Con Clarissa corrimos por no se cuanto tiempo, parábamos cada ciertos minutos para recuperar el aliento y luego volvíamos a correr para alejarnos lo más posible del lugar. A estas horas ya nos deberían de estar buscando.

Un día antes de escapar, me encargue de engatusar a un guardia y robe su reloj, solo necesitabamos estás al tanto con la hora y todo estaría bien. Con el pasar de los días me encargaría de comprar un teléfono, nada moderno, pero que sirviera para estar comunicada con Clarissa y luego veríamos el resto. Lo importante ahora era escapar lo más que podamos y mezclarnos en la ciudad.

Eran casi la cinco de la mañana y ya habíamos llegado a una carretera, nos paramos detrás de un árbol y nos cambiamos de ropa, si queríamos que alguien nos llevara a la ciudad, con ropa de striper dudo que esas sean sus primeras intenciones. Nos abrigamos lo más que pudimos ya que a esta hora el frío era horrible y seguimos caminando en busca de algún auto que nos pudiera llevar.

Seguimos caminando por la orilla de la carretera mientras algunos autos pasaban pero ninguno se detenía en nuestra ayuda, hacía mucho frío y si nos deteniamos a descansar, el calor de nuestro cuerpo se iría y seria peor, pero para nuestra buena suerte, lo que parecía ser una camioneta comenzó a detenerse hasta llegar a nuestro lado.

Quién conducía nos hablo en un idioma totalmente desconocido para nosotras, afortunadamente hablaba inglés, por lo tanto Clarissa fue la intermediaria entre nosotros. Nos subimos en la parte de atrás y según mi amiga dijo que nos llevaría a la ciudad y que gracias a Dios nos había encontrado él y no los malditos que raptaban chicas para prostituirlas, ya que en esta parte de la ciudad era muy común. No tenía ni la más mínima idea de que veníamos de un lugar como ese.

Aquel hombre de nombre Amer nos dijo que el camino a la ciudad era largo, por lo que podíamos dormir un par de horas, y sin esperar más, ambas estábamos profundamente dormidas en los asientos traseros.

Lo que parecían días después fueron apenas dos horas, el cielo estaba claro y ya se veían casas a los lados de la carretera, aquél hombre seguía conduciendo como si nada y cuando noto que ambas estábamos despiertas nos ofreció una bolsa, dijo que habían dos cafés y un par pasteles para que desayunaremos. Apenas sentí el olor del café mi estómago rugió y un revoltijo producto de la fatiga me invadió, comimos todo en un santiamén y le agradecimos infinitamente por ser tan amable con nosotras. Aparcó en una bomba y nos dio tiempo para ir al baño y estirar las piernas ya que quedaba más viaje por delante.

—Mira mi cara —toque mis mejillas que tenían líneas negras producto del delineador corrido que tenía.

—Y yo tengo las pestañas en la cejas prácticamente.

La miré y me largué a reír al verla toda desaliñada.

La necesidad de escapar era tan inmensa que apenas nos importa el maquillaje exagerado que traíamos, las inmensas pestañas postizas estaban pegoteadas y el delineador esparcido por nuestro rostro. Pobre hombre al tener que ver estos rostros a primera hora en la mañana. Lavamos nuestra cara y nos deshicimos de todo el maquillaje que traíamos quedando totalmente limpias, podía hasta mirarme más pálida de lo normal. Ate mi cabello y cuando ya estuvimos presentables salimos nuevamente.

Nos montamos en la camioneta otra vez y seguimos el rumbo hasta la ciudad. Mientras volvíamos a la carretera no podía dejar pasar el paisaje que había a nuestro lado, era realmente hermoso la cantidad de vida que había. Las orillas estaban cubiertas por palmeras y distintos tipo de flores, realmente era maravilloso, pero de un momento a otro recordé que ni siquiera sabíamos en qué ciudad estábamos. Me acomodé en el asiento y miré a mi amiga.

—¿En donde mierda estamos? —al parecer ella tampoco había recordado ese pequeño detalle.

Aclaró su garganta y puso una mano en el asiento del copiloto con algo de temor, lo podía notar.

Dollhouse (Terminada - SIN EDITAR)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon