Capitulo 46

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Cuando llegaron a la casa, Draco inmediatamente quiso retirarse, pero Harry lo jalo al sofá sentándolo a su lado sin soltarle la mano.

-La costumbre te hace huir de la gente... -dijo entrelazando sus dedos sin que Draco retirara su mano- pero ¿en verdad quieres retirarte a tu habitación?

-Estamos mojando el sofá.

-Draco...

Draco lo miró a los ojos y sus labios se abrieron titubeantes para responder.

-No lo sé... si quiero, pero...

-A la vez no.

Draco suspiro y miró al frente, realmente se sentía torpe y sin saber que decir o cómo comportarse.

-Draco... -dijo Harry alzando sus manos entrelazadas, disfrutando realmente tener esa mano atrapada sin que intentara soltarse- creo que has dado un paso muy importante y hace tanto que no te abres ante nadie, por eso te sientes así; déjame ayudarte, déjame estar contigo sin que pienses que voy a acosarte y a obligarte a estar conmigo... sin presiones.

-Yo... -respondio mirando su mano atrapada- no sé... no sé qué hacer...

-Puedo verlo –dijo recostando su cabeza hacia atrás mientras lo miraba.

-Quiero estar solo pero... creo que a la vez no –exclamó mirándolo.

Harry contuvo una sonrisa al ver su expresión de angustia, pues daba la estampa total de un niño perdido en un centro comercial.

-Ya te lo dije... -respondio sonriéndole- deja tu mascara a un lado cuando estés conmigo, a mi no me asusta o impresiona nada que venga de ti, no tienes que fingir cuando estés conmigo.

Así que sin más le soltó la mano y extendió su brazo a un lado esperando que Draco terminara de aterrizar en esa nueva etapa de su vida... y tal pareció que así fue, pues ante ese brazo abierto, Draco permaneció quieto, mirándolo... hasta que Harry decidió darle una ayudadita y lo atrajo hacia sí; el rubio no se resistió, se dejó atraer permitiendo que Harry lo abrazara.

A Harry le parecía que estaba soñando o en la dimensión desconocida, pues el que Draco estuviera acurrucado en él, sin crisis de pánico ni vino tinto de por medio, era como un sueño imposible.

Pero así era, Draco no había huido, ni se había resistido; estaba tenso, era obvio, pero quieto.

-No pensemos en mañana... -dijo revolviéndole el cabello con la otra mano- solo pensemos en el hoy, vivamos el hoy y hoy no quiero que termine.

Draco se mordió un labio, realmente se sentía incómodo, pero al mismo tiempo sentía la necesidad de dejarse llevar, de soltar algo que lo hundía hasta el cuello, algo que cada día lo asfixiaba más; así que cerró los ojos y se concentro en el aroma de Harry y en el tranquilo latir de su corazón... esa mano en su cabello realmente estaba relajándolo y la rítmica respiración de Harry comenzó a arrullarlo.

Ante su silencio e inmovilidad, Harry ladeo la cabeza para ver a Draco dándose cuenta con una sonrisa que éste se había quedado dormido.

-Pequeño rebelde... -pensó mientras le daba un beso en la coronilla- nunca conocí a nadie tan complicado como tú... ¿Dónde está tu insomnio ahora?... son tus demonios los que no te dejan dormir.

Era la segunda vez que Draco se dormía en sus brazos y suspiró feliz, disfrutando el momento, obligando a su mente a no pensar en el futuro, a ignorar ese nudo que se le formaba en el estómago al pensar en su realidad; sabía que ignorar el problema no lo haría desaparecer en absoluto, pero estaba tan contento de que el rubio estuviera ahí por su propia voluntad que quería levantarse y dar saltos de alegría.

EL CASTILLO DE LA SOLEDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora