Día 6 (continuación)

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Amores merecen el dolor de perderlos.
(Cassandra Clare)

* * *

[Día 6...aún]

POV ALEC

Magnus se notaba tan feliz que no pude decirle que no le creía...no exactamente.
-No. Pero puedes convencerme. Te quedan veinticuatro días.

Veinticuatro días. Un suspiro casi se me escapa. No sé si es mucho o poco, si es bueno o malo. Y una sonrisa aparece sin que pueda evitarlo. Esta vez su mano llega a la mía tan rápido que no tengo tiempo de quitarla.

-Si me dieras más podría hasta enamorarte -me dice, su voz sonando demasiado seria para mi gusto.

Me remuevo incómodo. Mi cara está seguramente muy roja, la siento arder. Tardo un momento en darme cuenta que mi mano sigue unida a la suya y esta vez la electricidad en mi piel se siente casi familiar... Y esto no está bien. Definitivamente no. Quito mi mano de un jalón y, sorprendentemente, logro hablar sin tartamudear: -No digas tonterías.

-Hablo muy en serio, Alexander -y su voz de verdad suena demasiado fuera de broma-. ¿No te enamorarías de mí?

Sí. Y ese es el problema. Creo que podría. -No lo creo, querido brujo -digo bromeando, esperando que cambie de tema.

-¿Por qué? -pregunta y en su voz se adivina una sonrisa. Pero después, por alguna razón, suena incluso molesto: -¿De verdad piensas casarte con...ella? Es una mujer...

-Sé que es una mujer. Soy ciego, no tonto. Y creo que, sin contar a mi hermana, es la mejor que conozco...

-¿La quieres? -pregunta de repente.

¿Que si la quiero? ¡Cómo podría no quererla! Ella me sacó del hoyo en el que estaba, le dio un nuevo sentido a mi vida, me dio una razón para salir de nuevo. Ella siempre dice que yo le regresé la sonrisa y no se da cuenta que ella hizo lo mismo conmigo. Es...mi mejor amiga, casi una segunda hermana. -¡Por supuesto que la quiero! Es, literalmente, mi esperanza.

POV MAGNUS

Creo que mi corazón se rompió con esas dos simples frases. Nunca pensé, nunca imaginé la posibilidad siquiera de que pudiera ser mi Alec pero enamorado de alguien más.

Cuando él dice "esperanza", la mesera justo voltea y le sonríe aunque él no pueda saberlo, o sí, porque él también voltea hacia ella y sonríe.

-¿Cómo haces eso? -pregunto intentando controlar mi voz y mis celos. Espera, ¿dije celos? Pff...no era esa la palabra que buscaba, era...

-¿Qué cosa? -pregunta, de nuevo su rostro hacia mí.

-Hace un momento, ella te sonrió y tú volteaste hacia ella e hiciste lo mismo... Muy romántico, por cierto -lo último me salió con voz ácida. Y no me importa.

Él ríe antes de contestar. ¿Por qué demonios se ríe? O sea amo su risa, pero ¿por qué está tan feliz hoy?
-¿Romántico? Te sorprendería cómo tus otros sentidos se agudizan al perder la vista...

-¿Cómo la persiste? -pregunto sin poder contenerme. Y al instante me arrepiento, cuando veo su expresión cambiar.

-No estamos aquí para hablar de mí.

-... -ya no sé qué decir.

-¿Me hablarás de Etta o no? -y aquí está de nuevo.  El Alec frío y serio del principio. Soy un tonto.

-Uumm... Claro. Hace ya bastante tiempo salí con ella, era una mundana, es decir, una humana. Ella era mortal... Yo...yo le ofrecí, en algún momento, buscar algún modo... No es que se lo ofrezca a todos, pero con ella lo habría intentado, un modo de hacerla inmortal.

-¿Y ella aceptó? -pregunta Alexander muy sorprendido, su voz sonando casi como la de un niño curioso-. ¿Está ella ahora contigo?

-No -me siento de nuevo como aquella noche. Como todas, ella venía, se quitaba los tacones, se dejaba puesto su elegante vestido de pedrería y bailábamos, murmurándonos tonterías al oído. <<-¿Te gustaría? -pregunté después de bailar mucho rato. -No -contestó, después de un gran silencio, su mejilla contra mi hombro-. Si pudiera elegir, me gustaría estar un poco más contigo. Pero no querría parar el reloj.>>

Cuando volví al presente, la voz de Alec sonaba preocupada: -¿Magnus? ¿Estás bien? No tienes que hablarlo hoy si no estás listo...

-No hay problema -pero mi voz suena un poco afectada-. Es la parte difícil de salir con mortales. Siempre, tarde o temprano, hay un final.

Él se queda en silencio un buen rato. -¿La querías mucho?

-Bastante -le contesto con sinceridad.

-¿Y sigues saliendo con mortales?

-Hace un siglo que no lo hago.

-Tal vez ya no deberías hacerlo.

-¿Estás diciendo que no saldrías conmigo? -pregunto con coquetería, logrando que se ruborice y empiece a tartamudear incoherencias. Siento que es una buena señal y estoy por agregar algo más cuando ella aparece.

-Alec -le dice, acercándose demasiado a él. Demasiado-. Ya voy a cerrar, pero si quieres puedo darles más tiempo. ¿Media hora te parece bien?

Yo sonrío y estoy por aceptar cuando él se para de golpe y se aferra al brazo de ella. -¡No!

Yo me sonprendo por su actitud y creo que ella igual por como lo ve.

-No -dice más tranquilo, pero sin soltarla-. Ya es tarde y seguro tú tienes cosas que hacer, yo tengo cosas que hacer, Magnus... Todos tenemos algo...que hacer.

Ella lo ve raro, pero luego le sonríe con ternura. Y creo que ya la odio.
-Nos vemos -me dice sin borrar su sonrisa. Y yo los veo desaparecer calle abajo, yendo del brazo, perdidos en alguna absurda conversación. Y, definitivamente, la odio. Ese, a su lado, debería ser yo.

* * *

Camino con lentitud al loft. No quiero, no estoy listo para el interrogatorio de Tessa y Catarina.

Pero hay cosas que son inevitables. Cuando llego, están sentadas muy juntas en el sofá, con un enorme tazón de palomitas, viendo una película.
-¿Cómo te fue? -pregunta Tessa, sin despegar la vista de la pantalla.

-Mal.

-¿Por qué? -pregunta, de la misma forma, Catarina.

-Se va a casar -digo, sentándome entre ellas.

-¿No es muy pronto? -dice Tessa sorprendida-. ¿Usaste magia para convencerlo?

-No conmigo -digo recargándome en Catarina, pero ella me quita, sacudiendo su hombro, mientras dice: -Tú eres un idiota. Seguro entendiste mal.

-No...

-A ver -dice Tessa muy seria y cuando volteo a quien tengo en frente es a Alexander, sus ojos azules fijos en los míos-. ¿Él te dijo "Magnus, me voy a casar con esta bella ojiazul para mantener el color en mis hijos"?

Yo la veo, con la boca abierta, sin decir nada, entre molesto y herido. Y ella sólo se ríe: -Lo sabía. Son sólo suposiciones tuyas.

-Las odio -digo cuando logro recuperar mi voz-. Sobre todo a ti, Tessa. Espero que se vayan ahora mismo.

-Yo no me iré. ¿Y tú? -pregunta Catarina.

-Tampoco -dice Tessa, luciendo de nuevo como ella.

Me rindo. Tomo un puñado de palomitas y me pierdo en su película.

CONTINUARÁ...

Yo amo a Tessa y Catarina 😂 creo que vivirán ahí ya.
¿Qué opinan que sufra Magnus o ya que sepa que no hay boda?

Tus ojos no me ven (malec)Where stories live. Discover now