Academia de Vampiros - De las cenizas

44/Dimitri

Estaba en el bar esperando a mi chica, a mi ahora prometida - ingeniero Dimitri, que milagro verlo - gire para encontrarme con Sebastian un excompareño de trabajo

- vine un fin de semana con mi prometida -

- Danna... - su tono fue extraño pero lo ignore - yo vine con mi esposa y mi hermano Mauricio, trae a su novia, es el paraíso esa mujer - era incómodo oírlo hablar así de la mujer de su hermano; siempre tan irrespetuoso e irresponsable eso le costó el trabajo. Decidí ir por Danna - vengan a cenar con nosotros - me iba a negar pero accedí por cortesía

Subí a la habitación sólo para encontrar a Danna dormida - oye te estuve esperando - dije molesto

- lo siento me gano el sueño - dijo indiferente - vamos a dormir - pensé que tal vez tenía algo preparado para pasar el tiempo en la habitación hasta que comprendí que hablaba en serio

- voy al bar a beber un rato - asintió - ¡que mierda le pasa! - levante el codo golpeando la frente de alguien -

- no me pasa nada, tal vez tu deberías decirme que mierda te pasa o porque me golpeas - abrí los ojos ayudando a la chica a ponerse en pie, era la misma con la que había chocado hacia unas semanas, traía un vestido rojo y entallado, algunas zonas transparentes, en otras podría parecer vulgar, en ella era como mandado a hacer

- Disculpe señorita - no la solté, me sonrió

- esta bien la ultima vez te tire café encima y no creo que esto deje moretón o eso espero — sonreí — si vamos a chocar de esta manera al menos me gustaría saber tu nombre —

— Dimitri — dije casualmente, asintió

— Rose — miro el reloj — fantástico, Mauricio me va a colgar, nos vemos — ¿Mauricio? Ella era el paraíso, camine detrás de ella — ¿acaso me persigues? — sonreí

— también voy al bar — asintió, llegamos a la misma mesa, el hermano de Sebastián me tendió la mano

— pensé que Danna venía contigo — negué

— se encuentra indispuesta — abrazo a Rose como si pudieran alejarla de él. Ella me miro sonriendo, era realmente un ángel —

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Estupidos sueños, odiaba esa realidad molesta porque ahí yo no sabía nada de esta pero aquí sí y ver a mi esposa en los brazos de alguien más era espantoso, sentí coraje, quería buscar a ese tal Mauricio y golpearlo hasta que no pensara en ponerle las manos otra vez encima — Dimitri, me lastimas — note la zona donde había hecho presión en mi esposa, mis manos quedaron marcadas — ¿estás bien camarada? — asentí molesto, ella me miró con las cejas levantadas — dime que te pasa —

— esos sueños y ese tal Mauricio tocándote... yo no lo soporto — sonrió dulce

— ¿sabes que yo no lo conozco verdad? — su sonrisa me calmo, sobre todo cuando colocó mis manos en su cintura — ¿sabes que te amo y que vamos a tener otra bebe? — asentí ahora sí tranquilo

— tu ya estás bien eso es lo mejor, aunque deberíamos ir al médico para que nos digan cómo está nuestra hija — tocaron la puerta de la habitación — pasa pequeña — mi hija entro saltando sobre nosotros pero cuidando no lastimar a su madre, tenía lágrimas en los ojos

— ¿que sucede princesa? — Roza la atrajo a ella

— Michael me dijo que ustedes ya no me querrán cuando nazcan mis hermanas —

— eso no va a suceder jamás, te vamos a seguir queriendo como ahora — mire a su madre mientras le ponía la mano en el vientre — tenemos suficiente amor para las dos —

— dijiste hermanas — Roza la miró con las cejas levantadas, Irania asintió

— en sueños escucho dos corazones y después dos llantos, la abuela Yeva me dijo que ella también vio dos bebes — sonreímos — si somos tres entonces habrá menos amor — frunció el ceño molesta aunque el gesto era dulce

— así fueran cinco, las querríamos igual — nos abrazo contenta, adoraba que mi hija fuera inteligente y comprendiera las cosas — debemos ir al médico Rose — asintió, esto no nos tomaría mucho tiempo aún así Abe se llevó a Irania pues mi hija tenía cierto miedo a los hospitales aunque nunca entendí porque. Era cierto, mi hermosa esposa estaba embarazada, tenía un mes y medio, justo el mes y medio que había pasado desde que lo intentamos, le programaron la siguiente cita

— vamos por Irania, quiero que vayamos a comer y al cine o a donde ella quiera —asentí

— no quieres que esa idea de que no la vamos a querer más siga en su cabeza — asintió — vamos a darle un día espectacular entonces — me abrazo y beso, fuimos por nuestra pequeña que discutía seriamente con su abuelo y su tío

— pero si ya comí la mitad de la verdura entonces cuenta así que me merezco un chocolate, tú dijiste que sólo la mitad — decía molesta, podía imaginarla con el ceño fruncido — es fraude —

— bueno algunas veces podemos cambiar de opinión — dijo Mikha, que seguro estaba más que divertido

— además Michael se comió toda la verdura así que si el puede tú también — Abe miro a dónde estábamos nosotros

— pero si ustedes dijeron que solo la mitad y ya comi la mitad merezco ese chocolate, no pueden ir por la vida mintiéndole a los niños como si nada y pensar que está bien — Irania seguía dialogando, Mikha la miro entrecerrando los ojos

— tu madre te dijo eso ¿verdad? — mi pequeña negó con la cabeza — si que son idénticas — entramos

— no puedes negar que tiene razón — Roza la defendió, yo sonreí abrazando a mi hija - si ustedes dijeron la mitad y ya lo hizo entonces denle lo que prometieron - Abe levantó las manos y después entregó el chocolate, Roza y mi hija chocaron cinco - hay que luchar porque el mundo sea justo -

- a la próxima díganme que me coma todo el plato, me gusta el broccoli y las zanahorias así que no necesitaban sobornarme con el chocolate - meneo la cabeza sabiendo que había ganado. Su abuelo la miro sonriendo

- definitivamente eres una Mazur, te heredare el negocio cuando me retire -

- cuidado viejo que no quiero una hija mafiosa - entraron guardianes a la sala

- capitanes han encontrado el lugar donde se oculta el traidor - hablaban de Frank - la reina a ordenado que sus equipos vayan -

- espera, el equipo de Dimitri y de Mikhail nada más - hablo molesta

- perdón princesa son las ordenes -

- Rose perdón tenemos que irnos - la bese con amor ella asintió, sabía que a la reina le tocaba un buen drama

- cuidense mucho -

Salimos listos para acabar con esos bastardos - Frank es mio - avise, los demás asistieron.