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Stan puso una navaja en mi espalda, Dimitri no se movió por temor a que me hiciera algo — ¿qué hacen aquí? — Alberta se acercó desde el otro lado, Stan Indico que se apagara la cámara de esa planta, nos llevaron a una habitación al lado

— no deberían estar aquí, si los ven mataran a ambos — Alberta habló bajo — ¿están bien? — asentimos

— venimos a buscar lo que está en la sala del silencio — ellos asintieron — ustedes no están bajo efecto de compulsión — asintieron

— a quienes juramos pleitesía a Tatiana no nos obligaron, por supuesto esto fue solo para esperar y poder ayudar en cuanto tú estuvieras, nosotros no somos siervos de nadie y solo estaremos con la familia que corresponde, con la Hathaway — sonreí

— gracias Alberta pero si las cámaras ya captaron esto... —

— Mateo es quien maneja las cámaras y él se encargará de que nadie se entere... —

— ¿cuántos están aún con el clan Hathaway? — Dimitri me tocó el hombro — ¿suficientes para presentar batalla? — ellos se miraron

— casi todos están bajo compulsión pues no pensaban trabajar para Tatiana... Pero de los que seguimos sin esto pues... Somos pocos, en realidad... Algunos solo la siguen por temor a sus familias — nos miramos — vamos por el libro Roza... Después regresaremos y ganaremos esta batalla — asentí, me detuve antes

— Alberta... Stan... Gracias por seguir conmigo... No sé qué haré exactamente pero no permitiré que nos traten como siervos de los morois... Jamás — asintieron, Dimitri y yo entramos a la habitación, el libro estaba ahí, sentí un calor extraño, sí, este libro respondía a mí como el oscuro, lo tome — vamos por la puerta de acá camarada —

— ¿nos llevará fuera? — asentí, alguien abrió la puerta, Alexa entro mirándonos a ambos, tenía ese brillo típico de la compulsión

— sabía que había ratas aquí — me miro sonriendo — devuelve el libro — se acercó

— no lo haré y si te acercas no dudaré en hacerte daño — dije muy poco segura, podría odiarla por querer a mi marido pero jamás la atacaría sabiendo que está bajo un encantamiento

— eres débil para eso — saco una pistola, guarde el libro en el dije, Dimitri se puso delante de mí — Dimitri... Si piensas que no te disparare te equivocas, si mueres me da lo mismo — levante la cara ¿hizo tanto para nada?

— lárgate de aquí Alexandra — una ráfaga de viento fue suficiente para alejarla — Dimitri sal primero —

— o juntos o ninguno — dijo serio, sonreí, la solté rápido y salimos escuchamos los disparos, puse una pared de hielo en ese lugar, no duraría mucho, pues sentía mi cuerpo pesado, solo hasta que nos alejáramos pero era algo, selle los pasadizos para evitar que alguien más los utilizará, salir de la corte fue rápido, sin problemas, en cuanto lo conseguimos recibí una llamada

puedes llevarte el libro pero volverás implorando Rosemarie... Te quitaré lo que más amas, haré que sufras — era la voz de Natalie

no permitiré que se acerquen a ninguna persona que yo ame y si llegan a hacerle daño a alguno, les arrancaré las cabezas — colgué molesta, me envió una foto, era del día en que huimos, en la gasolinera ¿nos estaban siguiendo? La foto fue tomada de cerca, muy de cerca... Era como si estuvieran a nuestro lado... ¿Pero quien estaba ese día ahí? Estaba cansada, muy cansada, el libro de luz me estaba consumiendo al lado del libro oscuro, necesitaba pasar el poder ya, tres dhampirs se acercaron a nosotros listos para atacar, yo no podía utilizar magia en este momento... Era muy malo en este momento — Dimitri... — me sostuvo, los dhampirs se acercaron, lo solté recargándome en el árbol, no podía hacer nada, ni siquiera levantar los brazos, sentía la energía dejándome, no había modo en que sobreviviera con el poder de ambos, ahora entendía porque la necesidad del guardián blanco, Dimitri comenzó a pelear, tomó a dos al mismo tiempo, como todo un dios los derribo sin problemas, sacaron armas pero mi camarada los acabo como si no fueran nada, uno de ellos aprovechó la distracción para intentar dispararme, con la poca fuerza que tenía levante mi brazo regresándole la bala, esta atravesó directamente en el pecho, abrí los ojos... Acababa de hacer que una bala se clavara en un Dhampir que no tenía culpa de nada, Dimitri dejó inconscientes a los otros dos, me tomo del brazo, sacándome de ahí, me sentía mal, él me cargo hasta que llegamos a la carretera, tomamos el coche y nos fuimos de ahí — Dimitri... Necesitamos hacer esto ya... Yo no voy a aguantar hasta el aeropuerto y menos hasta Siberia... — mi respiración se estaba agitando de manera terrible, sentía como un eco lejano todo, asintió entrando por un terreno abandonado, me miro quitando su llave, sacando los libros de mi dije

Academia de Vampiros - De las cenizasWhere stories live. Discover now