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Dedicado a:

BlackGamer59 💅😹

Happybookslover 🙋😝

Anetanaya 🙆🙌

Chicaaventurera 😎💁

fran_lectora 👼🙈

Nico apretó los labios en una fina linea recta, asintió tratando de no parecer desesperado.

Después de todo, lo único que quieres cuando alguien a quien amas te traiciona, es saber el por qué.

Pero el pequeño de cabellos azabaches no tuvo tiempo siquiera de escuchar las escusas del rubio cuando fue jalado fuertemente del cabello por uno de los guardias, para seguido ser arrastrado hasta la puerta. Perdiendo de vista a la persona que, en algún momento, fue poseedor de su confianza.

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Tal Percy no debería estar allí, sí, seguramente NO debería estar allí.

Pero su curiosidad le ganó en aquella inútil pelea de su cabeza. Quiero decir, su lado racional ya debería saber que su curiosidad era siempre quien lo vencía, no?.

Se preguntaran, qué era lo que le daba curiosidad?, simple: había una cocina... En un barco!! Eso era impensable! Nunca lo había visto. Además... Tenia hambre.

Ah! Pero esa no era la única escusa: Desde que uno de sus esclavos había "envenenado" la comida de su madre, Nico, el pequeño con apariencia de ángel que tenia como esclavo, había pasado a encargarse de la comida y...

Lo quería volver a ver.

No sabia lo que era, pero quería tener al pequeño junto a él todo el maldito tiempo.

Estaba por alcanzar un pequeño pote que prometía contener dulces, cuando la puerta le avisó, mediante chirridos, que alguien estaba ingresando a la habitación.

Se quedó inmóvil, tratando de hacer el menor ruido posible.

El golpe de un cuerpo contra el suelo lo hizo girarse, para encontrarse con la puerta siendo cerrada y al pequeño que estaba esperando ver tendido en el suelo.

Percy sonrió, reprimiendo la sensación de furia por quien sea que haya tirado al menor de tal manera al suelo, y lo levantó del suelo.

– Percy? Qué haces aquí?– Preguntó el menor mirándolo expectante con sus grandes ojos marrones.

– Quería verte– Susurró Perseus sonrojándose y dándose golpes mentales.

Nico sonrió burlón y, aprovechándose que él y el príncipe habían entrado en una extraña amistad, soltó:

– Estúpido príncipe goloso, sigueme– Dijo dirigiéndose a la heladera.

Probablemente, Percy hubiese mandado a fusilar a cualquier esclavo que osase a insultarlo.

Pero ese pequeño ángel de fría mirada que soltaba maldiciones muy seguido, le gustaba.

Le gustaba mucho.

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Las anclas fueron lanzadas y clavadas al suelo.

Los tripulantes bajaron y pisaron suelo romano.

Oh, pobres ingenuos, ingenuos de los cuales algunos esperaban algunos problemas, otros que no esperaban ninguno.

Oh, pobres ingenuos, que no tenían idea de que los problemas que los atacarían pronto serian los que finalmente...

Los destruiría.



La segunda parte de este capitulo será publicada en cuanto pueda.

Les gustó?

Aclaración: GUSTAR, no es lo mismo que ENAMORADO.

Las dedicaciones del siguiente cap son para los mismos usuarios que en este.

Besos!




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