Capitulo 67

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Después de rascar sus manos las observó asqueado.

-Parece que tengo sarna –pensó viendo su piel áspera.

Entonces la puerta de pesada madera se abrió dejando entrar a la persona que menos esperó ver.

-Harry...

Por un instante pensó que era algún tipo de truco de los aurores, pero no... esa forma de mirarlo y de sonreírle solo era de una persona.

-Draco -dijo Harry cerrando tras de sí y caminando hacia él.

El corazón de Draco salto y le pareció que una colonia de mariposas aleteó enloquecida en su pecho y estómago.

-Oh Draco... -exclamó acercándosele mientras abría los brazos.

-No... -dijo dando un paso atrás.

-¿Qué pasa? Soy yo, Harry.

-Ya lo sé –respondio rascándose una muñeca- pero no puedes abrazarme, no así...

-¿Así cómo?

-¿Acaso no es evidente? –respondio como si fuese lo más obvio del mundo.

Harry lo observó y notó sus manos irritadas y a saber cómo estaría la demás piel oculta; además tenía profundas ojeras y su rostro reflejaba enorme cansancio, sin embargo Harry sabía que el rubio no se refería a eso, así que solo suspiro y se le acercó lentamente.

-No han dejado que te laves las manos ¿verdad?

-No y tampoco me han dejado bañar en semanas ¡en semanas!... soy un asco, soy un asco –masculló rascándose de nuevo las manos, pero quedó impactado cuando sintió los brazos de Harry, quien solo la abrazó sin más.

Estaba quieto, con su pecho pegado al de Harry y los ojos muy abiertos viendo por encima de su hombro.

-Está bien... -susurró Harry.

-No... -respondio con un susurro- no debes tocarme... estoy más nauseabundo que nunca.

-Yo no lo noto, para mí eres perfecto.

-Pero no lo soy... soy un...

-Shhh...

Y quiso alejarse, escapar, huir... pero no lo hizo, no pudo, y ese aroma fresco de Harry invadió sus sentidos y poco a poco comenzó a relajarse.

-No pienses en nada, solo cierra los ojos –dijo colocándole suavemente una mano en la nuca.

Ese último toque lo hizo descansar la mejilla en el hombro del auror quien no quitó su mano de ahí, pero después de unos instantes fue bajándola hasta llegar a su espalda y comenzar a frotarla en círculos.

Las manos de Draco habían quedado atrapadas entre ambos cuerpos, por lo que solo se quedó quieto dejándose abrazar y Harry lo sentía... percibía que ese cuerpo delgado y tieso poco a poco iba amoldándose al suyo.

Permanecieron así un par de minutos hasta que Harry lo soltó para tomarle el rostro entre sus manos y preguntarle:

-¿Ya mejor?

EL CASTILLO DE LA SOLEDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora