Final + Epílogo

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Aviso importante mañana.


Sabía lo difícil que sería. Que no sería sencillo. Que no me la pondría fácil.

Pero lo mas difícil para mi sería tener que dejar a YoungJae, sabía que no le haría falta nada ya que Jin estaría  a su lado y no lo dejaría solo. Algo de lo que también estaba seguro era que el estar alejado de YoungJae me complicaría más las cosas, tendría que bloquearlo de mi mente al menos mientras estaba fuera, sería difícil pero sería lo mejor.

Personas iban y venían me encontraba al centro del aeropuerto con mi pasaporte en mano  y con las dos personas mas importantes de mi vida detrás de mi. Una; el amor de mi vida y dos; mi mejor amigo.

Será difícil lose, él me necesita ahora, mas que nunca.

*
-última  llamada para los pasajeros del vuelo trecientos cinco. Favor de abordar al avión con destinó a tokyo.

Me gire sobre mis talones para enfrentarme  a la realidad. Mire a ambos a los ojos, era como si me quitasen alguna parte de mi cuerpo, algo importante, algo sin lo que no podría vivir.

—Ven.–dije para halar a YoungJae de un brazo con sumo cuidado y acercarlo a mí, envolviéndolo en mis brazos, estrujándolo   contra mi cuerpo. Sentí sus brazos alrededor de mi cintura. —Regresare lo antes posible, te lo prometo. –beso su frente y me separe de él. Observe a jinyoung quien tenía sus ojo cristalinos y en su rostro una débil sonrisa. Lo hale del brazo y lo estruje.

—Cuidate mucho.–le dije.

—También tú. –al menos ahora estaba de mi lado, cuando recién le dije lo del viaje se opuso por completo. Él mismo se había ofrecido a ir en mi lugar, le explique que debía ser yo  quien arreglara las cosas del pasado. Lo haría por hannie por YoungJae y por mí.

—Gana.–agregó en un susurro cuando rompimos el abrazo.

Me fue imposible voltear y ver a YoungJae una última vez, lo volví acercar a mí en un abrazo. Sin duda seria mas difícil de lo que pensaba.
Una vez lo solté comencé alejarme y comencé a caminar hacia donde debía.

A partir de este momento era el final, tenia que ganar como lo dijo Jin. Regresaría siendo victorioso y sobre todo libre.

30 días después.

—El jurado falla a favor del ex prisionero Lee SungHwa Queda preso a cadena perpetua por homicidio y violación a un menor de edad. Sin libertad condicional y con una prueba más a pena de muerte. –dijo firme la jueza.

Yo me encontraba de pie junto al escritorio. Observe como los dos guardias se llevaban  a Hwa. Me miraba con odio, en sus ojos sólo expresaban rabia. Y nadie podía quitarme esa sonrisa se oreja a oreja que tenía en mi rostro. En un gesto inmaduro alce mi brazo y le mostré mi dedo de en medio. Él solo luchaba contra el agarre de los guardias mientras me veía.

Una vez las puertas se habían cerrado detrás suyo. Desvíe mi mirada encontrándome con jinyoung al instante. Quien me abrazo para soltarme al instante.

—Lo hiciste. –decía con la felicidad plasmada en su rostro. —Ganaste.–era indescriptible la gran felicidad que emanaba. Dio un paso al lado dejándome ver a YoungJae. Quien me miraba directo a los ojos. Libre. Pensé. Abrí mis brazos para que se acercará a abrazarme y así lo hizo. Pegue mi mejilla a su cabeza.

—Señor Im.

Voltee hacia la jueza quien me sonreía.

—Ven afuera con jinyoung, los veo allá.

La señora juez había estado conmigo, de mi parte en todo momento. Aunque haber llevado esto a un juicio se me hacia totalmente estúpido. Aunque lo quisiéramos o no, nos hubieran sometido de igual manera ya que el hijo de puta de Hwa tenía muy buenos amigos en todos lados. Pero había valido la pena los golpes y las fracturas. Claro era imposible imaginar que regresaría de tokyo ileso. Había tenido una gran pelea, aunque los resultados para él habían sido peor. Me había estado aguantando  durante tres años el poder golpearlo como lo merecía y ese día había llegado. Había desquitado todos esos tres años esos mil noventa y cinco días, de coraje por todo su cuerpo y cara. Ahora me sentía mas liviano.

—Cualquier cosa mantengame informada.

—Si.–asenti.

—Cuide mucho del señor choi.

—Claro que si.

[...]

Meses después YoungJae y yo nos habíamos ido a vivir juntos a una casa no muy lejos de la ciudad. Incluso jin se había mudado por el mismo vecindario.
Después de meses de espera había logrado uno de mis sueños. YoungJae había decidido darme una oportunidad. Ahora oficialmente era su novio.
Incluso la seguridad de YoungJae había vuelto, ya no usaba sus grandes poleras. Aunque me era muy tierno verlo con ellas o incluso con mis camisas. Ahora usaba ropa a su medida. Y esos pantalones, maldición, esos malditos pantalones que le favorecían a su trasero. Se que los usaba para provocarme  y muchas veces caía en su trampa. Y como olvidarme de la hermosa sonrisa que ahora iluminaba mis días, como olvidar aquella promesa que hice, donde dije que haría que su sonrisa regresara, y Ahora lo había cumplido.

Aveces hay personas que dicen que cuando haces lago bien la visa te lo regresa y creo que a esto se referían.

~

Me encontraba sentado en el sofá cuando unos toquidos en la puerta hicieron que me pusiera de pie y abrir. Tal vez debía ser jin ya que dijo que hoy vendría pero me extrañaba que tocara ya que él nunca toca antes de entrar además tiene llaves de la casa. Abrí la puerta encontrándome con la figura de una chica mediana estatura. Al memos más pequeña que yo.

—¿En qué puedo ayudarte?

—Perdón que te moleste.
Tan pequeña

Mi camión de mudanza llegó hoy.
Tan delicada

—Y solo dejaron las cosas allí.
Tan dulce

—Y se marcharon, quería saber...
Incluso era tan parecida...

—Si podrías ayudarme a llevarlos dentro.
A hannie

—Por cierto me llamo hannie.–me tendió su mano para estrecharla con la mía.

—Claro.–dije. Youngjae llegó a mi lado y sonrió.

—Hola

—Hola, le decía a...

—Jaebum

—Jaebum, si podría ayudarme con mis cosas, me llamo hannie.–tendio su mano a YoungJae y la estrecho con él. Youngjae volteó a verme cuando sus manos se soltaron. Yo solo asenti.

Junto con YoungJae y hannie metimos sus pertenecías a su hogar. Jinyoung había llegado justo en aquél momento así que también nos ayudo.

Cuando los cuatro ya habíamos acabado nos encontrábamos fuera de su casa y para agregar éramos vecinos.

—¿Ya somos amigos?. –dijo jinyoung mirado a hannie. Ella sonrió incluso tenia aquél  encanto, que cada vez que sonreía te sentías bien, te sentías cómodo.

—¿Quieres cenar con nosotros?

Sabia que la vida jamas me devolvería a hannie pero al menos podría tratarla como a una hermana. Veía esto como una recompensa mas de la vida. O tal vez ya me estaba volviendo loco. Aún así ella sería como jinyoung. Seria mi amiga, pero la trataría como una hermana y tal vez más adelante ella llegara a saber sobre mi niñez. Mis estúpidos impulsos  me habían querer protegerla aun siendo yo un extraño para ella. Pero todo dependía del paso del tiempo

Ahora solo disfrutó cenando con una vida libre, con el amor de mi vida, mi mejor amigo y...mi hermana.

Fin.



Padrastro [2jae]Onde histórias criam vida. Descubra agora