Última parte.
-¿De qué te ríes imbécil?- dije empujando al teñido del pecho, él al notar mi actitud empezó a reírse más y más fuerte, hasta entrar en un ataque de risa. Yo lo miraba furioso, y así era, estaba furioso, ¿por qué mierda actuaba de esa forma?- ¿no me vas a responder?- se aclaró la garganta y botó aire para finalmente responderme.
-¿No es una broma cierto?
-¿No es una broma cierto?- traté de imitar su voz- ¿me vez cara de que fue una broma?
-Perdón, perdón es que...- y en ese momento su sonrisa se fue y su rostro se volvió más serio- me dio risa tu cara- volvió a soltar otra pequeña risita, pero esta vez fue más breve- y... Wow, esto es muy raro- se sentó en su cama, yo imité su acción sentandome junto a él- ¿desde hace cuanto que esto pasó?- lo miré, no podía responder enseguida, tenía un nudo en mi garganta, y como él mismo lo había dicho, era raro. Tomé aire y me lancé a la borda.
-Desde siempre- al oir eso Michael se giró a verme- desde la primera vez en que nos vimos- su mirada mostraba que quería decirme algo más, pero por alguna razón no lo hacía.
-¿Cómo que desde siempre? ¿Por qué mierda no me lo dijiste Luke?
-¿Y eso habría cambiado algo?- esta vez mis ojos se empezaron a cristalizar, y mi voz se quebró. No quería mostrarme débil frente a él, pero el universo conspiraba siempre en mi contra.
-Habría cambiado...- dijo con la mirada pegada en sus manos, empezó a jugar con su dedos esquivando mis ojos.
-¿A que te refieres?- no me respondió, era como si me estuviese ignorando, o talvez el hecho de que no tenía el valor de hablar- ¿Michael?- y ahí estaba de nuevo ese silencio, al parecer no tenía intenciones de responderme, y yo estaba quedando como un estúpido esperando su respuesta - olvidalo, ¿está bien? me voy- me paré de la cama y me dirigí hacia la puerta. Por algún corto momento tuve la vaga esperanza de que el me detuviera, pero no fue así, y aún más roto de lo que ya estaba me largué a llorar.
Bajé rápidamente las escaleras de su casa, tratando de evitar a Karen al momento en que me topé con ella en la sala de estar.
-Luke ¿estabas aquí? No te ví subir ¿Cómo estás?- se dirigió a mi con una sonrisa.
-No tengo tiempo señora mamá de Michael adiós- traté de no sonar tan descortés. La mamá de Michael era como una segunda madre para mi, al igual que la mía era para el teñido, así que no quería ser grosero con ella y mucho menos hacerla sentir mal. Siempre que Michael me invitaba a su casa, su madre me recibía de muy buena manera, desde que nos conocímos, cuando habían días de lluvia y yo iba después de clases con Mike a su casa, su madre nos esperaba con galletas recién hechas y con chocolate caliente, y emperabamos junto a la estufa hasta que parara la lluvia para después devolverme a mi casa. Días lluviosos... Al igual que en ese entonces, en donde me encontraba llendome de la casa de mi "mejor amigo".
Ese día por la mañana había amanecido nublado, lo que indicaba que luego habría lluvia, pronóstico que se cumplió, ya que al momento de salir de la casa de Michael estaban ya cayendo las gotas de agua. El frío me invadió enseguida, y de un rato a otro ya me encontraba completamente mojado, y lo peor de todo, no habían galletas.
Las lágrimas que empezaron a caer de mis ojos aún estando dentro de la casa del teñido, las cuales obligadamente al momento de evitar a la señora mamá de Michael tuve que ocultar con la mirada gacha y evitar el cuestionario que probablemente me habría hecho aquella mujer, ya nisiquiera se diferenciaba si caían del cielo o si caían de mis ojos.
El sonido de la lluvia callendo sobre las calles era fuerte, pero entremedio de todo ese ruido se pudo escuchar como unos pasos apresurados impactaban contra el pavimento, haciendo que el agua que estaba en el suelo chapoteara.
-LUKE DETENTE!- escuché la voz de Michael quien al momento de alcanzar mi paso, se paró enfrente mio para impedirme la pasada- ¿qué te pasa? No te puedes ir así como si.
-¿Cómo que no me puedo ir así como así? Yo ya te dije todo lo que te tenía que decir.
-Si claro llegas, con tus palabras y tu forma de ser, y alborotas toda mi vida y en especial todos mis sentimientos como desde el primer día- Michael me miraba como si ubiese estado en un trance, al parecer no estaba conciente de lo que había dicho, luego de eso pestañó rápidamente para volver a hablar- y luego te vas de mi casa y me dejas con las palabras en la boca.
-¿Qué habías dicho?- quería oir nuevamente las palabras que había dicho al principio ¿de verdad se sentía así?
-Emmm... Que te fuiste de mi casa y me dejaste con las palabras en la boca.- trató de pasar desapercibido, pero yo sabía muy bien lo que había escuchado.
-No, no, lo otro ¿Cómo que "alborto tus sentimientos"?- hice comillas con los dedos.
-¿De que hablas?, yo nunca dije eso.
-¡DEJA DE SER TAN JODIDAMENTE COBARDE Y DIME DE UNA VEZ POR TODAS LA VERDAD!- grité en su cara.
-Esta bien ¿quieres saber la verdad?- asentí- bien. Te amo Luke. TE A-MO. Siempre lo he hecho, desde el primer día en que te ví, y nunca te lo dije- después de eso quedamos en total silencio, ninguno decía nada. No era un silencio incómodo, por lo menos para mi, puesto que estaba tratando de procesar todas las palabras que había dicho Mike. No entendía, ¿como es eso de que siempre me quiso?, ¿y su novia?
-Pero... ¿Y Crystal?- dije casi en un susurro- tú... tenías novia ¿Dónde la dejas a ella? ¿Dónde queda en toda esta historia?¿Tú no la amas?
-No Luke, nunca la amé, sólo estuve con ella para....- miró hacía el suelo, lo que me molesto mucho porque estabamos hablando algo muy importante como para que no me mirara a la cara- olvídalo, ya sabes todo lo que siento, lo demás no importa.
-Mike dímelo ahora- estaba harto de que le dara rodeos al asuntos. Quería toda la verdad, y la quería ahora.
-Nunca amé a Crystal, solo la usaba para poder olvidarte, pero como vez aún no lo he logrado- se restregó los ojos, los tenía rojos, al parecer estaba llorando.
-¿Entonces porqué te afectó tanto que ella te dejara?- eran muchas preguntas las que tenía que hacerle a Michael, ya que nunca tuvo la confianza suficiente para decirme todo lo que sentía, al igual que yo.
-No era por ella Luke, era por ti- levantó la mirada conectando sus ojos verdosos con los mios.
-¿Porqué por mi?- pregunté rápidamente, Michael demoraba mucho en responderme y yo necesitaba saber todas las respuestas enseguida o si no iba a colapsar.
-Porque tenía miedo de no poder olvidarte Luke- avanzó hacía mi, puso sus manos en mis hombros y acercó su cara al punto en el que nuetras respiraciones chocaran. Sus mejillas estaban algo sonrojadas, el cabello despeinado y su ropa estaba completamente mojada- Tenía miedo, y aún lo tengo, y estoy seguro de que no lo lograré, no podré olvidarte, porque eres malditamente perfecto para mi- y entonces era el momento en el que me tocaba tomar la palabra, así que lo hice.
-Pues no es necesario que intentes hacerlo- me miró confundido lo que me hizo soltar una pequea risa- me tienes aquí Mike, no es necesario que me olvides.- entonces en ese momento una sonrisa invadió su rostro para luego juntar nuestros labios.
