Muchas preguntas se me ocurrieron, pero para calmar mi ansiedad por respuestas, la única que serviría sería Lauren.

Aunque...

Mi mente clickeó y el foco de luz pareció encenderse dentro de mi cerebro. Encendí la lampara de la mesita de noche y corrí a apagar la luz principal de la habitación. Para cuando regresé a la cama ya no me dieron ganas de ponerme unos shorts o una camiseta de dormir, podía dormir en ropa interior y ya. Abrí el primer cajón de la mesita y saqué la MacBook blanca. Escribí la contraseña y aguardé impacientemente a que iniciara para abrir el navegador de internet. 

"Vamos, vamos..." Tamborileé mis dedos sobre el artefacto. El navegador se abrió y fui directo hacia el historial, debía estar por ahí en alguna parte. Busqué las primeras letras de la palabra y el resultado saltó de inmediato. No debía preocuparme por que alguien lo encontrase, nadie usaba esa laptop más que yo, todos en casa tenían una propia y no tenía sentido que alguien husmeara en la mía. "¡Aquí estás!" Exclamé en un susurro al dar con la página que Ally accidentalmente había abierto. Me aseguré de que el volumen estuviese bajo antes de hacer click sobre la miniatura en la que se podía distinguir a la pequeña castaña en lencería junto a la chica del cabello negro y aspecto rudo.

Me sorprendió la falta de contexto que había en el video, pues ni bien comenzaba, ellas ya entraban en la acción. Tragué saliva mientras veía a la más alta bajarse los bóxers, su miembro ahora orgullosamente erecto se tambaleó un poco antes de quedarse quieto. La punta lucía de un rosado fuerte, y cuando la mano de la castaña lo envolvió para bajar y subir, un líquido que supuse sería seminal, surgió de la punta. La descripción del video llamó mi atención y descubrí que sus nombres eran Kayla y Jesse. Me sentí sucia al aprenderme los nombres de dos actrices porno, pero todo el mundo ve pornografía, ¿o no? Probablemente hasta Lauren la vea y se... 

Hmm... 

Había muchas cosas en las que todavía no había pensado.

Mordí mi labio, las posibilidades de que Lauren se hubiese masturbado pensando en mí eran muy grandes considerando lo hormonal que cualquier adolescente puede ser, junto con los cortos encuentros pasados de tono o acalorados que habíamos compartido. No eran como el video, pero ahora sabía qué era ese bulto que chocaba con mi trasero cuando estaba encima de su regazo en el auto de Dinah. 

Kayla se encontraba con las manos en la pared, exponiendo su parte trasera para el deleite de la morena, que continuaba estimulándose a sí misma con su propia mano. La cámara enseñó la perfectamente depilada entrepierna de la castaña y me dio algo de pudor lo obsceno que podía ser todo, parecía no importarles nada. 

Jesse se acercó aún sosteniendo su extenso miembro, corrió las diminutas bragas a un lado y frotó la punta contra la entrada de Kayla. 

"Oh dios." Mi pulso se aceleró y sentí una fuerte punzada ahí mismo. No sabía si era algo de acto reflejo o qué, pero mi mano viajó hacia esa zona y la presioné al mismo tiempo que apreté mis piernas entre sí. 

Kayla jadeó y soltó una risita totalmente desvergonzada. A la chica ruda aparentemente no le agradó tal cosa, porque incluso sin condón, le introdujo los primeros centímetros, haciéndola gemir bastante alto. Una de las manos de Jesse se posó en la cintura desnuda de Kayla y pronto lo que quedaba de su longitud desapareció dentro del cuerpito de la castaña. Jesse sonrió victoriosa y mordió su labio inferior para comenzar con un lento vaivén de caderas, robándole pequeños suspiros a Kayla mientras con su otra mano tiraba de su cabello. 

Abrí mis ojos grande. ¿Lauren querría jalar mi cabello? No era como si yo supiese mucho de sexo, pero verdaderamente nunca había oído de jalar el cabello ni... "R-rayos, q-qué..." La morena chocó su palma contra una de las redondas y bronceadas nalgas, acelerando el paso de sus movimientos mientras que Kayla seguía recibiendo las embestidas con la boca entreabierta y los ojos aturdidos, como si estuviese muy lejos de esa escena, dejándose llevar puramente por las sensaciones. Tardé un minuto en darme cuenta de que mi expresión era exactamente la misma, que yo también estaba respirando pesadamente y mis dedos se presionaban cada vez más a mi sexo, cosa que se sentía bien. Las punzadas se tornaron constantes mientras oía las caderas de la pelinegra encontrarse con el trasero de Kayla, el ruido de las nalgadas era un adicional a todo, podía sentir que algo se aproximaba para ambas. 

Sweet Hell (Camren G!P)Where stories live. Discover now