Capitulo 29: Los ganadores.

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Capítulo29: Los ganadores.


No había sido buena idea el salir el sábado. Al menos así pensaba Marina mientras abría los ojos ante el llamado de Hugo, quien ya estaba listo, con unos jeans y un jacket de cuero negro esperándola impaciente.

—Te falta mucho por alistarte, por favor mami, despierta.

Marina se quejó por sus adentros, estaba cansada.

—Y eso que querías alcohol. Tú eres muy niña aun, no sabes de la calle, y una salida así con el alcohol te deja desbaratada.

—Ay Hugo, ¿piensas que voy a estar hasta las tres de la mañana sin siquiera un sorbito de ron? Que mal estás. —Marina comentaba en voz baja, sentándose en la cama un rato. Miró a Hugo recoger unos zapatos que había usado ayer.

Él le había dicho que la amaba.

Y ella no había dicho nada.

Una hora después, los cinco llegaron al autódromo que estaba ubicado en la avenida las américas.

A esa hora, se inscribían los participantes en las distintas categorías. Los del team invitado ya estaban inscritos, por lo que no tenían mucho que hacer más que echarle un vistazo final al vehículo que participaría.

Marina no quería estar cerca de Pablo después de la noche pasada.

Pablo parecía también alejarse. No habían cruzado palabras.

—¿Si te la presto corres? —Un muchacho le preguntó a Pablo.

—No me inscribí. —Simplemente dijo.

—Sí, pero yo sí, hazte pasar por mí. Igual, no vas a ganar. —Retó el muchacho—. Solo pagué cinco mil. Vamos. Va a valer verte en apuros.

Pablo sonrió de lado.

—Pareces estar muy seguro.

—Sebastián trae a muchos perdedores a cada rato, para disque ver si la pega. Nunca lo hace. Su team va a la ruina. —El muchacho aseguro, juntando ambas manos.

—Soy Pablo, y perdedor no soy.

—Un gusto Pablo. Solo corre. —Le pasaba un casco. Pablo miró a los lados. Sebastián estaba entretenido con los mecánicos y el team, que revisaban el vehículo que participaría. Hugo y Marina estaban de espaldas hacia él.

—¿Cuánto será la multa que tendrás pagar?

—Nada, no ganarás. —Pablo tomó el casco de su mano—. Por cierto, soy Adrián.

—Un gusto, Adrián. —Pablo sonrió. Adrián le hizo una seña, de que lo siguiera. Se dirigió a uno de los baños, quitándose el traje protector para la velocidad. Se lo pasó a Pablo, quien lo observaba expectante—. Vamos marica, póntelo y dame tu ropa.

—Como digas. —Pablo decidió hacerle caso. Quería divertirse y tenía mucho tiempo sin correr. Además, iba a correr una moto increíble. La última vez que corrió una de esas fue hace años, podría decir. Le sudaban las manos y todavía no se había subido en ella.

Salieron del baño, ambos intercambiados de roles. Pablo decidió ponerse el casco para que no supieran que era él. Adrián pronto se perdió entre el público, y se fue del área de las vallas.

Nadie notaba la ausencia de Pablo. Hugo por otro lado, pensó en presentarle sus planes a Sebastián. En ese momento, iba lanzar ya su dardo.

—Mira, Sebastián, —Hugo lo llamó, él aludido dejó de hablar con quién correría de su team, un tal Carlos, y miró a Hugo—, que tal si corro, ¿Qué piensas?

El regreso de MarinaWhere stories live. Discover now