Día 22 - 23-final

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-"Te entregué lo único que me quedaba porque se que lo poco con tu bendición es mucho"

Narra Jeff.
Dentro de mi habitaba un gran dolor y desánimo , había suspirado por décima vez en una sola hora, el día anterior había ido a ver al pastor para pedirle que orara por mi, pero tenía grande angustia en mi alma, la pequeña cita por celular que había tenido  con el doctor no anunciaba nada bueno aunque intentara pintarlo de colores, no me sentía listo, no estaba listo... Un mes no era suficiente, 3 días en este lugar no funcionaban, tenia el tiempo sobre mi, crecía un nudo en la garganta y un golpe constante en el estómago.
-no quiero morir, no quiero morir - repetía una y otra vez en mi mente. -aún no Dios, por favor, se que tú eres el dueño de la vida y tú tienes la ultima palabra, sin importar lo que diga un doctor o unos estudios sanguíneos no son más que cosas deducidas por hombres, no eran nada , pero alarmaba  a mi corazón el cual no podía sentirse en paz.

19 años atrás.

El diagnóstico no era el mejor, el hecho de que ese niño de ojos grises tuviera los días contados de su vida. Apenas comenzaba a vivir pero seguro moriría antes de lo que el mismo diagnóstico había predicho.

-su salud. En malas condiciones.
-sus días. Contados.
-su madre. Pobre.
-su padre. Escapó.
-su futuro. Perdido.
-su esperanza. Dios

La diabetes prematura no era muy común, habían muchos tabús diciendo que solo las personas mayores de edad podían padecerla, los efectos en los niños y jóvenes eran muy crueles, no existe un medicamento para curarlo, los tratamientos son muy costosos, la taza de mortalidad crecía cada vez más entre los niños y jóvenes que lo padecían y no eran atendidos de la manera adecuada.

La mujer solo dejo en ese orfanato al pequeño con su hermana menor, abandonando su vida y dejando a la suerte su destino, sabía que el pequeño moriría pero no quería estar presente cuando eso ocurriera. El orfanato atendió al pequeño, pero con medicamento de poca calidad, quizá solo podían añadir unos cuantos días a su vida, pero de algo estaban seguros, y es que moriría cualquier día.

-no tengo más - susurre hablando con Dios, no tenía más tiempo, era muy claro que las fuerzas se me iban,con grandes esfuerzos apenas podía ponerme de pie, todo parecía estar en orden hace unos días, pero de pronto mi salud cayó. - ¡NO! - grité tan fuerte como pude, no había nadie en casa, y me sentía tan solo no podía cargar ese peso en mis hombros, era demasiado, jale mi cabello intentando causar algún dolor que fuera más fuerte que lo que sentía mi alma, siempre había aceptado los planes de Dios pero en estos momentos me bloqueaba al aceptar y se que estoy equivocado por pensar así y actuar de esa manera pero no podía reaccionar de otra forma.
Limpie las lágrimas de mi cara e intente ponerme en pie, las palabras de Michael daban vueltas en mi cabeza y marean, quizá tenia fiebre, me tire en la cama y tome cuantas cobijas y cobertores tuviera a mis disposición, tenia tanto frío a pesar que el clima estaba bien en este día. Me sentía abatido y derrotado, no tenía fuerzas para seguir luchando.

Narra kelly.

-Un día anterior habíamos logrado obtener un antiguo numero de celular que pertenecía al padre de Mikey, existen personas que conservan sus números telefónicos por varios años, tanto Mikey como yo no sabíamos orar pero cada uno pidió como pudo para que ese numero fuera una respuesta . El talento de mikey para convencer a esa señora fue reconocido con un premio Nobel por el piropo mejor actuado de la historia, sus habilidades de encanto fueron recompensadas por esta mujer que le proporciono el numero de celular de hace años de su padre.

-llevas tiempo mirando tu celular, marca al numero de una vez- casi grité frustrada, estaba tan nerviosa como él.

-kelly, tengo tiempo buscando a mi padre, le busque en la casa en sus antiguos trabajos y era la segunda vez que pedía este numero de celular de no haber sido porque cambiaron a la secretaria posiblemente estaríamos en las mismas condiciones.
-¿Qué quieres decir con eso?
-quizá, aun no estoy listo.
-¡listo para qué! - alce la voz irritada, tenia tantos nervios  y quería saber si ese numero seguía existiendo y si seguía pertenecido a su padre.
-bien, voy a marcar. - tecleó de manera lenta cada número, junté mi oído al celular que se encontraba colocado en la oreja de mikey quien temblaba sin parar, los segundos parecían eternos, se sentía un cosquilleo constante en el estómago.

Abre tus ojosWhere stories live. Discover now