Capítulo VI

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Regresábamos a la casa de la manada después de asegurarnos de que los pequeños estuvieran bien, fue ahí cuando descubrí que eran los gemelos problemáticos por la regañada que les dio Dante. Pero ahora ese par iban jugando como si nada en el círculo improvisado que habíamos hecho para que no volvieran a escaparse y perderse.

Al frente como todo Alpha iba Dante, a su derecha su Beta, Adam, yo la izquierda como la Luna que soy ahora, en medio los gemelos y hacia atrás cerrando el círculo estaban Dereck y Jokin. Sabía que Dan estaba sumamente enojado por como bufaba de vez en cuando pero no le iba a tomar importancia.

Que este enojado, a mí no me importa —se queja Sky—. De una excelente loba blanca como nosotras se redujo a una zorra barata.

Que vanidosa —me burlo y escucho un gruñido de su parte—. Pero creo que lo mejor es que se quede con ella, parece que llevaban mucho tiempo juntos además de que aún podemos rechazarlo.

Si lo rechazas te va a mandar a la calle —me avisa—. Y no sólo a ti, también a Troy

Me quedo callada pensando que tal vez ella tenía razón, ya habíamos pasado por mucho para llegar hasta acá y conseguir manada para que yo por un capricho mío la perdamos y volvamos a ser abandonados. No, no puedo quitarle eso a mi hermano. Cuando llegamos a la casa cambio a mi forma humana y comienzo a caminar siguiendo el aroma de mí hermano sin importarme que el resto de los chicos me vieran un poco raro.

Camino hacia una puerta de color gris y toco una vez mientras espero que mi hermano este despierto, escucho pasos detrás de mí cuando la puerta se abre dejando ver a un Troy despeinado, lo empujo metiéndome a la habitación y cierro la puerta detrás de mí.

— ¿A ti que te ocurre? —pregunta Troy con la curiosidad en su rostro.

—Estoy huyendo — respondo y me dejo caer en la cama.

— ¿De quién?

— Dante










Otra vez se nos va —habla Thiago molesto—. A este paso no lograremos ni marcarla.

Todo es culpa de Amber.

Los chicos entran detrás de mío a la casa ya convertidos en humanos, cada quien va por su camino pero en cambio, los gemelos se acercan a mí con paso lento y temeroso, los miro aún con enojo y ellos bajan la cabeza por respeto.

— ¿Por qué se les ocurre ir al bosque solos? —les pregunto mientras me cruzo de brazos.

— ¡Fue culpa de Kyle! —reclama rápido Catherine a la defensiva.

— ¿Mi culpa? —se señala ahora Kyle molesto—. ¿Quién quería salir a correr?

— Pero por tu culpa nos perdimos.

— Tú te desviaste.

— ¡No me importa de quien es la culpa! —reclamo usando mi voz de Alpha—. No volverán a salir si no hay alguno de los mayores para cuidarlos.

— ¿Cómo la loba blanca? —preguntan al unísono.

Los miro unos segundos y frunzo el ceño, Ayleen llegó antes que nosotros así que ya la debieron de haber conocido, miro hacia las escaleras por donde ella se fue y suspiro.

— Ella es su Luna —señalo con gesto cansado—. Tienen suerte que ella los encontrara.

Sin decir más ellos dan media vuelta y comienzan a correr por las escaleras mientras se empujan un poco con diversión, niego con la cabeza y camino hacia donde esta Adam quien estaba viendo la repetición de mi partido, me siento a su lado. Sabía que tal vez ella necesitaba espacio pero no podía dárselo, necesitaba estar cerca de ella. Apenas llevaba un día a su lado pero no podía soportar que ella estuviera lejos de mí y menos que se enojara por una idiotez, o bueno no tan idiotez, simplemente una cualquiera llamada Amber.

— ¿Nuestra Luna está enojada? —pregunta Adam sin despegar la mirada de la pantalla.

— Enojada por una persona llamada Amber —respondo frustrado—. ¿Por qué ella no puede entender que ya no hay nada entre nosotros?

— Porque tú te ibas a acostar con ella a cada rato.

— Pero lo nuestro sólo era sexo y ya, no había nada más —me quejo—.  ¿Qué debo hacer ahora?

— Tendrás que arreglarlo tú solo, a mí no me metas —me voltea a ver unos segundos—. Seré tu Beta y amigo pero tú te metiste en este rollo ahora salte de esto.












— ... y esa chica llego y le hablo como si yo fuera una basura— termino de contar la historia entre los brazos de mi hermano.

— Él no tiene idea de la chica que la diosa Luna le puso a su lado Leen —me abraza y deja un beso en mi sien—. Y cuando lo haga puede que sea tarde.

Tal vez él tenga razón, puede la Diosa me pusiera como su pareja pero tal vez no sea yo exactamente su otra mitad, respiro hondo y miro mis manos. Tal vez esa chica era la que debía ser su mate y no yo.

— ¿Luna? —escucho la voz de unos niños afuera de la puerta.

Me levanto a abrirla y me encuentro con los gemelos, debían de tener unos 16 años quizá y daban mucha ternura. El chico era unos centímetros más alto que su hermana, tenía ojos cafés muy oscuros y su cabello era chino y se movía rebelde mientras que la chica tenía ojos miel y su cabello era largo y lacio de un color caoba. Eran gemelos pero un tanto diferentes, al verme ellos inclinan un poco la cabeza.

— ¿Está todo bien? —pregunto tranquila.

— Alpha dijo que no podríamos volver a salir al bosque a más que alguien nos cuide —señala el chico un poco tímido.

—¿Les dijo eso Dante?

— Sí —responde ahora la chica —. Y queríamos saber si tú nos querías cuidar cuando salgamos.

— Por favor, Luna —habla ahora su hermano.

Los miro unos segundos y me quedo pensativa, estos chicos no tenían la culpa de ser jóvenes y tener ya a sus lobos que supongo que también eran a ellos y no contrarios como suele suceder. Tal vez eso sea lo que necesite.

— Está bien

— Él es Kyle, mi hermano —presenta ella señalando al chico—. Y yo soy Catherine.

— El gusto es mío chicos —les sonrío con ternura—. Pero no me digan Luna, soy Ayleen.

— Gracias Ayleen —responden al unísono y luego se van hacía la puerta de alguna habitación.

Volteo a ver a mi hermano quien estaba ahora recostado en su cama dormido, "este chico se duerme muy rápido" pienso con burla, me acerco a cubrirlo con una cobija que estaba ahí y salgo de la habitación sin darme cuenta de que había una persona haciendo que chocara con él.

— Perdón —me disculpo rápido y al darme cuenta de que era Dante hago una mueca—. Pensándolo bien, retiro mi disculpa

— ¿Podemos hablar? —pregunta con voz débil.

— ¿De qué? —lo miro mal—.  ¿De ti y esa chica? No, gracias

— Por favor —me suplica—. Quiero aclarar esto porque no quiero que mi Luna esté enojada conmigo.

Sky toma mi lugar yo no quiero hablar con él —le pido a mi loba con voz cansada—. Te lo compensaré casando un ciervo mañana.

¿El más grande? —me pregunta Sky tentada.

El más grande —afirmo lento.

— Bien —responde Sky tomando mi lugar—. Hablemos Dante

Y fue cuando sentí que mis ojos cambiaban de su típico tono morado a uno dorado con toques plateados.

Legión de Lobos TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora