Academia de Vampiros - De las cenizas

61

Estaba oscuro, Alistair manejaba ese mundo con gran facilidad, Rose y Dimitri se tomaron de las manos - que hermoso momento, dos almas gemelas a punto de morir tomados de la mano -

- ¡aparece de una vez! - gritó Rose mientras lo buscaba con la mirada, estaba nerviosa aunque lo ocultaba bien, Dimitri mantenía la calma sabiendo que la templanza era la única manera de ganar, apretó la mano de su esposa

- este no es tu mundo aun - hablo bajo - Roza podemos vencer -

- primero hay que... - algo golpeo su espalda, cayo al suelo - ¡MALDICIÓN! - su marido le ayudo a ponerse en pie - ¿como derrotaremos a alguien que no podemos ver? -

- lo lograremos juntos -

- son débiles - la calma en esa voz era frustrante para alguien que no tenia paciencia, otro golpe ahora dirigido a Dimitri, supo mantenerse en pie — este es mi mundo, y con tu alma soy invencible —

— bonitas palabras para quien necesita de otro, sin mi alma y las otras que tomaste no eres nada — lanzó una flama hacia el lugar del que provenía la voz

— ¡jajaja! — el eco le daba un tono temible — mala puntería dhampir — Dimitri trato de atraparlo con ramas, falló.

— necesitamos concentrarnos — no podían atacar sin planear en voz alta y ese era un gran inconveniente para ellos, Rose se dio cuenta, comenzó a planear algo que los mantuviera alejados, al menos algo que no le permitiera oírlos

"Somos uno, unidos por el amor
Somos almas gemelas que se oyen a distancia
Permite que mi voz sea tu pensamiento
Y tú voz en mi mente de momento
Escuchemos sin hablar
Así podremos derrotar"

Dimitri escucho la voz de su esposa en su mente, ese verso mal hecho, un hechizo para comunicarse sin ser oídos — buena idea mi amor — apremió en su mente

— gracias, ahora hay que luchar con todas nuestras fuerzas — se concentró tratando de encontrar ese extracto de su alma dentro de Alistair, pues era parte de ella y por tanto debería de ser capaz de sentirla — intenta cubrirnos un momento — Dimitri lo entendió y colocó un escudo de aire a su alrededor

— ¿les comió la lengua el ratón? O saben que no tienen posibilidad ¿no es cierto? — ninguno de los dos respondió

— los ataques fueron cuando nos escuchó hablar ¿será que no puede vernos? — el guardián blanco estaba en lo correcto, Alistair no podía atacarlos si no los escuchaba pues después de la última batalla con Rose había perdido esa habilidad y es que aún muerto él rechazó los beneficios de la eternidad al continuar moviéndose de un mundo a otro, la muerte no perdona e incluso después de ella hay castigo

— no puede vernos, tienes razón camarada — siguió localizando su alma, logró sentir muchas de ellas, todas las que había consumido su enemigo, pronto sintió la suya, cierto extracto resentido por la falta de descanso — lo encontré —

— atácalo y movámonos de aquí, sino nos encontrará — Rose lanzó con energía grandes bolas de fuego

— ¡MALDITOS! — su ataque dio en el blanco, Dimitri la alejo antes de que el ataque de Alistair los alcanzará, este último comenzó a sentir los nervios de ver su plan alejándose pues no tenía posibilidades sin escucharlos

— ve a la derecha, yo a la izquierda y ataquemos al mismo tiempo — no quería alejarse de Rose sin embargo no tenía opción así que aceptó la propuesta de su mujer corrió lejos de ella sabiendo que entre más rápido terminaran con el enemigo, más rápido volverían al lado de sus hijas