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Después de que Marc se fue, Félix se quedó con Sam.

—¿Estás bien? —preguntó mientras se acercaba a él.

—¿Parece que lo estoy? —sollozo.

—Félix, tranquilo ¿si? —le sonrió— No lo vale.

—Es que en serio lo quería.

—Se conocieron hace un mes Félix, no puedes ponerte así.

—¿Eso qué? —dijo después de haberlo pensado un poco— desde el primer momento que lo vi, juro que sentí una conexión especial.

—No puedes estar así por alguien que conociste hace un mes, menos.

—Y es lo peor Sam, no hay manera de ponerme así por alguien que conozco muy apenas, pero así es —sollozo.

—Ya —se acercó a él y limpio las lágrimas de su rostro— eres mucho para él, no lo vale.

A Sam realmente le dolía mucho ver a Félix de esa forma, le recordaba a ese mal tiempo en que le hizo tanto daño. Se arrepentía bastante, no era algo de lo que estuviera orgulloso.
Félix se calmó un poco, Sam se acercó más a él y le dio un beso, casi por impulso. Félix no se opuso pero tampoco lo siguió.

—Perdón —dijo cuando Félix lo apartó.

—Sólo no lo vuelvas a hacer, por favor —dijo, con la cabeza abajo, apenado.

—Está bien, lo lamento.

Por otro lado, Marc había corrido tanto y tan lejos que llegó a perderse. Cuando estuvo en un lugar conocido, empezó a caminar en dirección a la casa de Tony. Una vez ahí empezó a tocar la puerta fuerte y desesperadamente. Después de unos cuantos segundos este salió.

—Marc —le extendió la mano para saludarlo, pero Marc le dio un puñetazo en la cara— ¿Cuál es tu problema idiota? —exclamó alterado.

—¡Todo es tu culpa! —gritó alterado— estas jodido idiota.

—¿Qué hice? —preguntó mientras se tocaba la nariz, la cual le empezaba a doler por el golpe.

—¿Por qué diablos le dijiste a Félix? —Tony lo miro confundido— de la apuesta —aclaro.

—Yo nunca le dije nada —se defendió.

—Eras el único que sabía Tony, no me mientas —cerró los puños.

—Espera un momento, ¿estuviste llorando?—preguntó mientras se acercaba un poco a él.

—Eso no importa —los ojos de Marc se volvieron a cristalizar al recordar porque estaba llorando.

—Pasa Marc —dijo Tony en cuanto se dio cuenta.

Marc pasó y Tony lo dirigió hasta su cuarto, donde retomaron la plática.

—Perdón por el golpe —se disculpó Marc al ver llegar a Tony con una bolsa de hielo en la nariz.

—No hay problema —se sentó al lado de él— ahora cuentame que pasó.

—Félix —suspiró— se enteró de la apuesta, se puso como loco, lloraba y gritaba.

—Te preguntaré algo, sólo promete contestar con la verdad —Marc asintió— ¿sientes algo por él?

—Lo quiero Tony —suspiró— no me había sentido así por nadie más.

—¿Eres gay? —Marc negó.

—No es eso, la verdad no estoy seguro. Cuando se trata de Félix todo es diferente.

—Diferente ¿en qué forma?

—Me siento bien estando con él. Siento algo que no había sentido nunca antes con nadie.

—¿Ni con Hilary?

—Hilary no provocaba nada en mi.

—Mmm... y entonces, ¿qué piensas hacer?

—No tengo idea Tony, lo jodi todo.

—Tú hiciste la apuesta.

—Nunca creí que terminaría así —pausa— Maldita sea, me trae como loco todo esto.

—¿En serio quieres a Félix?

—Como no tienes idea, tarde en darme cuenta.

—Pero se conocen desde hace un mes.

—Y eso es lo peor, ¿cómo puede hacerme sentir así en tan poco tiempo?

—Viejo, eso es amor.

—Lo quiero de vuelta —lloriqueo.

—El plan para recuperar Beckblay se empezará este mismo lunes.

—¿Beckblay? —preguntó Marc, confundido.

—Beckett más Tremblay —dijo obvio.

—Beckblay —rió— eso me gusta...

Retos y Apuestas |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now