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Volví, espero que disfruten del cap.

Narradora.

El pequeño cuerpo de Leo callo al piso, gracias a dos guardias, quienes agarraron bruscamente(sin importarles los daños) las muñecas del menor y las ataron con cadenas.

Leo no tenia idea de lo que sucedía , hasta donde sabia, no había echo nada para merecer la ira de la reina. Él solo había cocinado lo que le ordenaron, con paciencia y tratando de no quemar la comida. Robando ,de vez en cuando, pequeños trozos de comida y dándoselos a los que él consideraba sus hermanos, además de llevarse algunos a su boca.

Él recordaba perfectamente haber vigilado que los guardias no estuviesen observando cuando él robaba los pequeños y ansiados trozos de comida.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos, tratando de recordar si había echo algo para merecer la furia de la reina, que no se dio cuenta cuando Hera, con sus joyas y majestuoso vestido, cruzo la puerta de la pequeña celda, con los ojos llameantes de ira y miro a su pequeño esclavo con malicia y profundo odio.

-así que crees que puedes envenenar me, no es así, mocoso insolente?-Dijo Hera mirándolo. Leo no entendía de que hablaba la reina. Es decir, por supuesto que había soñado con envenenarla, era uno de sus sueños favoritos, pero nunca había envenenado la comida de la reina, ni siquiera podía hacerlo! No tenia los recursos necesarios!.

Pero allí estaba la reina, mirándolo con odio y acusando al joven esclavo de tratar de asesinarla(algo que se tenia muy merecido).

El moreno la miro negando con la cabeza.

-no, su majestad, yo nunca...-las palabras del menor fueron cortadas por un puño dirigido a los labios del joven encadenado.

-cierra la boca, una basura como tu no debería osar dirigirle la palabra a una persona tan bella e importante como yo.

Leo se lleno de rabia y miedo, miedo por lo que la reina planeaba hacerle.

La mujer le hizo unos gestos a sus guardias, unos gestos que Leo conocía bastante bien. Se encogió, con la leve esperanza de dar pena o pasar desapercibido.

Pero no logro nada.

Unos de los guardias tomo su ensortijado cabello con la mano y tiro de el para lograr que la cabeza del adolescente se echase hacia atrás. Lo siguiente que sintió Leo fue un objeto puntiagudo atravesar una parte de su oreja izquierda, creando un pequeño agujero, para luego colocar el arito, sin importarle las pequeñas gotas de sangre que de allí brotaban.

Luego, Leo sintió como su espalda era golpeada con un látigo.

1...2...3...4...5...6...7...

Leo perdió la cuenta de las veces que el látigo impacto contra su pequeño cuerpo. Solo supo que el dolor seso cuando todo se volvió negro.

Cuando abrió los ojos, se encontró con un par de orbes azul eléctrico que lo miraban con lastima y preocupación.

Sintió frío en el torso y se dio cuenta de que estaba sin camiseta. Busco la prenda con la mirada y la encontró a unos centímetros, rasgada y ensangrentada.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal al darse cuenta de que esa era su sangre.

Jason curaba las heridas de Leo, no entendía como su madrastra podía hacer algo como eso.

Acaricio la mejilla de Leo, el cual se había vuelto a desmayar por culpa de la perdida de sangre.

Cuando termino de curarlo lo tomo entre sus brazos y lo cargo hasta su habitación.




Espero que les este gustando.

Soy la única que desea matar a la reina?

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