-No lo sé Martina. Es que tus padres están lejos y si te pasa algo no sabremos qué hacer.
-¿Qué me puede pasar Jorge?-me cruce de brazos.-Si te tengo a mi lado no me pasará nada.
-No creo que debamos ir, es cuestión de protegerte ¿sabes?-me miró con preocupación.
-Tú me proteges.-le sonreí suplicante- Vamos Jorge, la pasaremos lindo.-solté su mano- aparte no volveremos tarde, solo como a las tres.
-¿De la mañana?-abrió los ojos- Martina mis padres me matarían si se enteran que en vez de estar durmiendo en tu casa estoy contigo en una fiesta de alguien que ni siquiera conozco.
-Bueno, iré sola.-comencé a caminar dejándolo atrás.
-No señorita.-me tomó de la cintura pegándome a él.-No iras a ningún lado.-dijo sensualmente en mi oído.
-Salte Jorge.-luché por no derretirme en sus brazos.
-Dime que me harás caso.-sonrió.
-No lo hare.
-Pues no te soltaré.-dijo divertido.
-Jorge no me hace gracia.-dije molesta e intente caminar pero él no me soltaba.- Ya basta Blanco.-me giró y quedamos cara a cara.
-Dime que no iras.-me miró directo a los ojos.
-SI iré.-le dije desafiante remarcando el “SI”
-Pues te quedaras de por vida en mis brazos porque no dejare que vayas a esa fiesta.
Como si me molestara estar en tus brazos baby-me decía a mí misma en mi mente- Se nota que no sabes nada de mi porque lo que más quiero es estar toda mi vida en tus brazos.-sonreí por dentro, era todo perfecto.
-Okey.-dije sonriéndole.-Entonces creo que nos quedaremos así.-me miró dándose cuenta de que su plan no funcionaba.
-Ya Martina, córtala.-¿se había enojado?- No iras y punto.
-¿Por qué me controlas?-le dije tocando sus labios con uno de mis dedos.
-Porque no quiero que te pase nada, se llama cuidar, no controlar.-corrió mi mano.
-Hey, déjame por lo menos tocar tus labios.-le sonreí pícaramente.
-No va a funcionar.-apoyó su frente en la mía.- No intentes convencerme.
-Yo quiero ir.-dije curvando mi labio inferior hacía afuera- Quiero divertirme.-mire sus hermosos ojos miel tan cerca de los míos.- ¿Puedes ir conmigo?
-No Martina - sé que se estaba resistiendo, pero un poco más y este chico está convencido, tu puedes Martina - No quiero que tus padres dejen de confiar en mí.
-No lo harán, si mi mamá no dejo de confiar en ti después de habernos escapado del colegio no lo hará ahora.-le sonreí mirando sus labios, por más que lo intentaran estos me atraían.- ¿Si?
-Lo pensaré.-me sonrió.
Juro que sus labios me llamaban, es como si me digieran “Vamos Martina bésame hasta dejarme sin aire.” Juro que si me llaman.
-Okey, ¿ahora me sueltas y volvemos a casa?-me dejo en libertad.- Debo elegir que usaré esta noche.-le sonreí.
-No he dicho que sí.
-Aun-dije tomando su mano.- te quiero Jorgito.-ahora él me sonrió a mí.
-Yo también te quiero.-pronunció con dificultad. No lo ocultes Blanco “Sé que me amas”*sonreí por dentro*-
-Bueno vamos.-comenzamos a caminar.
Condujo hasta mi casa y ahí estaban Fran, Rugge y Xabi mirando la tele con aburrimiento.
-¿Quién se murió y yo no me entere?-dijo entrando en la sala, le solté la mano.
-Ah Blanco.-exclamó Fran acomodándose en el sillón.
-La próxima nos llevan con ustedes-bromeó Rugge- con esta sanguijuela nos aburrimos mucho.-se refería a Fran.
-Te dije que no me digas así.-se levantó del sillón.
-Y ahora van de nuevo.-dijo Xabi tapándose los oídos con sus dedos.
-Basta Fran.-le advertí- Y tú también Rugge.-otra advertencia.
-Es que lo único que hace este es molestar.-se volvió a sentar en el sillón.
-¿Fran?-me senté a su lado.- Esta noche una prima de Lodo cumple años y pues, estoy invitada. ¿Crees que pueda ir?
-Si-dijo sin despegar la mirada de la pantalla.-¿Con quién?
-Yo también voy-dijo Ruggero desde el otro lado.
-Yo invite a Jorge pero él es medio malvado conmigo y no sé si quiera ir.-lo mire suplicante.
-Yo si voy Fran.-dijo Jorge subiendo las escaleras.
-Ah pues si ellos van, si puedes.-me miró- no tomes, es lo único que te pido.
-Ah Fran, sabes que no tomo.-dije riendo- esos son ustedes.
-Es Jorge.-dijo Xabi divertido.
-A Jorge le encanta estar ebrio-rio- pero no lo dejes tomar.-me sonrió.
-Gracias por el consejo Rugge.-le sonreí.
-De nada.-el enano me guiño un ojo.
-Bueno me voy arriba.-les sonreí a los tres mientras me perdía en las escaleras.
Entre en mi habitación para encontrarme con la sorpresa de que Jorge se encontraba sentado en mi cama.
-¿Qué haces tú aquí?-dije dejando mi bolso sobre el escritorio.
-Quiero contarte algo.-me sonrió.
-Ya dime.-me senté a su lado.
-He decidido que podemos ir.-lo abracé.
-Sabía que irías conmigo.-sonreí victoriosa.
-Pero…-eso ya no me gustaba- nada de alcohol-enumeró con sus dedos- nada de besuqueos con chicos.
-Jorge yo no beso mujeres.-dije riendo.
-Solo puedes besar a uno.-me sonrió pícaramente- nada más decía-rio- y tampoco volveremos más de las 4:00
-Okey, intentaré cumplir con esto.-le sonreí y me levanté de la cama.
-No intentes-voltee a verlo- cúmplelo.-me sonrió- estoy abajo.
-Okey.-dije sonriéndole mientras se iba de mi habitación.
Mire todo lo que tenía en mi armario y finalmente decidí que usaría esto:
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Eran las 18:30 así que aún no me vestiría.
Baje las escaleras intentando no hacer ruido ya que quería asustar a los chicos que estaban concentrados viendo televisión.
Reí al ver que no veían precisamente cosas de niños o una inocente película. Eso mismo, es lo que a los hombres les vuelve locos.
-Fran, quédate quieto.-dijo Jorge pegándole en la cabeza.
-Pero es que mírala.-gritó y recibió una cachetada de Xabi.
Si, puras chicas y con poca ropa. Ruggero parecía estar perdido en el televisor y Jorge veía por partes, pero veía, Xabi y Fran se comían las uñas por ver más.
-¡QUE INTERESANTE!-grite parándome detrás de sillón.
Ruggero saltó y calló del sillón, Jorge miró hacia abajo intentando no ver a mas nadie ni a nada y Xabi junto con Fran no sabían en donde estaba el control remoto.
-Uhh Fran cuando se enteré mamá.-reí burlona.
-No le dirás ¿Cierto?-abrió los ojos, Xabi se paró frente al televisor tapando el programa.
-No lo sé.-volví a reír.- ¿Tu qué piensas Jorge-el seguía mirando el piso.
-Que…Yo…no lo sé… no tendrías que decir nada…-pero no despegó la mirada del suelo.
-Hey, ¿estás bien?-reí por sus notables nervios.
-Ya basta Martina.-dijo Fran corriendo a la cocina.
-Si Fran ya voy.-dijo Xabi siguiendo a Fran que nunca lo había llamado.
-Yo también te ayudo.-gritó Rugge levantándose del suelo y corrió tras los otros dos.
-Dime que no quedo solo yo.-dijo tapándose la cara con ambas manos.
-Mmm… si.-reí.
-Fue Fran, el me obligó.-dijo excusándose.
-No tienes que darme explicaciones de porque ves porno.-reí sentándome a su lado.
-No era porno.-dijo abriendo los ojos al tope.
-¿Y por qué la chica estaba por sacarse la ropa?-dije en un tono divertido.
-No, eso no iba a pasar. Aparte yo ya no estaba viendo.
-No, claro.-fue en un tono sarcástico.
-En serio.-sonrió nervioso- Aparte no tiene nada de malo.
-No, claro que no lo tiene.-me levanté del sillón.-Si luego quieres que te acompañe a ver strip-tease llámame.-camine hacía las escaleras.
- Martina, ven aquí-corrió atrás mío mientras yo subía las escaleras- no quiero ir ahí.-reí por su comentario.
-Bueno, si quieres te hago uno.-volteé quedando un escalón más arriba que él.
-Mmm… yo…no- no hilaba una frase-quise decir que…-puse uno de mis dedos en su boca.
-No lo digas.-le sonreí- más tarde báñate porque ya enseguida nos vamos.-bese el dedo que estaba sobre sus labios pero no toque sus labios.-y camine nuevamente escaleras arriba.
Lo deje ahí parado como un estúpido y seguí con mi paso.
Me metí en la ducha riendo por cómo se había quedado en las escaleras.
Estoy pensando en hacerlo sufrir un poco antes de decirle que yo también lo amo.
Cuando salí me coloqué el vestido.
Eran las 19:45 y a mí solo me faltaba maquillarme y ponerme los aretes.
Cuando estuve lista baje y vi a Justin parado frente la escalera con una camisa blanca y un pantalón negro, definitivamente estaba muy sexy.
