La gente que quiere hacerte daño, no lo hace directamente. Pues sabe que si daña a las personas que más quieres, te lastimaran más, que disparándote.

Envuelta aun no los recuerdos de esa tarde, camine hacia el patio, en donde estaba Shawn, como siempre solo. Con sus audífonos puestos y una capucha cubriendo su rostro. A él lo consideraba mi mejor amigo, la persona que conocía todos mis secretos y que protegía a las personas que yo le pedía, era como mi ángel guardián.

-Hey, ¿qué haces aquí?-lo moví del hombro para que me mirara, cuando levantó su rostro, pude ver un gran corte en su ceja- ¿qué pasó ahora?-retiro uno de sus audífonos y pude ver en sus ojos el enojo que tenía.

-una pelea con el imbécil novio de mi hermana-sonaba molesto-cree ser más hombre por golpearla, yo puedo golpearlo más fuerte.

-No crees que deberían denunciarlo--yo pensaba que esa era una mejor solución. Había visto muchas cosas fuertes en mi vida, pero la forma en la que trataban a la hermana de mi mejor amigo, podía considerarse inhumana.

-mi hermana no quiere hacerlo, tiene un amor enfermizo hacia él. Juro que terminare matándolo si vuelve a tocarla, ayer debió haber sido suficiente para ese imbécil. -lo abrace, entendía su enojo y sabía que él también me necesitaba.

-puedo intentar hablar con ella-negó

-no entiende razones. ¿Tienes lo que te pedí ayer?-asentí y saque de mis bolsillos una pequeña bolsa con un polvo blanco, aunque no me sienta orgullosa de lo que hago, era mi trabajo y fui entrenada para hacerlo sin reclamar o romper mis instrucciones.

-Sabes qué deberías dejar de consumir esto-me arrebató la bolsa-ni siquiera sé porque sigo dándotela

-Por qué soy la única persona que cuida a Camila en caso de que alguien se le acerque--aunque esa era la paga que el recibía por su ayuda, no me gustaba verlo en vicios. Odiaba que las personas cercanas a mí, consumieran. Al final, eran sus decisiones y no era alguien con el derecho de reclamarles.

-Creo que me alejare de ella Shawn, no quiero ponerla en riesgo-me miró enojado, después de todo lo ocurrido con Keana, no quise volver a saber sobre el amor, hasta que llego ella a mi vida y me hizo cambiar de idea.

-teníamos un trato Lauren, no puedes alejarte de ella. Te quiere

-Lo sé y tú parte no cambiará. Pero la imagen de Keana me atormenta, no quiero que le pase lo mismo y a veces amar es ver el bien de la otra persona-sentí una vez más lagrimas amenazando por salir. Pero las reprimí.

-Keana no tenía protección porque no sabíamos qué pasaría eso. Con Camila es diferente Lauren, yo la estoy cuidando cuando estamos fuera de aquí. No la dejes ir, no por miedo cometas ese error-tenía razón, pero el miedo, a veces supera a las cosas que quieres hacer.

-Primero debo decirle la verdad sobre mí, no sé cómo lo tome-se levantó del lugar en el que estábamos sentados, guardo su bolsita en la maleta y me miro.

-si de verdad te quiere, aceptara quién eres. Y sino, ya no tendrás de que preocuparte. -se agachó a tomar su patineta y caminó con ella hasta desaparecer del pasillo del instituto.

Me mantuve en el mismo lugar por unos minutos. Pensando en cómo sería todo si Kean, seguiría con vida.

Era, es y seguirá siendo triste, el saber que alguien no regresara a tu vida. Pero por suerte, la vida, también se encarga de que conozcas a alguien más, alguien que te ayude o disminuya el dolor.

Para mí, Camila era eso. Quizá, esa persona que cambie mi mundo o al menos me haga sentir mejor después de todo lo malo que me rodeaba. Esa persona que lograría tener mi corazón y quien no tenía que hacer esfuerzo por verme sonreír.

Camila, se estaba robando mi corazón, pero el miedo, mi miedo a perderla. La estaba superando.

Tome mi maleta y comencé a caminar por el campo de fútbol, tenía que llegar al segundo bloque del instituto en donde comenzarían las clases extras de matemática avanzada. Era muy mala en eso, no lo niego, pero era una excusa perfecta para no regresar a casa, por un par de horas más. Consideraba que el instituto, era la salida del mundo que tenía que vivir.

-Hey Lauren-escuche su voz a mis espaldas, cuando estaba a punto de entrar al salón, sonreí inmediatamente, era ella, la que estaba rompiendo mis esquemas y a la que tenía miedo a perder-te vi marcharte del comedor sin siquiera saludarme

-Hey Camz, lo siento no estaba de humor-le sonreí y sentí sus brazos rodear mi espalda, al ser un poco más alta que ella la abrace por el cuello. Su cercanía me encantaba pero no podía dejar de pensar, en que tenía una decisión que tomar.

-Te extrañe el fin de semana-la aleje un poco de mí, tome sus mejillas con ambas manos y le di un suave beso en los labios. Sus besos eran cálidos y sus labios muy suaves, un simple gesto que me hacía olvidar quien eran y solo me hacía concentrarme en que era la persona que quería para mi vida.

-también te extrañe, pero tenía trabajo que hacer-volvió a besarme- ¿quieres ir hoy a mi departamento? Podemos ver películas

-tengo que quedarme en casa, tengo tarea. Pero puedes venir, mis padres estarán felices de verte-me puse un poco nerviosa, sus padres me agradaban pero tenía aún más miedo a que ellos descubrieran quien soy y me obligaran a alejarme de Camila.

-Te veo en la noche entonces-asintió y sonrió

- ¿Cuándo conoceré a tus padres?-suspire por su frecuente pregunta.

-Cuando sea el momento Camz, espero que pronto, por ahora tendrás que esperar-sonrío y me dio otro beso, el último para caminar lejos de mí, rumbo a su hogar.

Don't keep love around (CAMREN)Where stories live. Discover now