Capitulo 26: El gris se empezaba a desteñir.

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Naita. Este si es el mejor cap hasta ahora. 

Capítulo26: El gris se empezaba a desteñir.


Hugo detuvo el auto en su apartamento. Marina estaba con los brazos cruzados, y el ceño fruncido.

—No deberías avergonzarte por esto, —Hugo habló, era la primera oración que cruzaba con ella—, una carta de hace seis años... yo no me avergüenzo de las fotos en la bañera cuanto tenía tres años que me tomaron mis padres. Y cualquier persona que intente humillarme con eso es un tonto. Así que, en este caso, Portorreal le debería dar vergüenza caer tan bajo, pero yo te juro que...

—No me jures nada. —Marina dijo entre dientes—. No quiero que hagas nada.

—¿No quieres que haga nada? No me importa, me va a escuchar, va a madurar de una vez por todas. ¿Qué es lo que está buscando con todo esto?

Marina estuvo en silencio. Hugo no entendía la razón completa por la que Marina estaba molesta.

Él abrió la puerta del carro y salió, Marina también salió, y le siguió a él hasta las escaleras.

—No vas a hacer nada. Es mi asunto.

—Sí, es tu asunto, descuida, Portorreal necesita que le pateen el culo, y eso no tiene nada que ver contigo.

—Hugo ya te dije que no.

Hugo se volteó, iba a abrir la puerta ya. Marina estaba frente a él. —Y ya te respondí.

—¿Qué vas a ganar con golpes? Una semana en la cárcel preventiva, eso.

—No me va a denunciar el marica. —Aseguró, dándose la vuelta y abriendo la puerta.

—Te juro que si le pones un dedo encima, yo misma pondré la denuncia. No puedes ir por la vida ofreciendo golpes. A Pablo no hay que darle atención. —Se cruzó de brazos.

—Marina —mencionó su nombre mientras entraba y dejaba sus llaves a un lado.

—Tú mismo lo dijiste, tan solo le debería dar vergüenza intentar humillarme con algo que paso hace años. —Marina continuó—. No le haré caso a esto. ¿Bien?

—No le harás caso. —repitió—. Te dañó la noche y dices eso.

—Estoy contigo, no está arruinada del todo. —Susurró—. Solo no peleemos... —Se alzó de hombros delicadamente— no peleemos por hoy Hugo, y menos por él.

—Ese es tu problema Marina. Le gente te hace daño y dices que no harás caso. Es una actitud pésima, ¿no sabes que todo el mundo vive haciendo daño a los demás por todas partes? ¿Siempre vas a huir?

—Tú no entiendes nada, y no deberías opinar en eso, porque no me conoces de nada. —Marina le aseguró, cerrando la puerta y aun de pie. Le hablaba con calma.

—¿Qué es lo que no conozco? Que te gustaba antes, y le escribiste una carta de amor, te fuiste Marina a la casa de tu tía y el depravado, volviste y ahora usa esa carta contra ti, ¿por qué te fuiste en primer lugar?, ¿por qué ibas a dejar tu casa y a tus padres súbitamente?

—No son tus asuntos, Hugo. —Marina no quería recabar en su pasado con Hugo. Él tenía que querer a la Marina del presente y olvidarse de la del pasado. No conocía su pasado y no tenía por qué conocerlo.

—Dime, ¡anda!, ¿te fuiste por Portorreal, no es así?

—Me fui porque ya no quería estar aquí. —Marina no dejó que el tono de voz de él, inmutara el suyo.

El regreso de MarinaWhere stories live. Discover now