Capitulo 1

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Portada por: @Marfeopy_






Con la mano izquierda levantó un poco su máscara negra para pasar el dorso de la mano derecha por su cara para limpiar el sudor que escurría por ella a pesar del intenso frío que helaba los huesos.

-Estúpida mascara... -pensó fastidiado regresándola a su lugar mientras entraba silenciosamente a la casa después de haber anulado los hechizos de protección.

Miró a los tres mortífagos que lo acompañaban hacerle señas de que en las otras habitaciones no había nadie, por lo que con paso firme y silencioso se dirigió a lo que al parecer era la sala y corazón de la casa alcanzando a percibir voces provenientes de ahí.

Varita en alto se asomó discretamente viendo la espalda del Ministro Kingsley Shacklebolt, quien leía el diario mientras su esposa, sentada enfrente en el otro sofá, tejía una bufanda mientras hablaba tranquilamente con su marido.

-Edna sigue angustiada porque el pequeño John pronto recibirá su carta de ingreso a Hogwarts, no deja de insistirle a su marido que mejor lo envíen a Durmstrang a pesar de que ya pasó casi un año del ataque al colegio y de que se ha reforzado la seguridad, no está convencida aun.

-No podemos culparla, la situación es muy difícil –respondió el ministro de magia dándole vuelta a la pagina- el colegio cerró sus puertas unos meses y aunque ya está en funcionamiento muchos no regresaron a pesar de que McGonagall ha hecho un trabajo estupendo como directora, aun hay mucho por hacer, Lucy ¿podrías traerme mi poción para la acidez por favor? No recuerdo donde la dejé... ¿Lucy? –añadió al no oír respuesta de su esposa, por lo que abriendo la boca para volver a hablar bajó el diario para encontrarse con la imagen de la mujer viendo con ojos muy abiertos la silueta negra que estaba de pie en el umbral de la puerta justo atrás de él.

Kingsley se levantó de inmediato botando el periódico y sacando su varita siendo esta arrebatada de su mano por un rápido Expelliarmus yendo a dar a varios metros de distancia.

-¡Kingsley! –chilló la mujer aterrorizada estrujando su tejido parada atrás de su marido.

-Tranquila Lucy... -exclamó Kingsley sin dejar de mirar ni un momento al mortífago que silencioso les apuntaba con la varita- ¿Qué quieres? –Preguntó al enmascarado sin recibir respuesta- si traes un mensaje para mí, solo dilo y vete.

-Kingsley... -susurró su esposa poniéndole una mano en el brazo al ver que el hombre de negro permanecía en silencio.

El corazón del ministro bombeaba con fuerza sabiendo que al estar completamente desarmado no tenía ninguna posibilidad más que dialogar, pero el hombre de negro no tenía ninguna intención de perder más tiempo, así que apunto al pecho del ministro susurrando.

-Avada Kedavra.

La mujer gritó aterrorizada al ver a su marido caer al piso con una expresión de sorpresa en el rostro.

-¡No, no! –balbuceó al ver al mortífago apuntarle ahora a ella recibiendo la misma muda respuesta.

Instantes después, dejando la casa con dos cadáveres en su interior más algunos elfos muertos regados por ahí, cuatro mortífagos desaparecían en la oscuridad de la noche no sin antes señalar la casa con una enorme y luminosa marca tenebrosa centelleando en el cielo.

EL CASTILLO DE LA SOLEDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora