EL CASTILLO DE LA SOLEDAD

Capitulo 49

 -Es una ventaja el que quiera regresar a Malfoy Manor –dijo Draco a punto de salir de la casa- conozco ese lugar mejor que nadie.

-Sí, lo imagino, así podremos organizar mejor el ataque.

Cuándo llegaron a la mansión, se detuvieron en la enorme reja, ya ahí Draco lo tomó del brazo y desaparecieron.

-¿Dónde estamos? –pregunto al aparecer dentro de la casa.

-En una de las muchas habitaciones, ven te mostrare la casa, no tuviste oportunidad de conocerla la vez que estuviste aquí.

Recordando las circunstancias, Harry no pudo menos que soltar un bufido, sin embargo pudo notar algo.

-¿Te sientes bien?

-Por supuesto –respondió abriendo la puerta y saliendo de ahí seguido por Harry.

Pero no era verdad y estaba furioso por eso... reconocía los síntomas y sabía que estaba a punto de caer presa de la fiebre, por lo que caminó más de prisa como si con eso huyera de sus malestares.

-Ese es el salón principal –dijo señalando una puerta mientras bajaba por las escaleras.

-Sí, lo recuerdo, aunque la ubicación es confusa, no recuerdo bien como llegue allá.

-Bueno, pues ahora ya sabes donde esta, también te mostrare la habitación en donde se quedaba, pero antes veamos el salón, tiene una puerta pequeña que no es muy notoria; cuando el señor Tenebroso ocupó la casa nunca la usó y los demás mortífagos tampoco lo hicieron, podemos ocultarla con un hechizo para que pase desapercibida, dudo mucho que alguien la recuerde.

-¿A dónde va esa puerta?

-Es un pequeño estudio que mi padre usaba para leer, era de su uso exclusivo, por eso es pequeño y privado, solo hay libros ahí y un escritorio.

-Perfecto.

-Ahora vamos a la habitación en donde se quedaba y luego veremos el lugar en donde nos quedaremos, creo que será mejor ya no regresar a la otra casa, cuando él llegue habrá mucha vigilancia.

Iban caminando por un largo pasillo y Draco ya iba sofocado, sintiendo que su vista se enturbiaba y sudando a mares.

-Draco...

-Esa es la habitación, la del final del pasillo.

-Draco...

-Es una de las más grandes, por eso al señor Tenebroso le gustaba mucho.

-Draco...

-¿Qué Potter? –exclamó fastidiado sin detenerse.

-Estás mal –dijo tomándolo de un brazo y obligándolo a darse vuelta.

-No es verdad –respondió soltándose e intentando reanudar la marcha.

-Tienes fiebre, deja de negarlo o harás que nos maten –dijo apelando a su sentido del deber, ya que decirle que debía atenderse, seguramente sería inútil.

Eso pareció surtir efecto, pues Draco se detuvo y se dio la vuelta con cierta lentitud.

-Bueno... si pero solo un poco, seguramente me estoy resfriando.