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Doy un último rasguño a la bonita cara de Ivana y capto como sus ojos toman un color rojizo y ya no se defiende, solamente llora sin cesar. Ese es mi límite, era lo que pretendía hacer... Dejarla tan vulnerable como fuera posible y lo logré. Porque así es como yo me estoy sintiendo ahora mismo o peor que eso.

Admiro la tranquilidad con la que se desenvuelve Kaden como lo ha hecho siempre además de estar fumando un cigarrillo expectante de todo a su alrededor.

-¿Algo mejor? - indaga él lanzando la colilla a lo lejos.

-No tanto... - respondo haciendo a un lado el pelo que se me adhiere a la cara por la fina llovizna que desciende. Camila me extiende un brazo y la traigo hacia mí.

-No vuelvas a hacer eso... Ya le pasó algo a Max, no pretendas que te pase algo también a vos por más leve que sea la situación.

A punto de abrir la boca para contestarle algo, reaparece Bex junto a nosotros y exclama:

-Están diciendo quiénes estamos de parte de Max.

Todos nos metemos a la sala de espera prácticamente corriendo y vemos al hombre trajeado de blanco y con varios papeles en la mano además de una lapicera. Su rostro no muestra expresión alguna.

-¿Familiares del señor Max?

-Somos todos amigos... No hay familia cercana a él - concluye Bex con un hilo de voz agudo. Alborota su cabello con nervios y hace que me invadan a mí también.

-Bueno... Tengo malas noticias - anuncia el hombre y el silencio regresa para golpearnos una vez más - no sobrevivió a pesar de las prácticas que hemos hecho para salvarlo. Lo siento mucho...

Un "crack", un estallido y no soy capaz de contenerme. Rasgo la absoluta tranquilidad en la que estamos, un sonido casi gutural se filtra por mis labios y Kaden me aprisiona con sus brazos. Apoya su mentón en mi hombro y puedo notar su respiración en mi espalda.

-Son cosas de la vida, bebu - susurra contra mi cuello y agacho la cabeza para dejarme llevar por el dolor. Los lamentos son lo único que hacen eco en mi mente y Kaden me tararea una suave canciónde cuna al oído para calmarme mientras mece de un lado a otro nuestros cuerpos.

-¿Están de acuerdo en saber el informe médico...? - indaga Camila con cautela. Solo Bex responde un vago y tortuoso "sí".

-Lesiones múltiples, brazo derecho quebrado, el casco partido puso más en riesgo su masa encefálica y había alcohol en sangre - certifica el tipo de bata blanca pero dejo de escuchar ya. Max no está, no importa cómo pasó ya pero no va a estar... Ni esperándome con una birra en su casa, ni para salir a tomar un helado ni siquiera para poder dormir junto a él y que me joda en la mañana para que le prepare el desayuno. Nada de eso... Simplemente va a haber vacíos imposibles de reemplazar como si fueran huecos en mi alma.

La parte más dolorosa es esa. Saber que ni voy a recibir una llamada de él aunque era demasiado molesto pero me parte al medio que no voy a tener ese alguien que me joda...

***

Calzo el vestido negro a mi cuerpo y junto el valor necesario, o hago el mínimo intento, para irme de casa hacia el velorio.

Sí que tenía conocidos el chico, porque afuera del lugar está plagado de gente que es en su mayoría jóvenes... Me aproximo a las demás personas que están al igual que yo, con dolor pero de ese que no se ve por fuera.

Me adentro al pequeño salón en el que está. Un par de sillas en la pared, imágenes de santos y esas cosas raras, dos velas sobre candelabros altos de bronce y el cajón... Ese maldito cajón que no tiene nada bueno.

Caigo en la cuenta de que no hay nadie, al parecer están todos afuera ya así que me arrimo a unos centímetros de donde yace Max. Su rostro inmutable, su piel pálida, esos ojos abismales cerrados que nunca más van a volver a ver la luz del día... Me destroza completamente la imagen. Por puro instinto, rozo su mejilla con los dedos y el frío que posee se transmite directo a mi corazón.

-¿Por qué me tenías que dejar? ¿Por qué Max? Después de conocerte, te volviste infaltable para mí y ahora vuelvo a estar sola... - lanzo un quejido y las lágrimas se desbordan - nunca te lo dije pero para mí eras mi mejor amigo, te amo... Lo voy a hacer siempre y ahora más que nunca...

Mi segundo nombre ahora es sollozos... Es tan difícil dejar de llorar, siento un dolor irremediable en las entrañas. Contemplo por última vez el dibujo de la serpiente enroscada en una mano en su cuello y lo grabo en mi interior como el único recuerdo de él.

Y me escabullo entre las personas amontonadas porque no quiero ver más. No puedo ver más porque voy a terminar de destruir lo poco que queda de mí.

Dejo el auto estacionado y desciendo sin percatarme de la presencia de Kaden, acomodado sobre el capó de su vehículo fumando y mirando a lo lejos... Tan hermoso como acostumbra a serlo.

-¿Una escapada de la realidad? - pregunta cuando estoy a pasos de él.

-No quiero fumar ni nada, Kaden.

-¿Y estar conmigo nada más?

***

Tiro el bolso en el suelo de su pieza y me enrollo en las sábanas verdes de su cama. A mi lado se hunde el colchón y sus brazos me atraen contra él... Descanso la cabeza en su pecho y escucho el delicado latir de su corazón, me aferro al tatuado como si mi vida dependiera de ello y mi escape de la realidad está completo cuando cierro los ojos dejándome dormir acurrucada en el mejor lugar que puede existir.

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora