Veintidós.

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Estúpidas mañanas frías aunque me gustaban odiaba que estuvieran acompañadas por las tupidas lluvias.

Aun que...si las pasará con YoungJae no me importaría.

Tomé un baño con agua tibia, cepille mis dientes. Coloqué mi polera mis jeans y una chaqueta negra acompañe todo el conjunto con mis converse negros. Tomé mi mochila y baje las escaleras.
Tomé las llaves de mi auto y salí.

Ya conducía hacia la casa de YoungJae cuando lo vi salir, tuve que acelerar sólo un poco para alcanzarlo. Aparque  el auto a su lado,  lo vi rodear el auto, después abrió la puerta y se acomodo en el asiento del copiloto. Abrazaba su mochila contra su pecho y su cabello ya bastante largo le tapaba un poco mas allá de sus ojos.

—¿Estas bien?.–pregunte.

—Si, por favor conduce.

Conduje hasta la escuela pero aun así no deje de pensar que le sucedía. Aún que se comportará raro la mayoría del tiempo había situaciones donde se podía ver que había ocurrido algo o sólo era un recuerdo traumático.

Cuando ya estábamos en el estacionamiento de la escuela, le puse seguro a ambas puertas, evitando que saliera. Supongo que no se dio cuanta o tal vez si. Ya que no se movió de su lugar y mucho menos protestó por que lo estuviera encerrando.

—Hey. –lo llame por lo bajo. Su cabello que aun le tapaba su ojo izquierdo que era el que estaba a mi alcance, no me permitía verlo como quería. Mi mano se pegó a su mejilla izquierda después subió para acomodarle un mechón de cabello atrás de la oreja. Mis ojos se abrieron y mi sangre comenzó a hervir. Muy cerca de su ojo tenía hinchado y comenzaba a tornarse mas oscuro pasando del rojo al morado. Observe sus brazos e inmediatamente agarre su brazo izquierdo para alzar la manga de su polera y observar por lo qué yo mas temía. Varias lineas iban y venían cruzadas, su brazo estaba totalmente lleno de aquellas cortadas recientes. No podía observar algún pedazo libre todo lo que había sido su brazo ahora sólo eran cortadas vivas.

Mi corazón latió con fuerza por el coraje y la impotencia ¿Qué podía hacer? ¿Qué debía hacer? Deje su brazo para recargar mi frente en el volante y cerrar los ojos con fuerza, sentía el nudo en mi garganta, pero no podía quebrarme frente a él, yo, quien era el que debía ayudarlo, apoyarlo, cuidarlo, ser lo mejor para él. No podía dejarme a batir así delante suyo. Escuche sus sollozos ya que no lo estaba viendo, poco a poco esos sollozos incrementaron haciéndose mas fuertes y seguidos.

Me trague todo aquello que sentía y que me destrozaba por dentro. Me separé del volante, y quite las manos que ahora cubrían el rostro de YoungJae. Lo tome por las muñecas no haciendo demasiada presión, y los hale para qué quedaran alrededor de mi cintura mientras yo lo abrazaba a la altura de los hombros.
Y entonces comenzó a llorar desconsoladamente lloraba cerca de mi oído y eso me hizo apretarlo aun más.
Perdimos la primera clase pero eso no me importó. Solo me importaba estar cerca de él calmando su llanto que tanto sentía que me destrozaba.

Después de unos minutos eternos logró apaciguar su llanto y pudimos salir del auto dirigiéndonos a nuestra segunda clase, ya que era cambio de hora logramos entrar sin problema.
Ya en clase YoungJae tenía su cabeza en mi hombro mientras yo escribía en su libro y en el mio a la vez.

La clase se vio interrumpida por los toques insistentes en la puerta, el profesor se dirigió a esta y abrió dejando ver al director de la escuela, un hombre de unos sesenta y seis  años de edad. Que le entregaba un pequeño papel al profesor. Compartieron un par de palabras y decidí regresar mi vista a lo que hacia hasta que escuche mi nombre.

Padrastro [2jae]Where stories live. Discover now