Padrastro [2jae]

Doce.

Estacioné el auto en la acera de enfrente de la casa de YoungJae, apagué el motor y las luces del auto.

Miraba por la ventana de aquella casa la figura del hombre pasearse de un lado a otro.

«Maldito bastardo»

El bate de jinyoung estaba sobre mis piernas. Tome el bate, abrí y salí del auto. Acercándome con paso lento.

No soy estúpido, se los problemas que traería si matase al hombre a batazos, me juzgarían como adulto, pero...eso no importa ahora.

Cuando estoy lo suficientemente cerca, observó el auto estacionado a un lado mío.

Cambió de opinión; sostengo el bate con fuerza y con ambas manos. Para dar el primer golpe en uno de los cristales del auto; este se quiebra y los pedazos de vidrio caen al suelo.

La gente comienza asomarse y observar lo que sucede.

Pero eso es lo que menos me preocupa ahora.

—¡Sal! ¡Maldito imbécil!.–grito para estrellar el bate en el parabrisas del auto; el cristal se cuartea.

—¡¿Qué mierda estas haciendo imbécil?!.–pregunta el hombre cuando sale alterado de la casa y se acerca a donde yo me encuentro.

Vuelvo a dar otro golpe y el cristal se cuartea, más no se rompe.

—Hijo de...

El tipo se acerca para tratar de quitarme el bate, pero doy otro golpe al parabrisas haciendo que se rompa y pedazos del cristal caen adentro del carro.

—¡¿Qué mierda quieres?!.–exclama el hombre jalandose los pelos de la cabeza.

—¿Que, qué quiero?.–pregunto incrédulo.—¿No me recuerdas?

El tipo pone cara de confusión.

—Eres el idiota que me golpeó.

—¿No sabes quién soy?

El tipo nuevamente vuelve a poner cara de extraviado, no sabe de lo qué habló.

—Escucha niño estúpido, no se que, quieres o quien eres, solo quiero que te larges de mi puta casa.

—Lo que quiero no puedes darmelo, Ella ya no esta.–esta vez le doy a uno de los espejos retrovisores.

El tipo me agarra del cuello de mi camisa.

Yo sonrió cuando veo su cara de enfadó, mas los golpes que le deje esta tarde.

—¿Qué tanta mierda hablas?.–dice cerca de mi rostro.

—Puede que haya crecido pero mi cara sigue siendo la misma.

—Deja de jugar conmigo.–exclama serio y enojado.

Lo empujo para que suelte mi camisa.

—Recuerdas por que estuviste en la cárcel...¡fue por mi!.–pongo un dedo en mi pecho, señalándome.—Yo te metí allí, no debieron dejarte salir, debiste pudrirte allí dentro.

El tipo me observa, sus ojos se clavan en los mios por unos segundo, cuando abre la boca.

—¿Han...?

—¡No digas su nombre bastardo¡. –alzo un dedo justo frente a su rostro. —No lo digas.–mi voz suena seria y profunda.

—JB...

—Ella solo tenía quince años ¡y no voy a dejar que le hagas lo mismo a YoungJae, ¿me escuchaste?!, no voy a permitirlo...han pasado tres años y...–aprieto mis labios, y mis ojos empiezan a picar.—Vuelves a tocar a YoungJae, y te mato..–le doy con el bate en una pierna haciéndolo caer al suelo.