INESPERADO ||HunHan•ChanBaek•KaiSoo||

26 (HunHan)

- Vuelve a repetirme la historia. ¿Cómo es que ustedes se conocen?

Era la quinta vez que le contaba la misma historia al estúpido chico. ¿Era de esperar? Lo había contratado justamente por eso. Pero nunca pensó que fuera así de estúpido.

- El chico es el novio del cara de ciervo. O por lo menos eso espero. - resumió la chica, mientras rogaba paciencia.

- ¿Cara de ciervo?

- Serás idiota más de lo normal. Olvídalo me voy. - avisó la chica mientras buscaba su bolso en el sofá.

- Si Minseok conocía a ese chico, entonces ¿por qué te dejó ir? - dijo pensando en voz alta. - Espera, ¿dijiste que soy estúpido? - agregó indignado.

- El chico es avaricioso. Eso es lo que lo convierte en un peón fácil de manipular. No puede aguantar la tentación. Simplemente, es inevitable negarse a tan tentadora propuesta. - narró con una sonrisa triunfante, mientras se ponía el bolso al hombro.

- Sí que eres mala. - expresó con voz ronca. - Me gusta. - añadió acercándose peligrosamente a la chica.

Seulgi jugaba sucio, pero tenía limites para sus planes de seducción. Y sin duda, aquél tipo no estaba en sus planes.

- Ni lo pienses. Me voy, el bastardo me espera en el auto.

- ¿Qué le inventaste para convencerlo de irse contigo?

- Le dije que lo llevaría con su padre. Así que practicamente no me lo he inventado. - chasqueó la lengua y desapareció por la puerta.

Había algo peculiar en el tono de su voz, quizás un poco de soberbia combinada con maldad, una mezcla perfecta y mortal a la vez. La chica no movía ni un dedo a menos que le conveniera, y eso fue lo que le sorprendió de su jefa, que ayudara a alguien sin recibir nada a cambio, o por lo menos eso le había platicado.

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El ambiente del auto, era tranquilo, y había un silencio muy acogedor.

Hun había estado emocionado desde que escuchó de la chica que repentinamente irrumpió su entonces casa, que lo llevaría con su padre. Poco después, por el gran trayecto hasta su destino, se cansó y sus ojos comenzaron a caer. No es que las baladas que sonaban en la radio ayudaran mucho. Faltaban pocos días para navidad, y era época de que todo el mundo escuchara ese estilo de música.

Por un momento el niño agradeció encontrar a su padre antes de noche buena. El pequeño había soñado siempre tener una cena familiar, mientras habría regalos. Y por un momento... Pensó que, escapar de casa había sido la mejor decisión que habría tomado en sus cinco años de edad.

- ¡Hey! Llegamos. - avisó Seulgi, sacudiendo un poco al niño para que despertara.

El niño había caído en total estado de somnolencia. La chica no había podido despertarlo, así que decidió ir a por Sehun y darle la gran noticia.

Seulgi arregló un poco su maquillaje antes de entrar al apartamento. Sin duda estaba lista. La cara de su esposo de seguro le haría mucha gracia.

- Oh, Sehunnie... - llamó en busca del mencionado.

¿Acaso era el maldito día de que nadie le prestara a atención? Había repetido la maldita frase más de diez veces y Sehun ni se había molestado en contestar.