Capítulo 2

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Me encontraba en mi habitación empacando ya que mañana partiría a Pittsburgh con una nueva casa, un nuevo colegio, nuevos amigos y una nueva vida.
Al terminar me recosté en mi cama mientras veía el techo, no podría creer que mañana todo seria diferente.

Quería ver a Zoe por ultima vez, la iba a extrañar demasiado, ella era más que mi mejor amiga y el hecho de dejarla era algo difícil. Cerré los ojos imaginando mi nuevo colegio y mis nuevos compañeros, pero simplemente no podía, de nuevo una lagrima recorrió mi mejilla, la seque de inmediato y comencé a escribirle un mensaje a Zoe diciéndole que llegara lo antes posible.

Pronto tocaron el timbre y baje las escaleras corriendo, al abrir la puerta se encontraba Zoe, la deje pasar y subimos a mi habitación.

Nos sentamos al borde de la cama y comencé a contarle todo.

-Me iré a Pittsburgh- susurre.

-Estupendo, y ¿cuando regresas?.

- Zoe creo que no entendiste... mi madre consiguió un empleo y me mudare ahí- dije mientras derramaba una lagrima.

Ella me abrazo muy fuerte.

- Las cosas han sido muy difíciles desde que... pues ya sabes, desde que mi papá murió y mi mamá hace todo lo posible para sacarnos adelante y hasta ahora está ha sido la única solución- continúe.

-Te voy a extrañar- dijo con la voz temblorosa.

-Yo igual Zoe, ¿te puedo pedir un favor?- le pregunte.

-Claro que si, lo que sea.

- Pase lo que pase... nunca me olvides- dije conteniendo las lagrimas.

-Nunca- dijo sonriendo aunque la tristeza aún se notaba en su rostro.

Le di un último abrazo y se marchó.

Esa misma tarde los gemelos me visitaron ya que se habían enterado de la noticia.

- Vamos a extrañarte muchísimo Mia- dijo Andy con una sonrisa falsa en el rostro.

-Yo los extrañare a ustedes chicos.

-Te prometemos que iremos a visitarte lo antes posible- hablo Alex.

- Gracias, en serio los quiero muchísimo- volví a hablar mientras sentía como mis ojos se humedecían.

Me acerqué a ellos para abrazarlos a ambos al mismo tiempo y ellos me correspondieron el abrazo, sentí como las lágrimas comenzaron a caer por mi rostro mojando mis mejillas.

- No llores Mia, llorare yo igual- dijo Andy con los ojos llorosos y yo reí un poco sin dejar de llorar.

Cuando los gemelos se fueron subí a mi habitación, me coloque y me acosté en la cama, intentaba dormir pero el sueño era incapaz de llegar, estaba observando el techo inmóvil, pasaron al menos dos horas hasta que el sueño llego y quede dormida.

Al despertar, termine de empacar poniendo la ropa en una maleta y mis cosas en unas cajas, al terminar Jacob me ayudo a bajar las cosas y a depositarlas en el camión de mudanzas que ya se encontraba afuera esperando nuestras pertenencias. Pasaron 2 horas más y ya estábamos listos para irnos, esa misma tarde mi vida cambiaría por completo, todo estaba cambiando y demasiado rápido.

Me subí a la camioneta de mi madre y ella empezó a manejar.

Cerré los ojos y una vez más comencé a imaginarme como seria mi nueva vida, tenia miedo pero a la vez la emoción me invadía. Estaba emocionada por tener un nuevo comienzo y pronto sin darme cuenta quede dormida.

Nunca me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora