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Unas fuertes manos hicieron presión sobre sus hombros, parecía que el, o la, dueña de aquellas manos tenia como único objetivo romper sus débiles hombros.

Soltó un quejido de dolor y levanto la mirada para ver a uno de los guardias del castillo tomando sus hombros para levantarlo.

Fue levantado violentamente por los hombros y arrastrado por las escaleras hasta la cocina central del castillo(sí, hay más). Aventaron su cuerpo cual basura al frío suelo, escuchó la orden que le dio uno de los guardias y después el estruendo de la puerta al cerrarse con fuerza retumbo en su cabeza.

Se levanto con una mueca de dolor plasmada en el rostro, mientras los mechones azabaches tapaban su vista, los quito con un movimiento de la mano y se dirigió a los almacenes de comida.

– Pongan al que peor cocina, total, luego al que le rajaran la espalda es a mi– Murmuro con un puchero triste formado en los labios.

Una potente carcajada provoco que se sobresaltase, se giró rápidamente en dirección donde provenían las carcajadas y dio un respingo cuando sus ojos chocaron con unos ojos verdes.

– Te gusta hablar solo?– Pregunto el príncipe Perseus con sorna.

– Sí...– Contesto Nico cruzándose de brazos.

– Lo noté – Luego de que aquellas palabras, ambos jóvenes se sumieron en un cómodo silencio.

Nico escaneo al joven frente a él, al igual que Percy.

Ambos tenían que admitir que el joven que tenían frente a ellos era guapo. Pero ninguno sabía como era el corazón y los pensamientos del otro, por los su decidieron conocer antes de juzgar.

Perseus se encontraba sentado en el marco de una ventana, la única que había en aquella cocina, era uno de sus lugares favoritos en ese enorme lugar que apenas podía llamar hogar.  En cuento a Nico, decidió tratar de ignorar la presencia del joven príncipe(notablemente mayor que él) y buscar algo para alimentar las enormes bocas de los reyes y príncipes.

Pero los planes del segundo se vieron interrumpidos cuando el mayor emitió na orden.

– Ven aquí – Dijo palmeando el "lugar" a su lado.

Nico negó con la cabeza.

– Tengo que...

Percy lo interrumpió.

– Le estas negando una orden a un príncipe?– Comentó en tono burlón.

Nico respiro, cerrando suavemente los ojos y tratando de calmarse.

Caminó hasta la ventana y se sentó frente al príncipe.

Los orbes marrones y los verdes se clavaron en el infinito cielo estrellado.

Para Nico, aquel era un enorme e interminable lienzo lleno de puntitos titilantes.

Para Percy, aquel era el infinito paraíso donde dormían sus seres queridos.

La brisa fresca los golpeo al mismo tiempo y revolvió sus cabellos.

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Por alguna razón, guiado por una vocecita en su cabeza, el príncipes Perseus Jackson, se encontraba ayudando a un esclavo a cocinar.

Qué cocinaban? Percy no tenia idea, su esclavo había mencionado algo en un idioma que él desconocida y ahora se encontraban  entre mezclas y harina.

– bueno ahora tenemos que agregar el... Percy espera!–le advierte Nico, pero ya era  demasiado tarde, la mezcla estalló, llenándolos de polvo.

–Ooops–dijo el príncipe mientras las cuerdas vocales de Nico emitían un sonido que llevaba tiempo sin emitir.

Una carcajada.

Y Percy pensó que ver a su esclavo reír, era hermoso.






Qué les pareció?

Esclavos Where stories live. Discover now