Capitulo 5: El secreto de Marina.

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Capítulo 5: El secreto de Marina.


—¿Qué es tan gracioso?

Pablo acababa de llegar con su novia Eloise a la playa donde estaban celebrando la victoria número dos que Pablo había tenido en todo el circuito. Todos estaban preparándose mentalmente para la final. Doscientos cincuenta de los grandes. Eso lo lanzaría a vivir solo e independiente. Él solo podía construir un imperio, invertir en algo. Con eso bastaba, con eso se podía ganar a Eloise.

Después de su gran hazaña, quedaba confirmado que Pablo era, sino el mejor, uno de los mejores corredores de la Provincia.

Eva se rio entre dientes ante la pregunta de Pablo.

—Estos tipos están pasados. —Se levantó frente a Reynaldo, también estaban Eduardo y Lalo. Ambos tenían cerveza en la mano—. A ver, que hay de mí, —se puso la mano en la cintura—. ¿Qué hay de mí?

Eloise frunció el ceño y se sentó en la arena al lado de Reynaldo. Pablo seguía de pie, mirando a Eva. Eran amigos, pero nadie hay iba a negar que Eva tenia lindo cuerpo, con muchas curvas.

—Que estas buena mami. —Lalo le comentó, disfrutando al vista.

—No, pero lo que dices de esa niña Ashley, ¿yo también? —respondió apoyando su peso de una sola pierna, y bajando la mano de su cintura.

Reynaldo se levantó y le puso la toalla en el cuerpo a Eva. —Basta, estos bastardos no merecen admirarte.

—Estamos en una playa. Tenemos licencia moral. —afirmó Eva, rodó los ojos, se quitó la toalla y se volvió a sentar, esta vez, al lado de Eloise.

La pareja aun no sabía que ocurría.

Reynaldo le pasó una cerveza a Pablo y este finalmente hizo a un lado a Rey, y se sentó al lado de Eloise. Estaban un poco apartados de todos, los celebrantes estaban dentro del mar.

Él era el héroe de aquella fiesta, había hecho que muchos de ellos ganaran un buen billete en las apuestas por haber ganado.

Aun así, estaban varios verdes y otros que no eran de nadie y estaban ajenos a estos clanes, porque solo eran parte del club de carreras.

—¿Dirán que pasa, o...? —Pablo tomó de la botella, esperando que uno de ellos hablara. El líquido fermentado le refrescó la garganta de inmediato.

—Lalo dice que puede determinar cuántas veces una mujer ha tenido sexo. —Eva dijo sonriendo, señaló a Lalo—. Tipo que si tienen el estómago plano, nunca se han acostado con alguien, o sea que son vírgenes, y si son triponas, pues, ya sabes.

—¿Qué diablos? ¿De eso hablaban? —Pablo volteó a ver Lalo—. ¿Qué te importa la vida sexual de las mujeres? —Negó con la cabeza sin creerlo, moviendo la botella en expresión.

—No solo eso, sino que funciona —dijo Reynaldo seguro, provocado por el tema de conversación.

—¡Tiene sentido!, —aseguró Lalo poniéndose serio—. Además, no es estómago, es tripa, y solo funciona en las flacas, no podría darme cuenta si tiene mucha panza de comer tanto la chica —Lalo agregó—. Por ejemplo, Eloise es...

Pablo le lanzó cerveza, mojándole las piernas. —No te atrevas, que la vida sexual de mi novia no es tu asunto, .puto.

Mojado, alzó las manos riendo, se levantó —Que malo coro haces. Perdón. —Buscó con la vista a los que estaban en el lugar—. Tomaré a otra persona de ejemplo, para que entiendas: Ashley, la del cabello castaño, a la derecha, —Señaló a un par de muchachas que hablaban, Pablo reconoció a Coco. Llevaba este bikini de pantalón corto. ¿Desde cuándo Coco había desarrollado curvas? miró a su amiga. Llevaba un bikini más diminuto. Ambas tenían un cuerpazo a su parecer. Su novia no lo tenía así, pero no le daba mucha importancia a eso—. Ella es tripona.

El regreso de MarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora