11- Descontrol

2.6K 482 150
                                    

No podía creer que después de tantos problemas estuviésemos juntos de nuevo. Los recuerdos y las ganas de pasarlo bien rebotaban en mi mente de un lado a otro, haciéndome imposible el no sonreír pese a que Hoseok y Tae se estuviesen dando la mano por debajo de la mesa.

Hablamos de todo ese día, desde mi obsesión por terminar mi canción hasta la manera en la que coincidimos Tae y yo en ese mismo lugar unos días atrás. Obviamente, el "no enterado" quiso saber la manera en la que me topé con una persona como Jin, y tuvimos que contarles la historia, de nuevo. ¿Cuántas veces iban ya, dos? ¿Tres? Tampoco me importó mucho cuando vi su radiante sonrisa salir a la luz cuando alguna anécdota divertida salía de entre nuestros recuerdos.

De alguna manera acordamos en el momento el no comentar nada sobre nuestros encuentros por la tarde, cuando mis clases finalizaban. Ambos sabíamos que era una mala idea decir que nos encontrábamos a solas casi todos los días para practicar, lo vieses como lo vieses alguno de los tres lo iba a malinterpretar pese a que ellos mismos nos viesen cantar y componer juntos.

Se acercaba la hora de la cena y por suerte cerca de la casa de mi nuevo amigo había un restaurante de comida rápida, al cual echamos a suertes quienes íbamos.

No lo pude creer cuando ganamos Hoseok y yo. Antes de pensar en que podríamos pasar tiempo a solas, me preocupé exageradamente por Jin. No había comentado nada sobre su problema a la hora de salir a la calle, tuvimos que inventarnos una excusa incluso para que accedieran a ir a su casa para el encuentro, y este parecía estar socializando de maravilla con Nam.

Por suerte, Tae estaba en su grupo. Todo lo que pude ver cuando se encaminaron hacia el lugar fue a una lapa de metro ochenta pegada al novio de mi mejor amigo, y a Nam sobresaliendo entre ellos, aparentemente ignorando la situación. Solo deseaba que no le pasase nada malo a nuestro anfitrión.

Oh, dios mío, estaba a solas con Hoseok de nuevo. Toda mi felicidad de la fiesta se estaba mezclando con aquel momento tan especial para mí. Sabía que no iba a durar tanto como quisiera, calculé que tardarían una media hora, entre los pasos miedosos de Jin y que tendrían que ir caminando se les haría un viaje algo largo. Si fuese yo solo probablemente hubiese tardado la mitad, o menos. Camino demasiado rápido, más de lo que me gustaría, pero la manía estaba ahí y no se iría de un día para otro.

Los primeros minutos que estuvimos a solas en el salón estuvimos poniéndonos al día con todo lo que habíamos hecho en el tiempo que estuvimos separados. Para mi desgracia la palabra que mas escuché fue "Taehyung" pero me lo temía, si seguían juntos, por narices tendrían que haber pasado por muchos momentos juntos, aunque quizá habían hecho demasiadas cosas para mi gusto.

-Y bueno, ya que estamos hablando de amores... -Cómo sabía que me haría la pregunta que vino a continuación. Parecía un detective o algo porque mi poder de deducción en aquel instante fue monstruoso. -¿No te gusta ni un poquito Seokjin?

-¿Todos los chicos que conozco me tienen que gustar? -Me faltó el "pesado", pero tampoco quería pasarme de borde.

-No, pero os lanzábais unas miraditas muy interesantes -Nuestra única vía de comunicación malinterpretada. Estábamos hablando. Ha-blan-do. Quizá no era la manera más común de transmitir un mensaje pero nosotros lo hacíamos así.

-Esas miradas no eran de amor. A ver cuándo aprendes, Hoseok. -Bocazas, que era un bocazas. Estaba encaminando la conversación a un punto que no me gustaba, pero que a la vez me impartía curiosidad por doquier.

-Nunca me has hablando de quién te ha gustado, ¡está claro que no he podido verte hacer eso! -Al diablo, no aguantaba más

-¿Ah, no? -Yoongi, por lo que más quieras, deja que tu razón vuelva a ti. -Pues qué raro, nunca he dejado de mirarte así. -Maravilloso, acababas de fastidiarlo todo.

Parecía que le costaba entender lo que acababa de pasar. Por una parte su cabeza sabía lo que había querido decir pero no lo procesó a la primera. Cuando al fin se dio cuenta de lo que le quise decir, sus ojos se abrieron para mirarme sorprendido, no daba crédito.

-Mira, Hoseok, sé que tienes novio y todo eso, pero...

-¿¡Por qué no me lo has dicho antes, pedazo de cabezota!? -Maravilloso, ahora estaba enfadado. -¿¡Desde cuándo estás así!?

-Desde... ¿antes de que empezases con Tae?

Vi perfectamente el momento en el que su cuerpo se congeló, aunque no le duró mucho el shock ya que antes de cerrar los ojos asustado vi cómo una mano se alzaba a mi lado. Sabía que cuando se enfadaba era imparable, pero tampoco era razón para pegarme, ¿o sí?

No, todo lo contrario.

Sentí sus brazos rodeando mis hombros y su cabeza hundirse en mi hombro. Me apretaba con fuerza, con mucha fuerza, incluso más que la que había usado en nuestro preciado reencuentro. ¿Pero este chico no estaba enfadado? No entiendo a las personas, son demasiado complejas.

-Podría haber evitado muchas cosas innecesarias que no te hubiesen herido... -No me llores, Hoseok, aquel día era para pasarlo bien y no para montarse un drama. Sabía que eras empático, lo sabía de sobra, pero tampoco era para llorar. Sí, lo había pasado mal, pero esas cosas pasaban.

-Ey, no pasa nada, ya lo he aceptado. -Además de cabezota, era mentiroso. -Me alegro mucho de que seas feliz con Tae. -Al menos eso era verdad. Si bien me gustaría que el título de "el novio de Hoseok" fuese mío, no podía negar que verle feliz era todo lo que necesitaba.

Le di unas palmaditas en la espalda y se separó. Por suerte no había llorado nada pero no negaría que había estado a punto de hacerlo. No me podía explicar cómo era posible que me gustasen todas las expresiones de alguien, siempre las veía hermosas independientemente de que lo fuesen o no.

-Yoongi, eres el mejor amigo que voy a tener en mi vida. -Lo sabía, era el mejor. En realidad quería darme aires de superioridad en mi mente antes de aceptar lo obvio, aceptar que siempre me vería como eso, como un amigo.

-Lo mismo digo, Hoseok. Me alegro de haberte conocido.

Nos pasamos el resto del tiempo viendo la televisión en el sofá. Yo estaba sentado de frente con las piernas cruzadas mientras que el chico que me gustaba estaba atrapando mi brazo por completo. Le faltaba el pelo gris para que le pudiese categorizar como un koala.

Era el chico con más suerte del mundo, al menos por la situación en la que me encontraba. Por un momento pensé en que quizá Taehyung sospecharía algo, pero era imposible. Él sabía que yo no haría nada, que no intentaría nada pese a que en ese momento pudiese girarle la cabeza a Hoseok para besarle como nunca le han besado en su vida, pero no, no lo haría.

Confesarle mis sentimientos era una cosa, intentar algo con él era otra.

Aquella noche iba a ser divertida para todos menos para mí, y lo sabía, pero no podía hacer nada. Mi decisión fue tomada y realizada, y las consecuencias las debía acatar igual de bien.

En ese momento necesitaba un abrazo de alguien que me pudiese consolar.

Entonces, sonó la puerta de fuera.

Seokjin, prepárate para volver a prestarme un abrazo en cuanto no pueda más.

«Tan malo como parece» - YoonjinWhere stories live. Discover now