Capítulo 18: Stay close to me

2.7K 277 73
                                    




Capítulo 18: Stay close to me

Lilly utilizó el mismo vestido azul, pero el propósito por el cual lo vestía era totalmente diferente. En esta ocasión tenía a Yuri frente a ella en prendas que nunca antes lo había visto utilizar, usaba un smoking negro, una camisa blanca y una corbata azul marino, exactamente del mismo tono de su vestido. Le fue inevitable llevarse la mano a la boca intentando ocultar su sorpresa, y una sonrisa se escapó por sus maquillados labios al darse cuenta cuán acelerado se encontraba su corazón. El patinador ruso se veía extremadamente guapo, era imposible no notarlo y sonrojarse con sólo observarlo.

El rubio le sonrió cuando llegó a estar parada frente a él y tendió una mano hacia ella, y lo primero que hizo fue entrelazar sus dedos. A Lilly se le erizó la piel e instantáneamente reaccionó a abrazarlo y acobijarse en su pecho, intentando obtener un poco del calor corporal que el chiquillo emanaba. Su cabello tenía una deliciosa esencia a manzana, además de que lograba sentir el aroma de su perfume que seguramente se había aplicado hace poco. Una punzada en el pecho le quitó por breves segundos la sonrisa y la calma, pero se obligó a dejar aquellos pensamientos de lado y disfrutar a su lado tanto como podía.

Ya que cada día estaba más helado, se vio obligada a utilizar un abrigo bordo sobre el vestido y protegerse del frío, no podía arriesgarse a enfermarse a esas alturas otra vez, mucho menos considerando que cuando llegase a Japón debería rendir todos los exámenes pendientes. Por suerte había podido mantenerse a un lado de su compañero en el trayecto en taxi, que Yuri había pedido especialmente para aquel día, y no había soltado por nada en el mundo su mano. Afortunadamente él no había protestado en ningún momento ante aquella faceta de ella, amorosa y apegada, por más que sabía muy claramente que él no era del tipo que le gustaba mantener mucho contacto físico.

"¿sabes que te vas a aburrir terriblemente?" consultó Lilly subiendo el rostro quedando a una corta distancia de su rostro, sonrió con diversión, ya casi podía visualizar su rostro haciendo muecas. Yuri alzó una ceja en escepticismo y negó reiteradas veces contradiciéndola.

"Si sigues haciendo esa pregunta, te juro que entrarás sola al auditorio." Amenazó en tono jovial, aunque ella sabía que Yuri sería capaz de hacerlo. Tenía claro que era probable que terminara quedándose dormido en mitad de alguna pieza musical.

"Para de ser tan malvado conmigo." Se quejó comenzando a tomar un poco de distancia dentro de la cabina del taxi, incluso soltó su mano intentando lucir ofendida. El rubio soltó una carcajada ante el rostro de la jovencita, quien inflaba una mejilla y se dedicaba a observar por la ventana el paisaje.

"O...ahora te alejas." Replicó astutamente mirándola de soslayo, aunque su rostro lo decía todo para la jovencita que volteó sorprendida de escucharlo decir eso. Disfrutaba torturarla de aquella manera, y parecía que tenía más arsenal para disparar, porque cuando giró la cara nuevamente sonrió de aquella manera triunfadora. "porque cuando te fui a ver al medio día, y te quedaste dormida, no querías soltarme."

"¡Ese fuiste tu, idiota!" contradijo rápidamente dándole un golpe en el brazo, sus mejillas habían tomado un tono carmesí en un instante y su corazón acelerado su pulso. Sin embargo, ambos al cruzar miradas se largaron a reír inevitablemente. Vaya qué situación más incómoda, pero agradable, habían vivido ambos después de despertar a eso de las 2 de la tarde, porque se habían quedado dormidos en la cama de la chiquilla, cuando ésta le pidió que se quedasen un rato más a descansar.

Fue extraño acercarse a la entrada del teatro y que varias miradas se desviasen a ellos, Lilly no sabía si se trataba de que el jovencito era reconocido en Rusia, o porque eran los más jóvenes del público en aquel lugar. De todos modos, la chiquilla estaba acostumbrada a recibir ese tipo de miradas, como si no perteneciese a aquel sitio y no tuviese tema de qué hablar con esas personas. Es así como apenas encontraron sus asientos, con Yuri observándola extrañado por lo incómoda que se sintió en la puerta del recinto, la castaña comenzó a quejarse de cuánto detestaba a aquellas personas. Siempre había un grupo de al menos 10 aristócratas que miraban en menos a todos, y ella que sabía de qué trataban ese tipo de conversaciones, se alejaba tanto como podía.

Don't you dare  (Yuri Plisetsky)Where stories live. Discover now