Diecisiete.

10.7K 1.4K 472
                                    

Nunca había besado de esa manera a YoungJae, a pesar de que esta era la segunda vez.

Mi respiración era pesada sobre la suya. Coloque una mano en su cintura. El se separó de mi y bajo su cabeza poniendo su cabello en mi rostro. Coloco su mano sobre la mía que estaba en su cintura.

Y entendí, entendía que YoungJae aun no estaba listo para que lo tocaran, siempre había sido contra su voluntad, no estaba preparado para ir por su propia cuenta.

—Lo siento. –dije para levantarme de la cama y dejar a YoungJae sentado sobre ella. Volví a sentarme en el suelo de la habitación y recargue mi espalda en la cama.

Un  rato mas tarde la voz de la mamá de YoungJae se escuchó por toda la habitación. Ambos bajamos en silencio.

Ya ambos en el comedor, su mamá no dejaba de mirarme y sonreírme.

—Estoy feliz de que YoungJae haya echo un nuevo amigo.–volvió a sonreirme.

~*~
Una cena silenciosa solo se escuchaba el sonido de los cubiertos contra en vidrio de los platos.

Me era bastante similar.

~*~
Ahora ya cerca de las doce de la noche, me encontraba de vuelta en la habitación de YoungJae.

Su madre insistió diciendo que ya era tarde para que me fuera a casa.
Aún me sorprendía  la tanta confianza que su madre tenía, ahora eso tiene sentido en muchas cosas. Bufé para mis adentros.

YoungJae estaba acostado en su cama mientras yo me encontraba sentado a su lado. Afuera estaba oscuro y solo la luz de la luna que entraba por la ventana alumbraba la mitad de la habitación. No estaba seguro si estaba despierto o no. Pero su respiración chocaba en mi pierna.

Comencé a acariciar su cabello, mientras observaba su rostro. El abrió los ojos y los clavo en mi.

—Sigo sin comprenderte.

¿A qué se refería con eso?

—¿Por qué?.–pregunte esperando una aclaración de lo que había dicho.

—Pudiste meterte en muchos problemas...por lo que hiciste...pero sigues aquí, a pesar de tener que verle la cara a mi padrastro después de destrozarle el auto.

—Lo merece, merece más que sólo eso.–me acomode a su lado, esta vez acostándome en la cama.

—¿Sabes? No te conozco mucho...pero no eres el tipo que yo pensaba que eras, y lo siento.

Era la primera vez que salían mas de cinco palabras de la boca de YoungJae desde que lo conocí.

—¿Cómo pensabas que era?.–no pude evitar sonreír al preguntar y ver en su rostro su nerviosismo.

—Pensé que eras alguien problemático, que pasabas mas tiempo en detención que en su casa o cualquier otro lugar. Me equivoque, lo siento.

No me importaba lo que pensaba de mi, ahora me concentraba en cada una de de sus palabras, tal vez pase tiempo para que vuelva hablar conmigo de esa manera.

—Muchas personas tiene esa idea de mí. –confese.

Una curva en sus labios Oh dios. Mi corazón comenzó a latir con fuerza.

—Quiero que me hagas un favor.

Dudo pero aun así asintió.

—Quiero que sonrías para mí...

Quería verlo sonreír al menos una vez, una vez.

Poco a poco la curva se empezó a formar en sus labios, sus dientes comenzaron asomarse, y mi corazón, no podría mantenerse mucho tiempo en mi pecho.

Coloque mi mano en su mejilla, sabia que no era una sonrisa sincera. Pero pronto la conocería.

—Gracias. –susurré.

Su sonrisa volvió a borrase y la sola línea de sus labios se tatuó en su rostro de nuevo.

Y aun había muchas otras cosas que quería saber de él. Era un libro nuevo que esperaba por llenar sus hojas.
Su primera mascota, su color favorito, su platillo favorito.

—Has dicho que no sabemos nada el uno del otro, quiero conocerte mas. ¿Qué dices?.–asintió.

...
Dos de la mañana y ya YoungJae me había contado acerca de su infancia, sus gustos y varias cosas mas.

Yo al igual que él, había contado mi infancia mis experiencias. Aunque no fui demasiado honesto, aun no le decía la verdad, mentalmente no estaba preparado.

—Nunca volviste a ver a tu padre.–negué.

—Se largo cuando yo tenia sólo siete años, yo tuve que madurar mas rápido que los otros niños que conocía. Tenía que cuidar de mi madre.

Él se acercó a mi y paso su brazo al rededor para abrazarme, una de sus piernas estaba en medio de las mías, yo coloque mi mano en su espalda, y el enterró su rostro en mi pecho.

Había momentos donde no entendía que pasaba por la cabeza de YoungJae. Aveces me gustaría poder leer su mente.

[...]

Me había equivocado totalmente en cuanto a Jaebum.
No era la clase de hombre que yo pensaba que era.

Había sufrido mucho durante su infancia...no era alguien malo, solo tenía conceptos sobre las personas.
Dejaba que las personas se dejaran llevar por su imagen, así nadie se metería con el. Jinyoung había estado con el desde los ocho años. Fue un hermano para el desde entonces.

Cuando término de contarme no pude evitar abrazarlo, también había sufrido y se había mantenido fuerte por su madre, eso me hacia sentir patético.

Me encontraba entre sus brazos, con mi rostro en su pecho y su perfume inundaba mis fosas nasales, era un aroma característico de el. Era una aroma que lograba tranquilizarme  y de algún modo era como una droga, necesitaba tenerlo cerca, respirar su olor. No podía dejarlo ir, no podía dejar a la única cosa que lograba tranquilizarme en todo este mundo. No después de haberlo buscado por mucho tiempo.

—No me dejes. –susurre en su pecho.

Cuando pensé que ya estaba dormido y que no me había escuchado, su grave voz llegó hasta mis oídos.

—Nunca.

Y solo esa palabra de cinco letras hicieron que sonriera y cerrara los ojos, cayendo en un profundo sueño.
Por que ahora el también era parte de ellos.

M

Padrastro [2jae]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon