece Max detrás de nosotros. Tiene cara de dormido todavía, pero va estirando los brazos a medida que se acerca—El Parlamento es gigante. Pero está oculto. Es tan hermoso que te impacta la primera vez que lo ves.

—Lo que tienes que saber es que está custodiado día y noche por guardias del Consejo Real—me explica Robert—Si fallamos en algo, todo lo que hicimos hasta ahora se irá por la borda.

—Pero no lo haremos—opina Demian—Porque la acompañaré. Solo dejan entrar a mujeres lobos con su Pareja, ¿no? Pues yo soy...

—Hablamos de la hija de Caperucita Roja—entra en desesperación Robert—Tiene que salir a la perfección. Se presentará ante el mundo entero, Demian.

—Tranquilo, viejo—se burla Carter—O te saldrán arrugas.

—Mira, el Parlamento está dividido en cuatro secciones—explica Demian—Uno por cada raza mágica más poderosa. Hombres Lobo, Ninfas, Cambiaformas y Magos.

—Pero los Magos ya no ejercen—recalca Laila—Excepto, claro...por Renata. Es una concejal, pero está fuera de las leyes. Si pasa algo raro, no dudes en consultarle.

—¿Quién es Renata? —pregunto yo.

—Mi exesposa—responde Robert—Y no sería de mi agrado verla allí. Así que Demian tiene razón—le palmea la espalda, toma su café y antes de retirarse, prosigue: —ustedes dos entrarán en la Sala Dorada.

Sala Dorada, concejales, leyes, Parlamento...todas palabras con un significado diferente para este mundo. Tantas cosas nuevas que aprender, cosas que mi madre a lo mejor tuvo toda la vida para descubrir.

Tranquila. Mientras estés conmigo, nada malo te pasará.

La voz de Demian se introduce en mi cabeza y manda señales por todo mi cuerpo. No sé cómo lo hace, ni siquiera como funciona, pero estoy cien por ciento segura de que quiero aprender más.

—Ven, Lana—me llama Laila con dos tazas de café en las manos—Te daré algo para que te pongas.

—No querrás ir en pijama, ¿cierto? —me dice Carter y me lanza una sonrisa burlona.

—Cállate—me defiende Demian—A Lana le queda todo perfecto.

—Eso es porque es tu Pareja, hermano. Pero tranquilo...solo estaba bromeando.

Y Laila defiende también a Demian diciendo:

—Claro, eso es algo que entenderás cuando tengas a alguien a quien amar.

Demian trata de no escupir el café por la risa. Y yo me dejo llevar por Laila mientras que veo a un Carter molesto que enseguida muestra los colmillos de lobo.

—¿Eso no ha sido duro? —pregunto una vez que nos encontramos dentro de la habitación de Laila.

Ella me tiende una de las tazas con café y la otra, la suya, la deja sobre el escritorio.

✔ 𝐿𝑎 𝐻𝑖𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝐶𝑎𝑝𝑒𝑟𝑢𝑐𝑖𝑡𝑎 𝑅𝑜𝑗𝑎 1» Eʟ DᴇsᴘᴇʀᴛᴀʀWhere stories live. Discover now