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Ese día, Félix se la pasó pensando en lo que Hilary le había dicho, no sabía que hacer. Quería a Marc, pero lo que le hizo no tiene perdón.
Mientras estaba acostado en su cama y seguía pensando su celular empieza a sonar.

—Hola —dice al contestar.

Félix, ¿cómo estas?

—Santiago —sonríe— muy bien ¿y tú?

—Igual muy bien —pausa— oye, estaba pasando cerca de tu casa y quería saber si salías para ir a comer un helado o algo así.

—Deja pido permiso, esperame un poco —puso el celular en la cama y se dirigió al cuarto de su mamá— Mamá, ¿puedo salir?

—¿A dónde? —preguntó sin mirarlo, ya que estaba acostada.

—A caminar.

—¿Con Marc?

—Ajá —mintió.

—Está bien, con cuidado.

—Si mamá, gracias.

El hecho de que Félix mintiera acerca de con quien iba a salir se debía a que nadie de su familia sabía lo que había pasado con Marc, y no lo sabrían, ¿por qué? Por el simple hecho que era deprimente que justo después de que lo presentará como su novio todo acabará.

—Listo, ¿en dónde te veo? —dijo Félix en cuanto volvió a tomar el celular.

—Aquí afuera de tu casa.

—¿Ya estás aquí? —rió.

—Anda ya, baja —rió también— puedo verte desde la ventana.

Félix colgó y bajo corriendo a abrir la puerta, para después cerrarla y encontrarse con Santiago.

—Hola —saludo Félix mientras sonreía.

—Hola —le sonrió de la misma manera.

—¿A dónde iremos?

—Sólo a caminar.

Félix y Santiago caminaron por un largo rato, platicando de cosas sin sentido y riendo, simplemente pasando un rato agradable.

—¿Qué hacías cerca de mi casa? —preguntó Félix.

—¿La verdad? —Félix asintió— me dieron ganas de verte —rió— y para que no me dijeras que no, pues fui hasta tu casa.

—¿Es en serio? —preguntó mientras reía.

—Si, lo digo en serio —hizo una pausa— ahora yo te preguntaré algo.

—Adelante.

—¿Quién es el chico que se había aparecido en la fiesta, el que al día siguiente estaba en tu casa?, ¿Es tu novio? —Félix hizo una mueca.

—Lo era.

—¿Sería inoportuno preguntar por qué terminaron?

—Una apuesta —Santiago lo miro confundido— me apostó por $200 dólares.

—¿Y se hace llamar hombre? —Félix suspiró— ¿Sabes? Yo nunca habría hecho algo así tratándose de ti —Félix no dijo nada— si fueras mi novio te aseguro que jamás te haría daño.

—¿A dónde quieres llegar con esto?—preguntó Félix un poco incómodo.

—¿Crees que podría tener una oportunidad contigo? —se atrevió a preguntar.

—Muy apenas hemos salido.

—Cierto —rió nervioso— olvida todo eso, es que eres una persona increíble.

—Pues gracias —dijo igual nervioso.

Félix y Santiago, después de esa plática un poco incómoda, caminaron de vuelta a casa de Félix. Cuando llegaron a esta se despidieron y Santiago se fue caminando en sentido contrario de donde estaban. Félix se fue directo a su habitación para dormir, ya que al día siguiente todavía tenía clases.
El día siguiente, Félix se despertó temprano y se fue caminando al instituto, cuando llegó Tiana lo estaba esperando en la entrada.

—Hola Tiana —le dijo mie tras sonreía.

—¿Y esa sonrisa? —le pegó con el codo— hace tiempo que ya no la veía.

—Ayer salí con Santiago —Tiana hizo una expresión de asombro.

—Y ¿qué tal todo? —lo miro mientras levantaba las cejas.

—No pasó nada —volteó los ojos— pero estuve pensando.

—¿En qué?

—En que tal vez sea mejor intentar algo con Santiago y olvidar a Marc.

—¿Qué pasó con lo de que no te volverías a enamorar al menos en estos dos meses que quedan antes de la universidad?

—Creo que por Santiago si vale romper esa promesa.

—Que mal, empezaba a gustarme Beckblay.

—Olvida eso, Santiago lo vale más...

Retos y Apuestas |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now