Epílogo

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2 años después.

         Niall y yo entramos por la puerta de entrada de nuestra casa en un barrio privado de Londres. La habíamos comprado unos meses antes de casarnos, cuando decidimos ir a vivirnos juntos lo cual había sido  el noviembre siguiente al casamiento de Eleanor y Louis. Pero no entrabamos a la casa solos ni con las manos vacías.

         Niall tenía en sus brazos a una hermosa bebé de unos días de nacida y colgado en su hombro un gran bolso que contenía cosas de bebé. Yo por mi parte, tenía en mis brazos a un preciso bebé que se parecía tanto a su padre. Gracie y Tommy Horan.

         Ambos habían nacido el 20 de marzo, siendo mellizos y Gracie un par de minutos menor que Tommy. Tommy era extremadamente parecido a Niall. Su nariz, sus ojitos y sus labios. El cabello parecía ser castaño claro, al igual que el de Gracie. La niña era una mescla entre Niall y yo. Verla me hacia acordar a mí de pequeña, gracias a fotos que había de mi en cuando era una bebé.

         En nuestra casa se encontraban todos nuestros más cercanos amigos y familiares, a pesar de que algunos de ellos, como nuestros padres, ya los habían conocido. Mis padres se encontraban allí junto a los padres de Niall. También estaba Greg, el hermano mayor de mi esposo, con su esposa, Denise, y su pequeño hijo, Theo.

         También se encontraban los cuatro compañeros de banda de Niall, aquellos que conocí cuando conocí al hombre que tenia a mi lado. Louis se encontraba al lado de Eleanor quien tenía en sus brazos a la pequeña Mary Alice  de tan solo un año de edad. Aquella niña era hermosa: El color de cabello  los labios de su madre y los ojos y la nariz fina de su padre.

         También se encontraban Zayn y Perrie, quienes también estaban casados, ya que se habían casado el julio siguiente a aquel viaje a Brasil y en octubre de aquel mismo año había nacido Aaron, quien en aquel momento tenía dos años y medio. El chiquillo era muy parecido a su padre: sus facciones, su cabello oscuro, y sus gestos, pero tenía algo de su madre: los ojos celestes.

         Por otro lado, se encontraban Liam y Sophia. Ellos se habían casado unos pocos meses antes que nosotros y ya tenían una nena de tan solo 7 meses: Emma. Era tan parecida a Sophia pero parecía que iba a tener el carácter y personalidad de su padre.

         Además, se encontraba Harry junto a Lea, quienes ya estaban comprometidos, cosa que anunciaba que pronto tendríamos otro casamiento. Lo veía feliz junto a aquella chica. No éramos amigas, pero lo poco que habíamos hablado me había demostrado que era una chica simple, de buen corazón y que de verdad quería al chico de ojos color esmeralda.

         Y estaban mis mejores amigos: Jazmín, Jenny, Max y Frankie. Jazmín estaba casado con un hombre tan bueno. Ella había quedado embarazada del chico con el que había estado saliendo desde que comenzamos la universidad, pero en cuanto quedo embarazada el muchacho desapareció. Travis, su esposo, había sido un gran amigo para Jazmín desde que se conocieron en los primeros días de la universidad, y por más que ella nunca lo hubiera notado, siempre estuvo enamorado de ella. En cuanto su ex novio se borró, Travis ayudo a Jazmín en todo y le expresó sus sentimientos. A ella se le había costado asimilarlo pero al final había aceptado que también lo quería. Unos meses luego del nacimiento de Dylan, se casaron y en aquel momento hacia ya casi un año de aquello; Jenny había tenido más suerte. Había conocido a un chico en la universidad y había vivido un amor de ensueño. Estaban casados y estaban esperando su primer hijo, el cual aun no sabían si seria niña o niño, aunque mi amiga quería una niña. La veía tan emocionada y feliz; Max estaba en pareja. Sabía que el seria al que más le costaría enamorarse, así que cuando nos conto que estaba saliendo seriamente con una chica todos nos pusimos muy contentos por él. La chica se hizo amigas nuestra rápidamente ya que era muy simpática; por ultimo estaba Frankie, quien se encontraba a un lado de su mujer, Savannah, y su pequeña hija de dos años y medio, Katy, quien era muy parecida a su madre, de cabello negro como la noche y una risita muy contagiosa.

         Y también estaba Scarlett. Ella estaba terminando la universidad ya que hubo un tiempo en el que dejo de estudiar ya que quería viajar con su nuevo novio, así que mientras yo me graduaba, ella viajaba. Estaba feliz por ella, ya que el chico que encontró era un buen chico y se veía a lo lejos que la quería de verdad.

         Todos parecían felices de vernos entrar con los recién nacidos mellizos y nosotros estábamos felices de estar allí, en nuestra propia casa, con nuestros pequeños bebes. Me sentía tan plena, tan completa.

         Los invitados se fueron un par de horas después y nosotros acostamos a nuestros pequeñitos en sus respectivas cunas. Ambos estaban durmiendo plácidamente. Me quede parada al lado de sus cunitas, las cuales estaban las dos pegadas a la pared. Eran hermosos, irradiaban paz, amor y tanta alegría.

         Esta era la vida que siempre soñé desde pequeña y en cuanto vi a Niall a través de aquella pantalla en su audición me di cuenta de que quería que mi vida fuera así junto a él. Sentí unos brazos rodearme por la cintura y unos labios besando delicadamente mi cuello. Aun tenía el cabello húmedo del baño que me había dado y tenía puesto mi ropa de dormir. Aquellos días no habían sido mis días de estar más esplendida, ya que dar a luz de mellizos luego de 9 meses de tenerlos en el vientre no era tarea fácil, y mucho menos siendo madre primeriza. Además, de que luego de su nacimiento, había tenido que cuidarlos, a pesar de que teníamos la ayuda de los médicos y enfermeras. Pero a pesar de todo aquello, Niall no había perdido la oportunidad de decirme lo hermosa que era para él.

         Sabía que Niall quería que me volteara pero me era imposible hacerlo. No podía dejar de ver a aquellos dos hermosos ángeles que tenia frente a mí. Gracie y Tommy era mis mas grandes tesoros, ellos me habían convertido en madre y eso nunca podría remplazarse.

         Finalmente, volteé y mire los hermosos ojos celestes de Niall, los cuales se mostraban cansados al igual que los míos. Nos quedamos un rato así, abrazados, mirándonos a los ojos. Y en aquel momento me di cuenta de que todo lo que habíamos pasado juntos era solo el comienzo de una historia hermosa. Ya hacía años que no me importaba lo que dijeran. ¿Por qué debería si yo era feliz? Y podía criticarme, criticarnos o incluso imaginarse cosas sobre nuestro futuro pero yo sabía algo: mi vida la manejaba yo y nadie más y puede que haya habido muchos secretos, especialmente el secreto más grande de mi vida, pero ya no existía. Y si algo había aprendido de aquella experiencia era que hay cosas que es mejor ocultarlas… y otras que no. Los secretos no son malos en sí mismos, no hasta que uno los hace malos, y eso es cuando comienzan a dañar a otras personas. Estaba dispuesta a hacer todo por mis hijos y su felicidad y no quería ocultarlos como mis padres lo hicieron conmigo. No me quejo de ello, pero si Gracie y Tommy nacieron aquí es por algo y quiero que todos sepan que soy feliz con ellos y el mejor esposo que pueda haber en este planeta.

-son hermosos- dije susurrando.

-son nuestro hermoso y gran no tan secreto- dijo Niall antes de demostrarme su amor besándome. 

The Secret [Niall Horan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora