11

11.2K 1.5K 490
                                    

—Pude conseguir tú dirección con uno de los chicos que estaban ayer en la fiesta.

—¿No... no vienes a golpearme?

—¿Por qué querría hacerlo? —frunce el ceño.

—Por lo de ayer —y señaló su rostro, el labio partido y el pómulo morado.

—No te preocupes por eso, está bien, en parte creo que fue tú culpa pero no quiero golpearte.

—Félix, ¿quién es? —se apareció Marc por detrás de él.

Santiago se confundió un poco al ver a Marc ahí, y aunque tampoco quiso golpearlo, si se puso molesto.

—Es Santiago, no creo que lo recuerdes, ¿o si? —dijo Félix, quien se había puesto más nervioso aún. Marc negó con la cabeza.

—Eres el responsable amigo —señaló su cara golpeada.

—Recordaría haber golpeado a alguien —dijo en su defensa.

—Lo hiciste tú Marc —habló Félix.

—¿Por qué? —preguntó confundido.

—Larga historia que luego te contaré —le contestó Félix.

—¿Me dejas sólo un rato con él? —señaló a Félix.

Marc levantó las manos, dando a entender que se iría, entró de nuevo en la casa para recoger sus cosas.

—Quería ver si podíamos salir, me la pasé muy bien contigo ayer —dijo cuando estuvo seguro de que Marc se había marchado.

—Y ¿por qué no simplemente pediste mi número?

—Es raro ¿no?, le pregunté a muchos si tenían tu número y nadie lo tenía, hasta que le pregunté a una chica y me dijo que una vez había venido a tu casa para un proyecto y que si quería podía pasarme tu dirección.

—Wow —exclamó— sólo que no estoy seguro de poder salir ahorita, ¿qué tal si te doy mi número y nos ponemos de acuerdo luego?

Santiago aceptó e intercambiaron números.

—¿Quién era Félix? —preguntó su mamá.

—Sólo un amigo.

—¿De dónde estás sacando tantos amigos últimamente? —volvió a preguntar— digo, no es que me molesté o algo así pero tardaste tres años en conseguir una sola amiga.

—No lo sé mamá, ni yo sé de dónde es que salen todas esas personas que me hablan.

—Félix, ya me voy —habló Marc, quien iba bajando las escaleras.

—Te acompaño a la puerta —le dijo cuando estaba junto a él.

Félix salió a acompañar a Marc hasta su auto y volvió a entrar a su casa. Mientras tanto, Marc no se dirigía a la suya, sino a la de Tony.

—Es muy temprano Marc, ¿qué haces aquí? Y vestido así —lo barrio con la mirada.

—Quiero cambiar la apuesta, ¿Si?

—Ya te dije que la apuesta se queda como está.

—Te conviene Tony.

—Te escucho.

—Sólo dame está semana, tengo un plan —pausa— y en vez de $60 dólares, que sean $100.

—Cuéntame el plan, sino, no cambiaré nada.

—Le pediré que sea mi novio, sé que es arriesgado pero no creo que me diga que no, después de eso lo ignorare totalmente.

—Hagamos otra cosa, te daré $200 Si haces su "relación" pública, y $50 más, si lo humillas en público.

Marc se quedó pensando un rato en sí le convenía cambiar la apuesta o seguir con el plan. Ganarse $250 dólares en sólo unos cuantos días o ganarse sólo $60 pero en dos semanas más. ¿Sería tan cruel como para romperle el corazón a Félix de esa forma?

—Acepto...

Retos y Apuestas |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now