ÚLTIMA OPORTUNIDAD (parte 1)

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ÚLTIMA OPORTUNIDAD (parte 1)

Llegaron Simon, Clary y Jace al loft de Magnus. Tenían que buscar un libro para dar con Sebastian y tal vez allí viniera la clave para vencerlo. Lo malo es que no sabían cómo buscarlo y estaba en otro idioma; posiblemente uno demoniaco. Así qué debían acudir a alguien con años de experiencia y con conocimientos de ese tipo de cosas. Y la única persona que podría ayudarlos era Magnus; o al menos era la más accesible. Y eso si él quería.

Tocaron el timbre y nada. Clary volvió a tocar y otra vez nada. Jace se desesperó y toco muchas veces seguidas. Nada.

El nefilim iba a poner una Runa de apertura cuando Simon se dio cuenta que la puerta no estaba cerrada. La abrió y entraron.

Se oían ruidos de arriba.

Aceleraron el paso y llegaron, abrieron la puerta y vieron algo que no quisieran haber visto. Al menos Alec no iba con ellos.

Magnus estaba en el sillón con una mujer; él estaba sin camisa o playera y la mujer llevaba un vestido cortísimo. Ella le besaba el cuello a Magnus.

Jace sintió como la ira iba apoderándose de él y apretó los puños. ¿Cómo podía hacerle eso a Alec? Así qué se aclaró la garganta. Si seguía viendo eso sabía que el Fuego Celestial se apoderaría de él.

Magnus volteó rápido a la puerta y los fulminó con la mirada.

— ¿Qué demonios hacen aquí, nefilim? Creo haberles dicho que no quería saber nada de ustedes ni de sus asuntos.

—Oh, lamentamos interrumpir tu... —empezó Jace con sarcasmo— "escenita" —remarcó.

Magnus se levantó molesto y Simon se percató de que jamás lo había visto tan enojado, de hecho casi nunca lo había visto enojado, ya que Alec siempre estaba ahí para calmarlo o suavizarlo. Pero ahora no estaba.

Jace se acercó a Magnus con la mirada enojada al igual que el brujo.

Simon no se imaginaba como iba a ser una pelea entre Jace y Magnus, y se imaginaba el ganador: Jace. Por eso, cuando Magnus uso un hechizo en Jace que lo dejó fuera de combate, se sorprendió.

— ¿Qué quieren, nefilim? Que yo recuerde no he roto ninguna ley —dijo Magnus al volverse a sentar en el sillón y la chica volvió a abalanzarse al cuello de éste.

—Ahora lo hiciste —dijo Jace desde el piso—; me lanzaste un hechizo.

—No, no, no, tú me atacaste antes, yo sólo me defendí.

Jace gruñó.

Magnus miró a los que estaban en su puerta: Clary, Jace y Simon. Siguió buscando con la mirada.

—No vino, por si lo buscabas —dijo enojado Jace. Sonrió malicioso. No le agradaba la idea de ir a la casa de Magnus cuando lastimó mucho a su Parabatai, y para colmo que lo dejara tirado en el piso. A parte de estar con una mujer en su sillón. ¡Y él sin camisa! Qué bueno que no había ido Alec...

Magnus lo miró altanero.

—Magnus —empezó a hablar Clary—, sé que no nos quieres aquí y te comprendemos —Magnus alzó una ceja—, pero esto en serio es urgente.

— ¿Y qué es?

—Estamos buscando un libro que es muy antiguo y ya que tú tienes muchos libros de hace años... Pues pensamos que nos podrías ayudar.

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