No quiero volver a la oficina, no quiero que Megan me vea derramando lágrimas y pregunte el motivo, porque no dudaría en abrir la boca para decirle que lo rechace. No debo hacerlo, así que me muerdo la lengua y mando un mensaje a mi asistente de que cancele mi agenda hasta nuevo aviso. Debo alejarme un momento de todo esto para procesar la información y luego volver a la realidad y enfrentarlo. 

Voy en mi auto hasta mi apartamento y preparo una mochila con una muda de ropa, creo que lo mejor es irme a un lugar tranquilo y recuperar la perspectiva. Tomo lo que es imprescindible y vuelvo a por mi auto. Me cuesta mucho pensar en algún lugar concreto, así que sigo el camino por la autopista hasta que llego sin pensar al muelle. 

Que irónico, justo donde comenzó todo este lío en el que estoy metida hasta el fondo. 

Descanso las manos en el volante y también mi cabeza. Estoy justo estacionada en un lugar donde la vista es preciosa pero no puedo apreciarla realmente, este lugar me trae demasiados recuerdos. 

Arranco de vuelta y me inserto en el tráfico una vez más haciendo caso omiso a las muchas palabrotas de un conductor que pasó demasiado a prisa por mi lado. Idiota. Sigo mi camino hasta que estoy en alguna parte boscosa y visualizo un lugar de hospedaje que parece agradable y un pequeño bar que rebosa de gente y vitalidad a pesar de que hace mucho que no veo pasar un auto. Es perfecto. 

Me registro y dejo mi mochila para luego conseguir una guía del lugar creo que me apetece caminar por el bosque que se extiende a mi alrededor. Una mujer amable me indica por donde hay un camino seguro y luego de proveerme de una botella de agua y un mapa me pongo a recorrer el lugar. 

Es un descanso de la ciudad, los manuscritos, Christian y Megan, todo. Aquí solo hay árboles, el sonido de agua correr y uno que otro animal que no llego a ver. Cougar Mountain Regional Wildlan Park es realmente fantástico y disfruto cada segundo de las dos horas de caminata hasta que llego al riachuelo y me siento en una roca, aún faltan algunas horas para que oscurezca y eso hace que este lugar se transforme. Me permito pensar en lo que ha pasado y dejo que el llanto contenido se suelte. 

Creo que pasa una hora o algo así cuando ya lo he soltado todo y me dispongo a volver. Estoy cansada, pero el camino parece ser mas fácil y eso me deja las cosas un poco tranquilas para mi cansado cuerpo. En todo el recorrido me he cruzado con una o dos personas, me parece que es un buen lugar para pensar y por eso mismo no me sorprende escuchar pasos delante mío. 

Solo no esperaba que unos brazos me sujeten y cuando quise zafarme levanté la vista y me encontré con la de Christian que me mira suplicante. No quiero verle, conduje mucho para alejarme de él y me encuentra como si nada, se que quiere y no tengo fuerzas para afrontarlo. 

- Suéltame Christian.- digo tratando que no note mis ojos hinchados o mi voz rasposa, aunque parece no dar resultado. 

- Por favor Ana debemos hablar.- dice soltándome levemente y me permito repasar que va vestido con unos jeans y una sudadera. 

- No quiero hablar, no debemos hablar y no tengo ganas de verte.- digo rodeándolo y tratando de seguir mi camino hacia mi habitación de hostal. 

- Por favor Ana.- dice mientras soy muy consciente de que me sigue. 

Opto por no dirigirle la palabra, aunque sea algo infantil, pero es lo mejor si no quiero romperme en el proceso. Logramos llegar a la zona donde he empezado y me dirijo al hostal, se que aún Christian sigue a mis espaldas y puedo sentir su molestia y algo más que no puedo definir. 

- Ana no seas niña, solo quiero hablar. Por favor!- exclama cuando le sigo ignorando y estoy por subir las escaleras para ingresar a la habitación. 

Lo Inevitable #PremiosObsesiónGrey2018Where stories live. Discover now