Veintiocho.

8.7K 1K 464
                                    

El reloj  sostenido en la pared avanzaba lento.  Los sollozos de YoungJae habían cesado. Ahora se encontraba sentado a un lado mio con sus ojos cerrados, hecho un ovillo.

Un hombre de bata blanca y una tabla en sus manos salio de un pasillo pero se detuvo al verme. Juntamos miradas. El hombre desvío su mirada hacia YoungJae para en segundo regresarla a la mía.

Señalo a YoungJae y después a mi. ~Vienes con él.~ pude leer sus labios. Asenti a su respuesta. ~Ven~.dijo y me llamó con su mano. Me puse de pie, sigilosamente pues no quería despertar a YoungJae. Llegue  hasta donde el hombre se encontraba, camino hacia atrás adentrándonos en el pasillo, así no estaríamos a la vista de YoungJae.

—¿Es familiar?.–preguntó quitándose sus gafas.

—Si.–le dije con seguridad.

—La señora Choi, falleció hace cinco horas, el chico se encontraba muy mal ayer que llegó aquí. No podía decirle que no sobreviría. Su corte era muy profundo. –~Corte~.—Perdió mucha sangre durante el trayecto. Aunque hubiera donante no lograría salvarse. Esta es la única parte que no es agradable en mi trabajo. Tener que decirle la verdad cruda a niños como él. –asenti lentamente.

—Yo...le diré no se preocupe.

~
Regrese junto a YoungJae, quien apenas estaba abriendo los ojos. Tenía que juntar el coraje para poder decirle, yo me encontraría a su lado, para calmar su llanto, para estar en todo lo que el necesite.

—YoungJae, hay lago que tengo que decirte. –asintio. Su semblante se encontraba un poco más relajado, es como si hubiese olvidado en donde se encontraba. —Tu...–rasque mi nuca.—Lo siento mucho, tu mamá falleció.–sus ojos se cristalizaron al instante y se aferro a mi. Se abrazo a mi espalda enterrando su rostro en mi cuello.

YoungJae no merecía pasar por esto, no merecía pasar lo mismo que yo.
Lo estruje en mis brazos. Sus sollozos desgarradores caían directo en mi oído. Las lágrimas mojaban mi camisa y sus gritos rompían mi corazón.

Como pude saque mi teléfono y le mande un mensaje urgente a jinyoung. Pasaron cinco minutos cuando jin atravesó las puertas blancas, encontrándose con nosotros.
Youngjae no paraba de llorar pero al menos se había tranquilizado un poco.

—Mirame jae.–alce su rostro con mi dedo.—Jin te llevará a mi casa, ¿Si? Yo los alcanzaré en un rato, él se quedara contigo. Cuando llegues puedes darte un baño.

Lo ayude a ponerse de pie y lo llevé hasta donde jinyoung nos esperaba. Youngjae dio dos pasos para colocarse del lado de jinyoung. 

Jinyoung se acercó y me rodeo con sus brazos, mientras susurraba en mi oído. —Todo estará bien. Se separó de mi y dio un leve apretón en mi brazo.

—Cuidalo, y vigila que haga lo que le dije. Cuidate tú también.–le deje antes de que se alejara.

Asintio, para después rodear a YoungJae por la espalda hasta agarrar su brazo. Ambos salieron de la sala, dejandome solo. Una vez las puertas estaban cerradas y estaba seguro que no podía verme. Eché mi cabeza hacia atrás, para después dejarla caer hacia delante en un acto rudo, por último pase mis manos por mi rostro. De a bajo hacia riba, haciendo mi cabello hacia atrás.

Arregle el asunto del hospital y una vez listo me fui a casa.

[...]

Tres días habían pasado ya. Y a duras penas había logrado que YoungJae pronunciara  mas de cinco palabras. Jinyoung también había estado aquí para lo que necesitase.
Ahora mismo se encontraba arriba con YoungJae mientras yo estabas en planta baja esperando a alguien.

Los tres toques en mi puerta hicieron que corriera abrir. Encontrándome con el chico de cabello castaño y piel morena.

Recuerdan al chico el cual jackson llamo "palo" aquella vez que jugamos voleibol. Ahora lo tenía de pie frente a mí. Con una mochila en su espalda y una laptop en su mano.

—Pasa.

Me hice aun lado dejándolo pasar, inmediatamente se sentó en el sofá, puso y abrió su laptop en la pequeña mesa frente a él.

—¿Tienes...?

—Si, aquí esta.–le entregue un papel con la clave del internet.

—Gracias.

¿Por qué estaba aquí?  Razón el chico de nombre kunpimook y apodo BamBam era un maldito hacker, a su corta edad le habían ofrecido trabajar del lado de la justicia, así como también tenia acceso a los archivos del gobierno por su propia cuenta, él lo llamaba distracción.
Motivo de su apodo. Se lo había ganado pues los que requerían de su ayuda solo alcanzaban a pronunciar las primeras tres letras. Ya que cuando finalizaban el primer Bam, él ya tenía tu información y remataba con un Bam mas alto.

Estaba parado frente a él, y no quería interponerme en su trabajo, así que fui a la cocina para ofrecerle algo de beber. Para cuando regrese ya se encontraba recargado del respaldó del sofá. En cuanto me vio, sus ojos se desviaron hacia el vaso en mi mano.

—¿Es para mi?

—Si.

Tomó el vaso de jugo y lo llevó a sus labios.

—Lo encontré. –dijo quitándose el vaso de la boca. —Tokyo.–volteó su laptop hacia mi para que pudiera ver de que se trataba. Regresó la laptop hacia si, para después encerrarla y ponerse de pie. Volvió a colocarse su mochila y su laptop bajo su brazo.

—Te mandare eso por correo.–dijo encaminándose hacia la puerta.

—Claro, gracias.–meti mi mano en la bolsa trasera de mi pantalón y sacar un par de billetes para pagar por su trabajo.

Le tendí el dinero, cuando ya se encontraba del otro lado de la puerta. Sus ojos miraron mi mano con el dinero para alzar su vista y clavar su mirada en mi.

Negó. —No lo hago por dinero, lo hago por ayudar. Es un ex prisionero lo que buscas, no sé tu situación pero esperó que logres lo que quieres.

—De verdad muchas gracias.

—Si necesitas algo más llamame.–agitó su mano en modo de despedida mientras se alejaba.

Cerré la puerta e inhale profundo para después soltar el aire. Tokyo. Cerré mis ojos pero un ruido proveniente de arriba y después una resonante risa me hicieron abrirlos de nuevo. No lo dude e inmediatamente corrí escaleras arriba. Llegue al pie de la puerta para encontrarme con la escena de jinyoung en el suelo, y Youngjae sentado en la cama cubriendo su boca, sus hombros subían y bajaban rápidamente. Se estaba riendo.

—¿Que paso?.–pregunte sorprendido. Aún no me decía que pasaba pero ya empezaba a reír entre dientes.

—No es obvio.–le tendi la mano para ayudarlo a ponerse de pie.—Me caí.–dijo cuando ya estaba de pie nuevamente.

Yo comencé a reír. Cubriendo mi boca.

—Ire a preparar algo, tú puedes seguir riendo.–sabía que no estaba molesto, jin nunca se enojaba conmigo. Y menos porque había logrado algo importante tanto para él como para mi. Había logrado hacer que YoungJae riera.

—Espera, enseguida bajo para ayudarte. –le dije entre risas. Cuando logre dejar de reír, me acerqué a YoungJae y me senté a un lado suyo.

—Me hace muy feliz verte reír.–el ambiente había cambiando repentinamente, no era risa, ahora todo estaba en silencio, no incómodo. Si no fuese por mi voz rompiendo aquel silencio. Sus ojos demostraban  apenas ese pequeño brillo.

Sabía que jin, se había esforzado mucho por al menos robarle una sonrisa estos días, y lo había logrado. También sabía que justo ahora debería estar en la cocina festejándolo con algún baile suyo.

—Ire ayudarlo, antes de que vuelva a caer. –sonrió. Si fuésemos caricaturas juraría que los corazones a mi alrededor no se harían esperar y tendría corazones en lugar de ojos.—Te llamaré para que bajes.–Di un beso en su frente y me aleje para bajar.

Ahora tendría que decirle a jinyoung sobre el viaje a tokyo.

Padrastro [2jae]Where stories live. Discover now