❀ Introducción

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Ambos se miraban con ternura, ninguno quería salir de la burbuja en la que se encontraban. Ninguno de los dos quería separarse, no después de tan maravillosa noticia.

Mientras tanto, desde el umbral de la puerta alguien se encontraba observándolos, analizando el momento y sintiéndose engañado, usado y por sobre todo, triste. Sus manos se mantenían sujetando el arma, ya recargado, que su padre mantenía escondido debajo de su cama. Muchas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos y lo único que quería hacer era entrar y destruir aquella felicidad que se le fue arrebatada.

Silenció con su diestra un sonoro sollozo, que iba soltar, al ver como ellos se besaban y sonreían, y pensó en las caricias que alguna vez se le fueron dadas a él y las comparó con las que ahora recibía su mellizo, llegando a la conclusión de que no había punto de comparación. Esas caricias que ahora eran proporcionadas a su hermano eran falsas.

— ¡Esas caricias me pertenecen! — Gritó, irrumpiendo a la vez en el dormitorio de su mellizo y levantando el arma, apuntó a aquel chico que muchas veces le había jurado amor eterno. Apuntó directamente a su frente.

Su hermano, por otro lado, solo trataba de tranquilizarlo, diciendo que todo era un malentendido, pero él sabía y había escuchado sobre la existencia de aquel bastardo, incluso lo podía ver, pues el vientre de su mellizo se encontraba demasiado hinchado.

— ¡No soy tonto! ¡Los escuché y sé que me engañaron! ¡Ambos son unos malditos y les juro que lo pagarán!

Sus lágrimas ya no se retuvieron por más tiempo y ahora las soltaba sin miedo de verse patético ante alguien.

— Tranquilízate, lo arreglaremos juntos.— Habló su ahora ex novio, pero él hizo caso omiso de sus súplicas y sin pensarlo siquiera, disparó directamente a la cabeza.

Su mellizo soltó un gran grito al ver cómo el ahora cadáver caía al piso y sin pensarlo mucho, se arrodilló junto al cuerpo inerte para llorar.

El asesino solo lloraba y reía al mismo tiempo, tal y como aquellos orates que estaban en un centro psiquiátrico, con la diferencia que él no estaba encerrado, él seguía libre y ahora cometería un acto tan impuro que no tenía perdón ante los ojos de sus padres y de Dios.

Volvió a levantar el arma y apuntando a aquel pequeño con el que había compartido vientre por nueve meses, cumpleaños, prendas, juguetes, gustos, sueños y en estos momentos, al mismo hombre, disparó. Le disparó a su propio hermano... a su mellizo.

Si tú no eras mío, no eras de nadie.— Susurró, dedicando aquellas palabras al que fue su novio.

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Nueva historia.

Sé que muchas dirán que no he actualizado mis otros fic's y ahora publico otro, pero es que esta idea no podía esperar más.

Aún no sé cuándo publicaré el primer capítulo, puesto que tengo muchas cosas en mente, pero prometo hacerlo lo más pronto posible.

Lxs amo.

Nota actual:

¡Aquí estoy!

Muchas estaban pidiendo que ya sacara de la cueva a este bebé y así lo hice. Voy a ir editando cada que pueda y como siempre digo: espero que les guste esta nueva historia, para algunas, y antigua, para otras.

Hermanos ❀ HopeV - HopeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora