Capítulo LI

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Mientras los vampiros se acercaban cada vez soltando gritos habían más lobos listos para pelear en cuanto se diera la orden, cuando un aullido inundó el aire tenso que había ahí una nueva manada se acercaba a nosotros con pasos decididos, eran varios quienes venían y se acercaban a donde yo estaba.

¿Creíste que te dejaría sola ahora? — me dice mientras su lobo hace algo parecido a una sonrisa —. Sabía que no te quedarías con los otros a salvo.

—¿Qué esperabas? —pregunto con una sonrisa —. Soy igual a mi padre.

Lo sé —responde mi mamá con nostalgia pasajera la cual se reemplaza con decisión—. Estamos listos para pelear a tu lado.

Miro por el amplio valle que había ahí la gran masa que se acercaba mientras el aroma a putrefacción inundaba mis fosas nasales y las de todos presentes haciendo que el pelo de sus lomos se erizaran y enseñen los dientes dejando escapar gruñidos. Miro a Dan quien me regresa la mirada con ojos firmes dando a entender que estaría a mi lado hasta el final, Will quien al verme asiente.

Sin más, junto mis manos sobre mi boca dejando escapar un aullido para empezar a correr contra aquellos seres dando inicio a la guerra, Dante da el segundo aullido mientras lo escucho correr a lado mío. Todos sabíamos que quizá esta sería una sumamente sangrienta guerra y que perderíamos a varios pero eso ahora no importaba con tal de volver a traer paz a todos. En cuanto me encuentro frente a los vampiros acelero el paso, brinco hacía uno y al caer era una loba quien luchaba. El ambiente se llenó de gruñidos lobunos y gritos de los vampiros pero ya no había forma de volver atrás.

Sentía a varios lobos heridos pero sabía que varios se amontonaron alrededor de él para darle tiempo de que se curara para volver a la pelea pero esto ya se estaba prolongando y estaba siendo mucho para nosotros, habían varias partes de vampiros por todos lados pero también había lobos que no lo habían logrado. Sentía a Dante y a mis hermanos cerca mío pero sabía que esto ya era mucho para nosotros y quizá no lo lograríamos sin perder a varios, también sabía que había otra manada que se había unido a nosotros, quizá la manada de Liss decidió apoyarnos pero parecía no ser suficiente.

Tenía que hacerlo si era la única forma de llevar la ventaja.



Cuando Adam me ayudó a matar un vampiro fue cuando el suelo tembló bajo nosotros, y no parecía ser un terremoto; parecía cuando algo sumamente grande caminaba. Sabía lo que era incluso antes de voltear, era Teshal quien se iba abriendo paso a la par que sus alas se estiran dando una imagen sumamente tétrica, varios de los vampiros al verlo retrocedieron asustados al ver al demonio mayor con sus ojos de flama y sus grandes garras afiladas.

— Los hijos de Iuzaei estaban condenados a vivir en este lugar pero ahora yo los condeno a la evanescencia — exclama la voz gutural de Teshal, era tan grave que la podías sentir vibrar dentro de cada célula de mi cuerpo.

El castigo de la evanescencia para un vampiro era ser quemado, dada su naturalidad esto impedía que su cuerpo pudiera de igual forma curarse pero también hacía que ellos mismos desaparecieran de la faz de la tierra. Y que un demonio de la categoría de Teshal hiciera dicha sentencia indicaba que realmente era el fin de los vampiros, pero por el vínculo sentía a Leen muy débil, casi ni la percibía del todo y eso era lo que ahora ocupaba un puesto principal en mí.

Pero lo que pasó después fue sumamente brumoso, al menos en mi memoria: Teshal hizo arder gran parte del valle liberando el fuego de los infiernos, pero de alguna forma dicho fuego nunca nos llegó a quemar a nosotros pero a varios vampiros sí los cuales ardieron rápidamente mientras que otros se retiraron asustados.

Lo siguiente que logro recordar bien es que el demonio desapareció en un instante dejando a Leen en el círculo de ceniza negra, cuando llegue ahí apenas si respiraba y su piel se había tornado en un tono grisáceo mientras la sangre brotaba de su nariz y su boca y su cuerpo se sacudía, todos los lobos se pararon a nuestro alrededor y aullaron a la Luna, quizá con dolor o quizá con respeto hacía mi mate quien había hecho un gran sacrificio por todos los lobos pero no sabía nada de ella, no la sentía y temía lo peor. Los médicos llegaron rápido, la subieron a una camilla y corrieron rumbo al hospital y yo junto con ellos dejando que Adam se encargara de todo, en este momento nada me importaba más que ella. Cuando la ingresaron su cuerpo había empezado a regenerarse pero yo sentía que había algo mal por la forma en que los doctores se miraban preocupados.

— ¡Díganme que tiene! — ordeno cuando me detiene una muchacha frente a las puertas de un quirógrafo.

—Alpha, lo siento, pero me dieron instrucciones de no dejarlo entrar — me habla la muchacha menuda de cabello castaño rojizo —. Tendrá que esperar aquí.

Me ofrece una mirada compasiva y da media vuelta para ir detrás del resto de los médicos mientras yo me quedaba ahí mirando aquellas puertas al momento en que los demás chicos iban entrando, primero llego Troy y su madre, luego Adam y el resto.

Cada uno se fue turnando para quedarse conmigo y ver que sucedía afuera del hospital pero quizá para mi eso era lo que menos importaba. Los minutos se convertían en horas, y nosotros seguíamos sin saber nada de ella.

—Va a estar bien, Alpha — me habla la Loba Blanca—. Conozco a mi hija y sé que saldrá de esta.

—¿Alpha? —pregunta la voz de un doctor atrayendo mi atención.

Me levanto acercándome a él quien sólo me hace un gesto y me aleja más del grupo.

—¿Está todo bien, doctor?

—Tranquilo, señor — me responde él con voz pasiva—. El bebé está bien.

—¿Qué?

La boca se me secó y el corazón empezó a martillearme en el pecho y un horrible frío me recorría la columna vertebral a la vez que la palabra "bebé" se quedaba pegada en mi cabeza.

—Es imposible, ella no está embarazada — niego.

—Señor, el bebé está bien, ¿entiende? El saco amniótico lo protegió bastante — me habla lento —. Pero nuestra Luna está en coma.

Legión de Lobos TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora