-El principio-

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10 años atrás

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10 años atrás


Desde el ángulo en el que miraba hacia la casa del bosque todo parecía tétrico y oscuro. Los árboles estaban empinados hacia dentro, como si quisieran llegar hasta la cabaña, sin hojas y teñidos por una capa fina de nieve. Los cuervos agitaban sus alas y graznaban a medida que volaban en círculos. Una vegetación que, de a poco, también se pintaba de blanco.

Lana se volteó para mirar atrás. Sabía que alguien la perseguía, estaba segura. Pegó los dedos contra el tronco del árbol en donde se escondía, y dejó escapar el aire que estaba conteniendo. Su aliento no tardó en enfriarse, y ella tampoco esperó para salir corriendo directo a la cabaña que, en un tiempo atrás, había pertenecido a su tatarabuela.

Escuchó su nombre entre los árboles. Alguien la llamaba con una voz áspera. Aceleró el paso, dejando que el collar golpeara contra su pecho con furia. El miedo se apoderó de ella en cuanto pegó la espalda a la puerta de madera de la cabaña y observó a lo lejos la figura de un gran animal entre los arbustos blancos.

Sabía que era él. No tenía dudas.

Su respiración comenzó a aumentar, sus manos frías y pálidas se volvieron azules, y sus labios rosados se secaron. Tragó saliva con nerviosismo tomando el importante collar entre sus manos, pidiendo en voz silenciosa que no le pasara nada.

Lana.

Allí estaba nuevamente, aquella voz gruesa que la llamaba constantemente. Lana no recordaba a quién pertenecía, y aun así, aquello aportaba mucho más miedo del que ya tenía. La figura del animal salió entre los arbustos y caminó en cuatro patas por entre la nieve. Era un lobo. Un lobo blanco sin ningún punto negro en su pelaje. Sus ojos amarillos parecieron mirarla y Lana ya no supo qué hacer.

Ahí estaba él. El que siempre repetía su nombre como si en verdad hubiera venido a por ella. Como si se la quisiera comer de un segundo a otro. Lana se movió lentamente hacia la derecha, siempre con el collar en las manos, y el lobo le mostró los dientes. Colmillos grandes y brillantes. "Para comer mejor", pensó ella.

Ya es hora. Le susurró el lobo.

Lana quiso moverse, correr, en cuanto el animal comenzó a caminar hacia ella. Llevada por el pánico, tomó el pomo de la puerta y lo agitó entre sus manos para poder abrirla. Los pasos del lobo acelerando provocaron que sus dedos se enredaran en la cadena y que esta cayera por su cuello hasta perderse entre los yuyos de la cabaña. Sin darse cuenta de aquel suceso, en cuanto la puerta se abrió y pudo poner un pie dentro...Lana supo que ya era demasiado tarde.

El lobo la había atrapado.

✔ 𝐿𝑎 𝐻𝑖𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝐶𝑎𝑝𝑒𝑟𝑢𝑐𝑖𝑡𝑎 𝑅𝑜𝑗𝑎 1» Eʟ DᴇsᴘᴇʀᴛᴀʀUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum