-Si.-sonrió y no dijo más nada.
-¿Cómo se llama?-ninguno quería cruzar miradas así que ambos mirábamos el suelo como grandes inútiles.
-¿Eso importa?
-Claro que sí importa. Si no recuerdas ayer en la noche hicimos algo que no cualquier amigo le hace a su amiga.
-Tienes razón.-rio con picardía.- Los amigos no hacen el amor de tal manera.- Okey, me estaba dando vuelta la partida, ahora la colorada era yo.
-Sí, verdad.- me limité a decir con las mejillas ardiendo.
Nuevamente ese silencio incomodo nos invadió. Era horrible estar a su lado y no hablar como solíamos hacer.
Pasaron varios enfermeros que entraban distintas habitaciones y ninguno a la de Pattie.
Una rubia alta pasaba y miraba a Jorge. Pasó unas seis o siete veces y Justin ni cuenta se daba que ella le dedicaba bonitas sonrisas y estúpidas miradas “sensuales”. En este momento se acerca y camina hasta nosotros, bueno, siempre que está cerca de Jorge camina más despacio. Si, el aburrimiento me lleva a sacar conclusiones sin sentido.
-Hola. ¿Necesitas algo?-sí, solo le hablaba a Jorge.
-No, gracias.- dijo él mirando la puerta de la habitación de su madre.
-¿Estas bien?-puso una de sus manos en el hombro de Jorge.
-Sí, gracias.-le sonrió, pero estoy segura que fue solo de compromiso. Si, solo de compromiso, no le gustan las rubias como esa, teñidas.
-¿Seguro estas bien?-se le sentó al lado.- Te noto al caído. ¿A quién esperas?
-A mi mamá. Y a mi papá, pero él está en terapia intensiva.
-Uhh que mal.-dijo de coqueta. ¿No puede tomarse en serio lo que él le dice?- Igual va salir, no te preocupes.
-¿Tú dices?-le preguntó el muy estúpido.
¿Es que Jorge no se daba cuenta de las intenciones de ella? Ohh por dios, esa perra le coquetea y él se le queda como un imbécil contándole lo de sus padres, que la saque de mi vista porque la mato.
-Sí, yo creo que si.-le sonrió sensualmente.- ¿Cómo te llamas?
-Yo creo que deberías ir a trabajar.-dije mirándola con desafío.- Hay pacientes que pueden estar esperándote.- mi voz sonaba de novia celosa, aunque no somos novios, si estaba celosa.
-Ah es verdad.-dijo con pesadez.- Me tengo que ir. Me llamo Verónica, por si luego necesitas algo diles que me busquen.-se levantó de la silla y le sonrió coqueta.- Un placer.- se fue por el largo pasillo.
-¿Qué fue eso?- dijo entre tiernas risitas.
-Es una perra, que ni se te acerque.- dije de mala gana.
-¿Celosa?
-No para nada.-lo miré.- ¿De ella? No. Créeme le saco ventaja.- le sonreí para luego voltear.
-Bueno, si tú dices.- rió.- Pero si fueron celos, no me lo niegues princesa.- sentí sus tibias manos sobre mis hombros.- ¿Tienes hambre?
-No.-sí, fui muy fría, es que esa me puso de mal humor.
-Okey, yo bajare al buffet por algo de comida. ¿Segura no quieres nada?
-Si.-sentí como se levantaba de la silla.- Voy contigo.- me levanté yo también.- No quiero quedarme sola.
-O ¿tienes miedo de que me encuentre a Vero?
-No, ni ahí. Ya te dije, le llevo ventaja.- él me sonrió- Vero no puede hacer esto.- besé suavemente sus labios.
