Dieciséis.

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Desperté aún con la pesadez en mis ojos por la noche anterior, hoy era viernes, al menos asistiría el último día a clases.
Cuando me senté en mi cama, vi a jinyoung. Ya estaba levantando y sobaba su rostro.

El me miro y me sonrió.

—Me voy ahora, pasare a mi casa por unas cosas y tomare un baño.

—Claro, y gracias por acompañarme.

Asintió y salió del cuarto, segundos después escuche su auto.

Me puse de pie, tome un baño algo largo, no me había dado cuanta de la hora, hasta que tome mi celular y lo encendí, 6:40am. Tenia veinte minutos para llegar.

Tome mi chaqueta, agarre las llaves y salí de casa. En el camino compraría algo para desayunar.

Conducía hacía la casa de YoungJae con mi leche de fresa en una mano, y lo vi caminado en la acera.

Acerque el auto a él, sólo basto una señal para que rodeara el auto y subiera.

Deje el bote en el porta vasos, y volví a retomar el camino hacia la escuela.

YoungJae solo miraba por la ventana y se mantenía en silencio, traía sus características poleras  que le quedaban enormes. Y lo comprendía la mañana había estado fría, ya empezarían los días donde solo llueve o la temperatura esta bajo cero.

Llegamos a la escuela, baje del auto y camine con YoungJae por el pasillo hasta llegar al aula.

Estaba realmente aburrido, solo podía observar a YoungJae, quien estaba atentó a la pizarra.

—¿YoungJae?.–llame por lo bajo para que el profesor no pudiera oírme. El volteo y me observó.—¿Iras a deportes?.–hoy era el día en que teníamos deportes.

Su mirada cambio drásticamente. Coloque una mano en su pierna.

—No te preocupes, no entraremos. –dije para después poner mi cabeza en la banca. Y el sólo asintió desconfiado.

Llegó la hora del receso, todos salieron del aula, a excepción de YoungJae y yo. No decíamos nada, pero solo con tenerlo a un lado mio me hacia feliz.

Dos clases mas y la hora de deportes llego, los alumnos comenzaron a salir.

—Toma tu mochila. –dije para ponerme de pie y tomar a YoungJae de la mano.—Vamos.

—Espera no podemos salir...

Era la ultima clase por lo cual ya no había alguien cuidando la entrada.

Salimos y subimos a mi auto, puse reversa y salimos del estacionamiento de la escuela.

—¿A dónde vamos?.–preguntó YoungJae.

—A donde sea...

Conduje hasta la cafetería mas cercana, realmente me hacia falta uno y la leche de fresa no ayudaba mucho, aún que realmente me encantaba.
Llegamos y apague el motor del auto.

—¿Tienes hambre?.

—En realidad no.–YoungJae dijo avergonzado.

—Bueno yo si, ¿quieres acompañarme?.–asintió.

Ambos bajamos y entramos a la cafetería.

—¿Quieres un café, agua u otra cosa?.

—Solo agua.

Fui hacia el mostrador a pedir las cosas, YoungJae fue a apartar una mesa, después de unos minutos, ya iba con las cosas en mano, llegue y me senté enfrenté de YoungJae.

—Ten.–entregue la botella de agua.

—Gracias.

Un rato después YoungJae dijo que tenia que regresar a casa. No sabía de que otra manera podía acercarme a el. Siempre se mantenía callado, pensé que el, estar conmigo podía hacersele incómodo. Pero era demasiado tímido para decirme o incluso ignorarme. No entendía.

Después de pagar por las cosas, lo lleve hasta su casa, pero no dejaría que se quedara solo. Así que entre con el.

—¿Por qué sigues aquí?.–ambos estábamos sentados en el sofá de la sala. Su pregunta me extraño.

—¿Disculpa?

—¿Por qué sigues conmigo? No he sido mas que una carga, ¿por qué no eres como los demás?, no me toman en cuenta simplemente siguen con sus vidas, No soy divertido,no me conoces del todo, soy un extraño para ti o...¿Que somos?.–su voz cada vez se hacia mas baja, mantenía sus piernas pegadas a su pecho abrazándolas.

—Crei que eramos amigos...

—¿Por qué?

—Porqué me importas, y no quiero verte sufrir.

—Entonces vete, si no quieres verme sufrir, vete.

No entendía por que de repente se comportaba así, en todo este tiempo me había mostrado una faceta completamente diferente. ¿Por que ahora?

La puerta se abrió antes de que pudiera decir algo más. Y aquel hombre entró a la casa, junto a la mamá de YoungJae.

—Hola, cariño.–ella me observó. —¿Quién es tu amigo?

—Me llamo Im Jaebum, es un gusto conocerla.–me puse de pie y estreche su mano.

—Hola hijo, el es mi esposo, padre de Young-

—Padrastro. –YoungJae comentó por lo bajo pero aun así se logró escuchar.

—Es un gusto.–concluyo su madre.

—Que tal señor, un gusto en conocerlo.

—Igual.

Realmente me costaba estar tranquilo, teniéndolo tan cerca, sentía que podía golpearlo en ese momento,  ver su cara era una tortura.

—YoungJae nunca había traído a alguien a casa.–ella decía sonriente, al menos ¿sabia que su hijo siempre se había mantenido alejado de la sociedad?

—Mamá...

—¿No quieres quedarte a cenar?

—Me encantaría. –con tal de estar mas tiempo con YoungJae.

—Por que no subes con tu amigo, yo les hablaré cuando la cena este lista.

YoungJae tomo mi mano y en silenció subimos hasta su habitación.
El se dejó caer en la cama una vez entró.
Yo me recargue en la puerta hasta caer sentado en el suelo.

YoungJae se sentó correctamente y me observó para después palmear la cama aun lado suyo, yo me levante para colocarme aun lado suyo.

—No deberías estar aquí.

—¿Por qué no?

Trataba de buscar la mirada de YoungJae pero siempre mantenía la cabeza baja.

—Mirame.–ordene. El alzó su vista hasta que sus ojos hicieron contacto con los mios, no podía explicar lo que había en su mirada. Era la misma mirada gris que ella tenia antes de morir, sin luz, sin vida.

Lentamente me acerque a su rostro, el no se alejó a lo que me ínsito a continuar. Junte sus labios con los mios, me mantuve quieto hasta que el empezó a mover sus labios torpemente sobre los mios.

Coloque mis manos en sus mejillas y el colocó las suyas sobre las mías. Amaba que YoungJae tratara de seguirme el paso, sus movimientos torpes hacia el beso aun mejor.
El cayo hacia atrás y yo caí sobre el, aún con nuestros labios siendo uno.







Padrastro [2jae]Where stories live. Discover now