Día 17

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¿Recuerdas aun cuando eras pequeño y las palabras no te alcanzaban para defenderte? ¿recuerdas cuando eras culpable de tus acciones y no tenias argumentos para justificar? ¿has tenido la sensación de que las palabras no existen para explicar lo que pasa por tu mente?

Pues en esa era la situación en la que me encontraba, no el hecho que no quisiera decirle a Mikey la verdad, solo que no sabia como, ya me había golpeado mentalmente como veinte veces para reaccionar, pero yo seguía sin decir nada, en esta ocasión Jeff no pudo hacer mucho por mi, él no tenia la responsabilidad de dar la noticia, eso eran mi trabajo.
-sigo esperando - hablo Mikey.
-bien... - detestaba balbucear, pero no tenía palabras adecuadas en mi mente, aunque en realidad nunca estaban, la garganta me picaba y los ojos comenzaban a arder, lo peor que podía pasarme eran comenzar a llorar, después de todo era culpa de Jeff el hecho de seguir su consejo y tratar de ser más sensible, no quiero decir que soy débil, pero si hay algo que sigo odiando son las miradas de lastima.

Una vez mas tenia que ser fuerte y decir las cosas sin pudor, todo solo para que no me vieran desmoronar.

-ella esta muerta - dije, la garganta esta a punto de cerrarse pero había podio decirlo y dolía tanto como comer vidrios rotos.
Jeff esta a un lado de mi, notó mi cambio, seguro me apoyaría en mi escena de teatro actuando a la valiente, él comprendía mi situación, no quiso hacerme ver débil, así que sólo asintió analizando cada una de las acciones de Mikey, como ya es su costumbre, observar todo con detenimiento para percatar cualquier cambio.
-¿Qué? - nada daba crédito a lo que mis ojos apreciaban en este momento, y todo lo que ocasionaba en mi era que doliera más. - no puede estar muerta, ella...
-ella fue asesinada... - dije y cerré los ojos con tanta fuerza para que ni una sola lágrima escapara.
-¿Cómo?
-Michael, creo que este no es el momento - llegó al rescate Jeff. - después con más tiempo podremos hablar de esto. -comprendo, y lo siento kelly, realmente no era mi intención.
-no lo sabías, no puedo culparte por esto aunque quisiera, pero la conociste y fuiste su amigo, aunque te hayas ido y dejado un vacío en ella, tienes el derecho de saberlo.

Sobra decir que el ambiente había cambiado, cuando Mikey nos habló de la muerte de su madre el ambiente cambio a una atmósfera de comprensión y sensibilidad, pero al hablar de una pérdida tan joven como Sarah todo era penumbroso.

No hubo más, Jeff se despidió de Mikey y lo invitó a la congregación a lo cual él acepto gustoso, ya mas tarde acordaron charlar un poco, pero este no era el momento, ni el lugar, me despedí del chico con pantalones ajustados, beani gris y la mirada inocente más tímida que había apreciado una vez, encontrarlo de nuevo era recordar la infancia en la que los dos eramos felices... Los tres, de alguna manera fue la mejor época, eso era lo que me recordaba Mikey, los buenos momentos cuando eras pequeño y no te preocupaba un futuro exitoso, o una carrera, ni siquiera tu salvación, eras inocente. Y por esos recuerdos fue que me prometí no dejar solo a Mikey, no otra vez, Sarah no lo hubiera hecho, Mikey había crecido al igual que nosotras, y seguía manteniendo la mirada tímida, solo que estaba más alto, mucho más y estaba más apuesto, pero seguía viviendo en él la infancia que gritaba tener una familia completa, una familia que se merecía.

El regreso a casa fue lento y algo que amaba de Jeff era su prudencia, cualquiera pensaría que estar en completo silencio con una persona es incómodo, pero no para nosotros, resultaba demasiado cómodo estar en silencio que llenar el vacío con una platica de palabras sin sentido, no me preocupo por decir lo correcto porque los centímetros que están entre nosotros y nos separan eran los necesarios y perfectos para nosotros.

Abrió la puerta por mi y nos adentramos a la casa, estaba cálida, no como el frío de allá afuera, se escuchaba la televisión y en el sofá se encontraba el rubio natural al cual amo molestar junto a mi mejor amiga, ambos abrazados y dormidos, tranquilos cubiertos con una manta que antes pertenecía a Sarah, la escena era hermosa, mientras Jeff subía a cambiarse de ropa yo aproveche para sacar el celular y tomar unas fotos, ahora que lo veía, ahora que estaba sensible me tome el tiempo de mirar rostros enamorados, rostros que estaban dispuestos a combatir la distancia solo para estar juntos de nuevo, puedo ver a mi mejor amiga sintiéndose protegida bajo el brazo que más ama en este momento y él rostro durmiente de un joven que a dado su palabra de proteger a su enamorada, que bien se veían desde aquí, no sabia que decir exactamente pero sentí el deseo de siquiera decirlo en mi mente.

Abre tus ojosOù les histoires vivent. Découvrez maintenant