- La comida esta deliciosa Jennifer- hable amable.

- Gracias cariño- respondió- Estaba planeando hacer una fogata esta noche ¿qué les parece?.

- ¡Si!- grito Clay ansioso.

- Es una buena idea mamá- respondió Tyler.

- Mia ¿cómo vas con la enfermedad?- pregunto Jennifer.

- ¡Mamá!- grito Tyler fulminándola con la mirada.

- Esta bien Tyler- lo tranquilice- Muy bien Jennifer, las cosas han mejorado.

- Que bueno querida, perdón si te incomodo mi pregunta, no era mi intensión- se disculpo.

- No te preocupes- le sonreí.

Al terminar el almuerzo Tyler y yo caminamos un rato por la orilla del lago y nos sentamos a ver el atardecer. Recosté mi cabeza en su hombro y él deposito un beso en mi mejilla.

- Es grandioso ¿verdad?- le pregunte a Tyler mientras veía como el sol se ocultaba.

- ¿A qué te refieres?- pregunto confundido.

- A todo, lo maravilloso que se siente estar vivo- le explique.

- Mia... prométeme algo- hablo mientras tomaba mi mano.

- Si- respondí e inmediatamente me arrepentí, ¿y si me pedía algo que yo no podía cumplir?.

- Pase lo que pase, nunca vuelvas a separarte de mi- pidió con la voz quebrada.

- Te lo prometo- respondí mientras volteaba a verlo.

Nuestras frentes se tocaron y de nuevo podía sentir su respiración. Permanecimos así unos minutos, miraba sus ojos, aquellos ojos verdes que tanto me fascinaban, estaban llenos de amor y dulzura. Sonreí

- ¿Qué?- pregunto con una pequeña risa y su frente aun sobre la mía.

- Nada- respondí y me separe de él.

- Cuando me separaste de ti... fue horrible- dijo cabizbajo.

- Lo se, para mi también lo fue... lo siento- me disculpe con voz pesarosa.

- No lo volverás a hacer nunca ¿verdad- gimió con voz baja.

- Nunca- le respondí mientras tomaba su mano.

Cuando la noche cayo y el cielo ya era oscuro nos reunimos alrededor de la fogata, bajo las estrellas. Asábamos malvaviscos y el padre de Tyler contaba historias de terror. El pequeño Clay de vez en cuando daba pequeños gritos y yo reía disimuladamente.

- Así que no estas asustada- hablo Tyler al notar mi risa.

- Ni un poco, nunca fue ese tipo de chica que se asustaba por todo- le explique.

- ¿No le tienes miedo a nada?- pregunto incrédulo.

- En realidad si, a dos cosas... la primera es morir y la segunda es perderte- reconocí.

- Descarta la segunda opción, nunca va a pasar- hablo seguro.

- Eso espero- le respondí.

Al día siguiente la familia de Tyler y yo dimos un pequeño paseo en la lancha por el lago y al finalizar el día ya estábamos de vuelta en casa.

- Muchas gracias por todo señores Collins- dije mientras me despedia de ellos.

Tyler me acompaño hasta la puerta de mi casa.

- No puedo creer que ya haya acabo- hable desanimada.

- Lo se, me la pase muy bien- se limito a contestar.

Nunca me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora