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—Vámonos ya Félix —dijo Marc, quien había abierto la puerta de golpe.

—Espera, aún no —le contestó, ya que estaba disfrutando el momento con el tal Santiago.

—No, ahora.

—Tranquilo amigo, nos la estamos pasando bien —Santiago se metió en la conversación.

—Solo vete ¿si? —dijo Félix a Marc, quien se encontraba con los puños cerrados.

Félix y Santiago quienes tenían por seguro que Marc se iría, siguieron besándose. Pero Marc interrumpió tal beso, lanzando a Félix a un rincón del cuarto mientras golpeaba a Santiago. El recuerdo de Sam pasó por la cabeza de Félix.

—Marc, déjalo —trató de alejar a Marc de Santiago, cosa que fue imposible.

Por la impotencia del momento, Félix no pudo evitar llorar, y en cuanto Marc se dio cuenta de que Félix lloraba dejo de golpear a Santiago.

—Félix —trato de acercarse a él, pero se alejó y fue corriendo en busca de la salida.

Cuando Marc pudo alcanzarlo, Félix ya no lloraba pero su respiración era rápida y entrecortada.

—Perdón —dijo igual con la respiración un poco entrecortada.

—No importa, no tenías porque golpearlo.

Marc, en vez de contestar, empezó a inclinarse para abajo mientras se dirigía al pasto y vómito, cosa que dejó a Félix con una expresión de asco.

—Te llevaré a tu casa —dijo Marc mientras le hacia señas de que lo siguiera.

—Estas muy ebrio como para manejar.
—Si puedo Félix, tú tranquilo.

—No Marc, anda, dame las llaves del auto, yo te llevo.

Y sin ninguna protesta Marc le dio las llaves a Félix, al llegar al auto Félix tuvo que ayudar a Marc a subir del lado del copiloto para después el subir y conducir hasta casa de Marc. Por varios minutos Marc fue indicándole por donde se fuera hasta que de repente dejó de contestarle.

—Marc, despierta, tengo que llevarte a tu casa —dijo sin conseguir que Marc despertara.

Félix se quedó pensando buen rato y al final decidió que lo llevaría a su casa. No sabía dónde vivía, ni donde vivía alguno de sus amigos, así que ¿qué quedaba?

Félix condujo hasta su casa y bajo a Marc. Félix lo bajo del carro cargando. Marc no era tan pesado como aparentaba y Félix no era tan débil como aparentaba.
Abrió la puerta de su casa y con mucho cuidado, tratando de que nadie lo oyera cerró la puerta y subió las escaleras.
Mientras preparaba una cama improvisada en el suelo dejo a Marc acostado en su cama y cuando acabo movió a Marc a está y se acostó él en esta. Claro, después de haberse quitado la playera y los pantalones. Porque si, Félix dormía en ropa interior.

Cuando Félix despertó vio que Marc no se encontraba en la cama improvisada en el suelo, sino a su lado, en su cama. Félix se quedó observando su rostro mientras dormía, pero se volteo al pensar que se veía estúpido mirándolo con una sonrisa en la cara. Félix aún no podía creer que en serio le gustará a alguien como Marc, era imposible, pero Félix no creía que hubiera alguna razón por la cual le estuviera mintiendo.

Félix se levantó de la cama, y tratando de no hacer ruido para no despertar a Marc, recogió la cama improvisada del piso y se fue a dar un baño. Al regresar a su habitación Marc seguía dormido, Félix tomó ropa de sus cajones y entró al baño de su habitación.

—Félix, el desayuno está listo —habló la hermana de este, acercándose a la cama y moviendo a Marc, creyendo que era Félix.

—En un momento bajo —habló desde el baño.

Lea, quien se quedó confundida entró al baño donde estaba Félix.

—¿Quién está en tu cama? —le preguntó.

—Es Marc —dijo un poco nervioso.

—¿Qué hace ahí?

—Ayer estaba muy borracho como par a manejar y se quedó dormido mientras me guiaba a su casa —levantó los hombros— ¿qué podía hacer?

—Bueno, de todos modos, el desayuno está listo, para que bajen —dijo Lea por último y salió de la habitación.

Félix se dirigió a donde se encontraba Marc.

—Marc, despierta —dijo Félix mientras lo movía.

Tras unos segundos en loa que Félix estuvo moviendo a Marc para hacer que se despertará, lo logró.

—¿Félix?, ¿qué hago aquí? —dijo mientras se acomodaba y se tocaba la cabeza.

Félix le explicó lo mismo que a Lea, a lo que Marc sólo contestó con un "Gracias, te debo una".

—Si quieres tomar un baño ahí está todo —señaló el baño en su habitación.

—Sólo, ¿me podrías prestar algo de ropa? —dijo un poco incómodo.

—Claro, agarra lo que te llame la atención, y cuando salgas, el desayuno ya esta listo.

—Muchas gracias Félix.

Y así, Félix se fue escaleras abajo para desayunar y Marc fue a ver la ropa de Félix. A pesar de que siempre se vestía, pues muy... gay, no había ropa tan mal después de todo. Pensó Marc.

Al terminar de bañarse Marc se puso la ropa que Félix y bajo a desayunar tal como le había dicho Félix.

—Marc, no sabía que estabas aquí, siéntate, vamos empezando —dijo el papá de Félix.

Marc se sentó al lado de Félix y el desayuno transcurrió normal. Hasta que alguien tocó la puerta, Félix se paró y fue a abrir.

—¿Qué haces aquí? —dijo mientras los nervios empezaban a apoderarse de él...

Retos y Apuestas |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now