Capítulo 3

7K 412 30
                                    

Camila POV'S

- ¡Ya te dije que no, Austin! Déjame en paz, no voy a cambiar de opinión - Exclamé fastidiada. Era consciente de que no era el lugar adecuado para iniciar una discusión, ya que podrían despedirme del trabajo si causaba un escándalo, pero el moreno no se rendía. Seguía insistiendo con lo mismo. Sentí algunas miradas posadas en nosotros, pero trate de ignorarlos. - Vete por favor, y no quiero volverte a ver- Dije secamente, dándole a entender que la conversación había terminado. Hice un ademán para irme, pero el me tomo del antebrazo.

- Camila...- Miré enojada su mano por unos segundos antes de intentar zafarme de su agarre , pero no lo conseguí, era bastante fuerte.

-Suéltame, Austin. Ya te dije que no- Mi enojo incrementaba a cada segundo que pasaba. Estaba molesta con aquella situación, y a pesar de que entendía porque Austin insistía, deseaba que dejara de molestarme y entendiera mis razones para irme. Volví a intentar soltarme pero de nuevo mis esfuerzos resultaron inútiles. Su agarre era demasiado fuerte - Me estas lastimando - Me quejé, sintiendo las lágrimas calientes brotar de mis ojos. Me mordí el labio intentando contenerlas. Al ver mis ojos cristalizados, Austin dejó de apretar, pero no me liberó.

-No te voy a soltar hasta que aceptes hablar...No va a pasar nada, te lo aseguro. - Contestó él, susurrando lo último, como aquel que intenta calmar a una presa asustada. Le dirigí una mirada llena de odio.

-Por favor - Fue lo único que pude decir, estaba desesperada y al mismo tiempo nerviosa de que mi jefa me viera en esa situación. Miré a los lados asustada, buscando ayuda, tal vez Ally estuviera cerca, pero no la encontré, posiblemente estaba recogiendo una orden. Solo vi a la misma chica de ojos lindos que había asistido al lugar con su amiga, o novia. Nuestras miradas se encontraron, y al parecer vio la desesperación en mi mirada, pues se acercó, y rápidamente cruzó la distancia que nos separaba.

-¿Qué parte de que la sueltes no entendiste? -Dijo en un tono bastante frío, tanto que me un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Tenía una voz bastante Ronca, lo cual encontraba sexy. Y su perfume olía bastante bien. La mire atentamente, deteniéndome en sus ojos verdes, unos segundos más de lo apropiado, pero a ella pareció no molestarse. Le di una pequeña sonrisa, aliviada de su presencia. A pesar de que notaba el enojo de Austin, casi al instante me soltó, sintiéndose amenazado ante la presencia de aquella chica.

-Te veré luego, Camila, aún están esperando una respuesta. -Dijo tratando de relajarse. Paso a un lado de la pelinegra, e intentó empujarla a su paso, pero la chica fue más rápida y se aparto de su trayectoria, causando que Austin tropezara. Soltó una pequeña risa, bastante linda y armónica. Era bastante guapa. Mordí mi labio, observándola, perdida en aquellos preciosos y profundos ojos verdes. Ella se quedo de pie, frente a mi. Ninguna de las dos decía nada, pero no era un silencio incómodo, sino agradable. Acomodé mi cabello, distraídamente, tratando de encontrar el valor para hablarle.

-Gracias, por salvarme - Susurré. Mi voz salió más insegura de lo normal.

-No tienes que agradecer, Camila. No me gusta que los chicos se intenten pasar de listos con chicas tan lindas como tú. -Respondió, segura de si misma, con una sonrisa que derretiría a cualquiera. Me pregunté si ella era consciente del efecto que causaba en las personas. Era de esas chicas que hacían que te cuestionaras de tu sexualidad; simplemente era impresionante. Su respuesta causó que un ligero rubor se apoderara de mis mejillas. Apenada agaché la cabeza, haciendo que mi cabello ocultara parte de mi rostro. Me quedé sin respiración en el momento en el que su mano tocó mi barbilla, y con suavidad hizo que la levantara, provocando que nuestras miradas se volvieran a encontrar. «Calma, Camila, si, es una chica linda, pero no puedes perder la cabeza... Quedarás como una tonta frente a la chica que te salvó» Volví a morder mi labio, tratando de que mi mente no me traicionara y empezara a contarle chistes de "¿por qué el pollo cruzo la calle?" Estaba bastante nerviosa.

Perdida en tu mirada Camren (Terminada)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz